Ni el Ayuntamiento de Vélez-Málaga ni la Consejería de Educación de la Junta de Andalucía han actuado en ningún momento desde que comenzó el curso escolar hace dos meses para atajar la plaga de pulgas que ha ocasionado numerosas picaduras a alumnos de hasta 15 clases del colegio público Augusto Santiago Bellido, ubicado en pleno centro del municipio malagueño. Una parcela contigua utilizada por los dueños de perros para que estos hagan allí sus necesidades es el foco de la plaga, según han confirmado tanto fuentes municipales como del colegio afectado.
Después de dos meses de curso académico, y solo gracias a una iniciativa municipal de Izquierda Unida aprobada en pleno por unanimidad, este solar pasará a titularidad municipal para ampliar las instalaciones del centro público, como así venían reclamando insistentemente los padres y madres de alumnos del colegio malagueño.
No solo las pulgas son el único problema para los 500 alumnos matriculados en el Augusto Santiago Bellido, también se ha denunciado la presencia de roedores por los alrededores, algo que no ha provocado reacción alguna ni en los organismos de sanidad competentes ni en la Delegación Territorial de Educación, pese a que desde el AMPA del centro se venía denunciando esta presencia de pulgas y roedores desde el inicio del curso. Muchos de los niños que han sufrido las picaduras han tenido incluso que ser atendidos en el centro de salud de la localidad malagueña.
El consistorio municipal ha actuado por primera vez este miércoles por la mañana con el denominado sistema de ‘choque térmico’, es decir, extender con agua a presión a 80 grados todas las zonas sensibles del centro escolar para atajar la plaga. Pese a que desde la Concejalía de Educación se ha señalado como “prioritario” resolver este problema que se prolonga ya desde hace dos meses, ha tenido que ser el ultimátum dado por los padres el que ha movido a las autoridades municipales a actuar.
Los progenitores de los alumnos habían amenazado a la dirección del colegio y a los responsables de Educación que estaban dispuestos a paralizar las clases y no acudir al centro como medida de presión porque la situación se había vuelto “insostenible”, confirman responsables del AMPA.