La actitud de los estrategas del capitalismo se caracteriza por cambios de opinión entre euforia y pesimismo en cada auge o crisis,   actuando como drogadictos que pasan del regocijo sin límite a la depresión o histeria, como ahora están demostrando los “Trillizos Aznarianos”, porque saben que la crisis se acerca y quieren controlarla ellos para descargar sus costes sobre la clase trabajadora y los pobres como hizo Rajoy.

La fase de polarización entre las clases ha comenzado, en Europa y el mundo. La radicalización se está haciendo inevitable como vemos en el proceso molecular de toma de conciencia de las masas que apuntan hacia la agudización de las luchas.

Los populismos (para unos Vox, para otros UP), afectan al PSOE y demás organizaciones desde las bases hasta el Parlamento, lo cual podría expresarse en crisis internas y externas buscando nuevos realineamientos, si las direcciones siguen mostrando su incapacidad pactante.

Esos procesos harán que las controversias, tanto en derechas y ultras,(PP, C’s Vox) como izquierdas, sean reformistas, centristas o marxistas (PSOE, ERC, UP…)  se hagan cada vez más visibles.

Según la teoría marxista el centrismo no es despectivo sino que contempla un significado científico. Expresa la corriente que se halla en transición entre el reformismo de izquierdas y el socialismo científico marxista.

Cuando se producen crisis sociales fuertes y convulsivas, las direcciones “reformistas socio/liberales” (que se creen socialdemócratas”), entran en crisis, al ser incapaces de hacer las reformas que han prometido y empiezan a descomponerse, como vimos en Europa en los últimos años, las cuales han quedado debilitadas o incluso desaparecidas.

En condiciones adversas son inevitables crisis internas e incluso escisiones, por los agitados debates que surgen en su seno,  buscando alternativas a la ingobernabilidad o por los sillones.

Los hechos son tozudos quedando en evidencia que sin reformas, (porque el capitalismo impide su financiación), no puede haber un verdadero reformismo dentro del estrecho margen que ofrecen los presupuestos “otorgados” por la banca y grandes capitalistas que defienden sus intereses.

Por tanto, si la “socialdemocracia” no rompe con el capitalismo, seguirá actuando como “antirreformista”, pues se encuentra atrapada en el sistema, cumpliendo el papel designado por los Poderes Fácticos como simples “gestores de los intereses burgueses”.

El Gobierno se verá obligado a rechazar las reivindicaciones de la clase trabajadora a la cual teóricamente representa, asumiendo los dictados de la Troika. Podría ocurrirles como en Grecia que sucumban a las presiones, atacando las conquistas sociales ganadas anteriormente por luchas de la clase trabajadora.

Históricamente desde el Franquismo y la Transición, vimos cómo el Gobierno PSOE liderado por  Felipe González, quedó presionado entre las dos  fuerzas irreconciliables, (burguesía y clase trabajadora),  cuando se tuvo que enfrentar a UGT y CCOO por las potentes huelgas de distintos sectores obreros y la juventud. Ésta se rebeló surgiendo el Sindicato de Estudiantes arrancando con sus luchas mejoras en Educación, al igual que la clase trabajadora, cuyas reformas importantes pudieron ser posible gracias al auge que experimentaba el capitalismo entre 1982/1990, a la vez que recibía un cierto apoyo desde Europa.

Compensatoriamente, la misma Europa exigía a Felipe la aplicación de Reconversiones Industriales que indignaba a la clase obrera cuando se encontraba con despidos masivos. El sistema entró en una fase negativa, perdiendo las elecciones el PSOE frente a Aznar, al ser incapaz el Gobierno de cumplir las expectativas de los votantes cuya gestión se complicó por la entrada de oportunistas y corruptos. 

Aquellas gloriosas Huelgas de 1988 del movimiento obrero dirigidas por Camacho (CCOO) y Redondo (UGT) que tuvo su máxima expresión en el llamado “Huelgón General del 14-D”,  quedará como el primer acto de lo que podría suceder en la escena de la historia en el próximo futuro.

La etapa de Zapatero comenzó con gran ilusión al repatriar las tropas de Iraq. (Guerra del “Trio de las Azores”). Las reformas fueron progresistas en cuestiones de Derechos Sociales, pero débiles con escaso aporte presupuestario en temas profundos ya que sucumbió y tuvo que “adaptarse” a las contrarreformas.

