Como sospechaba la mayoría de la afición del Atlético de Madrid, y en esta columna también, el consejero delegado de la SAD estaba preparando una gilada de las suyas. Una de esas que le permite figurar en la lista Forbes mientras degusta un buen vino en la finca de Valdeolivas. Parece que al final no va a llegar un rodillas raras sino un jugador, veterano, pero con cierta competencia demostrada en el Valencia y el Celta. Daniel Wass parece ser el elegido para sustituir a Kieran Trippier, ese extraño inglés que se ha ido como llegó. Gracias y adiós.
Más preocupados por recuperar el control de la gestión de los palcos VIP, parece que el dinero recibido por el inglés –como siempre no se sabe a ciencia cierta cuánto es- se destina a esa ñapa institucional dejando menos de un par de kilos para la contratación del centrocampista danés. Sí, un centrocampista para sustituir a un lateral derecho. Ya saben, cosas de Andrea Berta ejecutando las órdenes, no de su entrenador, sino del capo. Igual Simeone debería haber pedido otro delantero y así le hubiesen traído un lateral, aunque fuese zurdo.
El Valencia no cede hasta tener sustituto… lógico
Una operación que, como informa Rubén Uría (del que se pueden fiar, no de los aprovechados nocturnos), no está cerrada. Todo se ha acordado, incluso con la posibilidad de colocar al “hijo del viento” Herrera en Valencia y así hacer hueco salarial (como si sobrase hueco allí) y se espera hacer efectivo en cuanto el equipo valenciano tenga medio cerrado su sustituto. Vamos, lo normal que hacen los equipos cuando se está en mitad de la temporada. Por eso huele a trapicheo la venta del inglés para la compra del negocio VIP. ¿No podía haber esperado Miguel Ángel Gil un poco? No. El ansía le puede.
Así el equipo rojiblanco, que tampoco es que dejase buena imagen en su partido contra el Villarreal, está en Arabia Saudí para jugar eso que se llama supercopa de España sin lateral derecho de fiar. Y no porque haya dudas con Vrsaljko, que las hay por su historial de lesiones, sino porque es más fiable de central. Al final se acaba sacrificando la llegada, clave para el título de Liga, de Llorente. Y todo porque al señor Gil le tienen que cuadras sus trapis. Enrique Cerezo no opina de estas cosas, bastante tiene con sus películas y sus comidas.
Hartos de las chapuzas
El Atlético, gracias al Cholo Simeone, es un equipo con unas exigencias deportivas que hace once años parecerían utópicas. No en la época de Vicente Calderón que eran parecidas. Y ese nivel conlleva exigencias en los fichajes. Wass es un magnífico jugador para alternar suplencias y titularidades. Para ponérselo difícil a los que pueden pasar por estrellas. Pero no es lateral derecho para jugar Champions y garantizar un tercer puesto en Liga. Que va a cumplir, no se duda por sus antecedentes. También incorporará carácter, de ese que parece faltar.
Normal que cualquier aficionado o aficionada rojiblanca se pregunte ¿de qué Wass, Miguel Ángel? Al final quienes se quedan sin cenar, quienes aguantan las tonterías el lunes, los que reparten los biberones, los que sufren de verdad son los aficionados. Esos que no pueden ir a donde Cristo perdió la boina porque la federación también tiene que sacarse unas perras (¿a que aparece Miró por allí?). Gil lleva años tomando el pelo a la afición. Por cada fichaje bueno cuela siete malos. Así no hay cholismo que aguante año tras año. Ojalá llegué un jeque. No porque se gaste el dinero a espuertas, sino para que lo gaste bien al menos. Y que devuelva el escudo (seguro que la camiseta del aniversario se vende mucho más).