Profesionales del Hospital Universitario Virgen de las Nieves de Granada han curado una grave arritmia cardiaca en un bebé prematuro de 2,5 kilos de peso y apenas dos semanas de vida. Se trata de uno de los pocos casos descritos en el mundo donde la intervención que requería, una ablación cardiaca, se ha hecho antes de que el menor alcance los tres kilos de peso. En España, la literatura científica solo recoge un precedente en el Hospital Clínico de Barcelona.
La consejera de Salud, Marina Álvarez, ha acompañado en rueda de prensa a los profesionales que han hecho posible este nuevo hito de la sanidad pública andaluza y granadina, así como a los padres del bebé intervenido, ahora con nueve meses de edad y con una calidad de vida como la de cualquier niño de su edad.
De todas las ablaciones cardíacas que se realizan en España, algo menos del 3% se realiza en pacientes pediátricos, principalmente en menores de entre 7 y 15 años. El Hospital Virgen de las Nieves es uno de los cinco centros con mayor experiencia en el país. El año pasado, el equipo que dirige Luis Tercedor realizó 426 ablaciones, de las que 23 fueron en niños. Lo habitual es realizarlas cuando los pacientes superan los 15 kilos de peso, ya que las complicaciones son menores y el procedimiento se realiza con mayor seguridad.
No obstante, en el caso del bebé intervenido, la arritmia comprometía de tal forma su vida que el equipo médico propuso la intervención a los padres, quienes asumieron, al igual que los profesionales que la realizaron, el alto riesgo de la misma. La arritmia se producía por una anomalía en el músculo cardíaco que alteraba el circuito eléctrico del corazón y que provocaba una taquicardia denominada «incesante».
En el momento de detectarse la arritmia, a las 32 semanas de gestación, el feto presentaba síntomas de insuficiencia cardiaca, con acumulación de líquidos en pulmones, abdomen y otras partes del cuerpo y con un latido cardiaco permanente de 230 pulsaciones por minuto. Las taquicardias lograron reducirse a 200 pulsaciones por minuto durante una semana, gracias a un tratamiento antiarrítmico suministrado a la madre y que llegaba al feto a través de la placenta, pero el parto se adelantó justo a la semana de iniciar el tratamiento y el recién nacido tuvo que ingresar inmediatamente en la UCI Neonatal, donde se inició el tratamiento intravenoso con diferentes fármacos para frenar las taquicardias.
A las dos semanas de evolución y monitorización, sin que pudiera controlarse el ritmo desbocado del corazón con los medicamentos, se decide intervenirlo como única alternativa posible. Su gravedad obligaba a tomar esta decisión difícil tanto para el equipo médico como para la madre y el padre del recién nacido, suponiendo, en palabras de la consejera de Salud, «un verdadero reto».
La intervención que podía eliminar esa anomalía era una ablación con catéter, que es un procedimiento que se hace por vía percutánea a través de la vena femoral, milimétrica en un bebe tan pequeño. Se accede al corazón con un catéter con el que se busca el punto exacto del corazón con la anomalía eléctrica y aquí se administra energía de radiofrecuencia y se quema la zona responsable de producir las taquicardias.
Marina Álvarez ha valorado el «impecable» trabajo en equipo de los profesionales que han hecho posible la curación de este menor y devolver la esperanza y alegría a sus padres. Obstetras, matronas, neonatólogos, cardiólogas pediátricas, anestesistas, arritmólogos y personal de enfermería del Hospital Virgen de las Nieves, centro de referencia para medicina maternofetal y para el tratamiento de arritmias cardiacas pediátricas… «Todos los profesionales han sido clave para hablar hoy de éxito», ha subrayado.
«Los que han intervenido en la correcta detección del caso cuando la madre acude con contracciones al Hospital Materno Infantil, los que han determinado el abordaje del mismo en el útero materno y una vez que nace el recién nacido, los que han prestado los cuidados intensivos, los que han ofrecido la seguridad anestésica y los que han garantizado la precisión y la destreza de la intervención», ha añadido. «Todos han demostrado su excelencia y su compromiso con la sanidad pública, por lo que quiero agradecer públicamente esta entrega y saber hacer para seguir garantizando la mejor asistencia sanitaria en Granada», ha concluido.
Una enfermedad poco frecuente
Las arritmias incesantes son poco frecuentes y se detectan en 1 de cada 5.000 embarazos, aproximadamente. En muchos casos es un problema transitorio, con taquicardias en el feto que acaban desapareciendo. En otro volumen importante de casos, si persisten esas taquicardias, se controlan bien con fármacos antiarrítmicos que se le dan a la madre durante la gestación y que, a través de la placenta, llegan al bebé.
Pero si la enfermedad no se llega a controlar con estos medicamentos, empieza a correr peligro la vida del feto, con una mortalidad que llega a alcanzar el 35% de los casos. La ablación con catéter es por tanto el último recurso cuando las otras alternativas han fallado.