La Unión Europea exigió anteponer los intereses de la Banca a los de la clase trabajadoras con el famoso Artículo 135 que obligó a reformar la C.E. con “presunta” nocturnidad y alevosía, para garantizar el pago de la deuda pública antes que cualquier gasto del Estado. Los votantes retiraron su apoyo al PSOE llegando triunfante Rajoy, dopado por la corrupción de las mordidas,  aplicando sin contemplaciones los recortes sociales y la Contra-Reforma Laboral que benefició a la Patronal.

En la etapa actual, Pedro Sánchez lidera el PSOE intentando formar nuevo Gobierno, tras duros escollos para recuperar la Dirección. Consiguió una insuficiente victoria en las urnas que dificulta la gobernabilidad. Crece el malestar entre las izquierdas, tanto en régimen interno como externo, que podría acarrear problemas de fisuras, tanto en  PSOE como  U.P. y demás fuerzas.

La victoria de Vox que ha arrastrado a las derechas de PP y C’s a un giro ultraderechista en Andalucía, Madrid y otras zonas, es fiel reflejo de la inestabilidad y malestar en la ciudadanía, tanto contra las derechas como contra las izquierdas, lo cual representa un claro rechazo al bipartidismo que se venía practicando.

Las direcciones de PSOE y U.P. sufren cierta confusión al interpretar los conflictos actuales, sobre todo por el enfrentamiento de diversas corrientes latentes, como por ejemplo: Podemos: con IU, Compromis, Anticapis y demás grupos internos.

Asimismo en el PSOE existen varias corrientes no declaradas junto a Izquierda Socialista que es la que conquistó el derecho estatutario a ser reconocida, pero hay otras como la Corriente Socio Liberal que ha recibido el apoyo de las llamadas baronías, tensionando bastante (ahora más calmada ante la necesidad de formar Gobierno), pero que ante la ambigüedad existente, dado que hay personajes del Partido declarando que prefieren pactos con las Derechas, existe igualmente sectores que prefieren pactos con UP ya que el gobierno en solitario sería muy débil.

El peligro de escisión quedó aplazado,  pendiente de resolver antes de que pudiese resurgir espontáneamente, aunque muchos  votantes lo interpretan como una pugna por sillones entre un cierto sector de la burocracia, ya que algunos quieren romper el vínculo con el Socialismo de clase al que el Partido se debe históricamente, que podría conducir al PSOE a un giro más a la derecha. Eso lo convertiría en un Partido Socio Liberal del tipo del “Partido Demócrata” en EEUU, aunque otros sectores se oponen a recorrer ese camino, sobre todo la corriente Izquierda Socialista y los Socialdemócratas de izquierdas.

Estas cuestiones se abordarán en un Congreso más temprano que tarde y los componentes de ese ala más moderada liderados por Felipe, Susana y demás baronías, podrían verse tentados a retomar la táctica de aquel dramático Comité Federal que derrocó a Pedro Sánchez, echándole un pulso en esta ocasión más contundente,  pero si eso ocurriese nos encontraríamos con dos salidas.

a.- Si triunfase la corriente socialdemócrata liderada por Pedro Sánchez tendría que ser a base de preparar un programa socialista que refleje el importante giro a la izquierda que la militancia y votantes del Partido han venido reclamando. Eso requeriría intentar previamente ganarse a la militancia, el apoyo crítico de IS y los sindicatos de clase. Quedaría la duda si vencida la Corriente Socio Liberal no declarada, decidiría continuar derrotada en esas condiciones u optaría por pedir su declaración estatutaria o salir del Partido.

b.- Si la corriente vencedora es la que recibe el apoyo de las baronías, dirigida por Susana, Felipe y demás destacados cuadros, la corriente Socialdemócrata liderada por Pedro y sobre todo Izquierda Socialista,  tendrían los días contados, porque la integración se haría casi imposible lo que también podría acelerar una escisión por la izquierda.

