Miguel Blesa, que el próximo 8 de agosto cumpliría 70 años, el hombre que un día creyó tenerlo todo y dejó de tenerlo de un plumazo por ansiar demasiado ajeno a lo suyo como demuestra la sentencia judicial de las denominadas tarjetas black de Caja Madrid que lo ha condenado a seis años de prisión, se ha pegado presuntamente un tiro en el pecho con una escopeta de caza, según fuentes policiales, mientras pasaba unos días en una finca de la localidad cordobesa de Villanueva del Rey, lugar al que acudía habitualmente para practicar una de sus aficiones favoritas, la caza.
La finca cordobesa de Puerta del Toro, que no es de su propiedad, era el lugar al que Blesa solía acudir periódicamente junto a sus amigos para cazar. En la cochera de la finca ha sido hallado su cuerpo sin vida con un tiro en el pecho después de levantarse de la mesa cuando desayunaba y asegurar que iba a mover su vehículo.
Sólo tres personas se encontraban en la finca cordobesa junto a Blesa: Rafael Alcaide, gestor de la hacienda y amigo personal de Blesa, así como un trabajador y el guarda de Puerta de Toro.
Blesa era amigo personal de la infancia del ex presidente del Gobierno José María Aznar y se encontraba en libertad después de que en marzo pasado pudiera eludir la prisión hasta que se haga firme la sentencia del caso de las tarjetas black, que lo ha condenado a seis años de cárcel.
Blesa pasó de ganar en su momento tres millones de euros anuales cuando dirigía la extinta Caja Madrid a no tener “un euro” y reconocer que se veía obligado a hacerse personalmente todas las labores “de la casa” al tener todo su patrimonio embargado por la justicia debido a las causas judiciales que tenía pendientes relacionadas con la corrupción.
En estas fechas veraniegas se permite la caza mayor solo con autorización previa, así como el descaste de conejos por daños a la agricultura.