Más de 1.500 menores en exclusión tendrán garantizada un verano más su alimentación. Una cifra que supone un incremento del 50 por ciento respecto a años anteriores. Así lo aseguró ayer el delegado de Bienestar Social y Empleo, Juan Manuel Flores. La clave de este exponencial incremento es que, para estos meses estivales, el gobierno local se plantea una fórmula distinta a la que viene desarrollando desde su llegada a la Plaza Nueva en junio de 2015.
Entonces, en ese primer verano, y tan solo unas semanas después de tomar posesión como alcalde, Juan Espadas planteó un primer programa de atención alimentaria para los menores de la ciudad que están en exclusión y que durante el curso escolar ya reciben este tipo de ayuda por parte de la administración andaluza. Entonces, y según aconsejaron los técnicos de los servicios sociales, se optó por la contratación de un servicio de catering que facilitaría el alimento a unos 650 niños. «Hace casi tres meses había una verdadera preocupación por la situación de estos menores y resolvimos las emergencias alimentarias», recordó Flores.
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