El pegamento del poder es lo que podría aplazar estos procesos con un gobierno estable dado que la Moción de Censura que derrotó a Rajoy significó una esperanza para las izquierdas y debería haber provocado un auge de UP pero los errores de su dirección capitaneada por Pablo Iglesias están provocando lo contrario.

El giro a la moderación de Iglesias es una táctica errónea al querer asumir el espacio de la “socialdemocracia” queriendo derrotar al PSOE disputándole el mismo sector de votantes, lo cual está consiguiendo cavar su propia tumba. Eso representa un desastre para entendimientos tácticos de las izquierdas, tan necesario para batir a las derechas. La oscilación entre el oportunismo y el sectarismo es la conducta de adaptación al cretinismo parlamentario, error que UP acabará pagando.

La táctica más correcta de una fuerza como UP y su precondición necesaria para ser coherente con lo que declaraban que querían lograr,  hubiese sido adoptar una política y un programa marxista,  que se diferenciase por la izquierda del PSOE, ofreciendo al mismo tiempo un apoyo crítico, desde fuera,  para un Frente Común de Izquierdas, político y sindical, votando la investidura y pasando a la oposición, valorando críticamente el programa de Gobierno.

Explicando que es insuficiente pero que estarían vigilantes para hacerlo cumplir ya que es un programa mínimo con respecto a UP Asimismo resaltar las diferencias con un método compañero, didáctico, pedagógico y formativo, como correspondería a tan “Doctos Profesores”, a la vez que se harían llamamientos a los sindicatos, organizaciones sociales y partidos políticos en pro de la Acciones Unitarias para combatir a las Derechas.

Insistir a su vez en la necesidad de avanzar hacia el Frente Común contra la reacción,  como la mejor manera de ganar a los votantes de izquierdas y progresistas que necesitan luchar por conseguir una auténtica alternativa. Nada sería más positivo en las condiciones actuales en esta difícil etapa que los dirigentes sindicales se implicaran a fondo en las luchas por el giro a la izquierda.

Tanto UGT, CCOO, SAT, CGT, S.E. y demás colectivos tendrían que reivindicar unitariamente un verdadero programa que desmantele las duras Contra-Reformas, recortes de Rajoy y las reminiscencias del franquismo. Pero cualquier intento está condenado al fracaso, si no se actúa con firmeza y unidad.

Si no se consigue un cierto entendimiento de NO agresión entre las izquierdas y sindicatos, que es difícil pero necesario, ya que tendríamos que rectificar los errores y excesos cometidos, la política de Paz Social y desmovilización a las que las direcciones de izquierdas han estado acostumbrados, saltará por los aires y se abriría rápidamente un nuevo proceso de conflictividad social espontáneo y sin dirección clara.

La tasa anual de crecimiento económico alcanzada y estimada del PIB español es descendente:

2017 = 3,1%  Alcanzada.

2018 = 2,6%. Alcanzada.

2019 = 2,4% Estimada.

2020 = 2,1% Estimada.

2021 = 1,7% Estimada.

(Fuente:Bankinter).

Alemania: El PIB 2/T 2019 se hunde al 0,1 % e Italia crece un 0,2%; esos datos amenazan crisis pero disfrazan la situación real, ya que, si no se toman medidas urgentes y drásticas, la próxima recesión europea golpeará muy duramente y podría dejar al descubierto la cruda realidad del capitalismo español, basado en el “monocultivo del Turismo”, sosteniendo la estructura del sistema actualmente, corroído por la corrupción y las pútridas cloacas del Estado que habría que haber desinfestado.

Si se impide formar Gobierno y vamos a elecciones ganando el “Trifachito”, cuando llegue la crisis, las direcciones políticas y sindicales de izquierdas se verán obligadas a luchar, pues solo queda el camino de dar la batalla en defensa de los intereses de la clase mayoritaria que son los trabajadores asalariados, pensionistas, juventud  y sectores empobrecidos por la anterior crisis.

De la batalla firme y organizada renacerán y crecerán los ideales izquierdistas, los métodos compañeros y solidarios, las tradiciones de lucha por un programa auténticamente socialista y profundamente democrático, recuperando la fuerza de los trabajadores decididos a llevar a cabo la transformación de la sociedad, avanzando hacia la Igualdad, la Justicia y la Libertad, porque bajo el capitalismo no hay salida para las izquierdas.

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