Se dice mucho en la actualidad aquello de “Dato mata a relato”, algo que no es cierto. El relato siempre vence por muchos datos y hechos que se presenten en contra. De hecho si el ser humano es lo que es, si existen sociedades, es gracias a los relatos. Cuestión bien distinta es que el dato mate a un discurso falso, pero al relato es complicado matarle, lo que se puede hacer es deconstruirle (por utilizar el vocablo tan postmoderno). Y eso es lo que ha hecho Óscar Uceda, historiador, en su libro Cataluña, la historia que no fue (Espasa). Un libro sobre mentiras, ficciones, manipulaciones y ocultaciones como bien dice en la cubierta.
Nada más comenzar el texto nos cuenta que esta obra es la desconstrucción de «una ardua tarea de ingeniería social y adoctrinamiento que tiene como hecho diferencial de otros procesos similares el haberse ejecutado bajo el paraguas del Estado que se pretende destruir». Una paradoja que surgiría a través del Programa 2000 de Jordi Pujol (no confundir con el programa del mismo nombre de Alfonso Guerra). Desde el Estado, porque una Comunidad Autónoma es Estado, se lanzó una potente campaña de construcción de un relato nacionalista catalán donde cualquier manipulación, falsificación o ensoñamiento de la historia tenían cabida.
Todo esto, permitido por la administración central, ha propiciado una historia de Cataluña que poco o nada tiene que ver con la realidad. Desde el impulso del Romanticismo y la Renaixença, donde se tenía una doble patria española-catalana (algo ocultado), hasta llegar a los tiempos actuales donde al historiador nacionalista se le aúpa, se le protege, se le cubre de oropeles (mientras que no hay dinero para sanidad, esto no lo dice el autor), siempre se ha buscado al enemigo de Cataluña. Como pueden suponer ese enemigo es Castilla. O los mesetarios. O el Estado opresor franquista. O cualquier institución que represente a España.
El autor repasa el nacimiento del nacionalismo catalán dando puntadas con hilo. Y analiza cómo el Programa 2000 se ha ido cumpliendo paso a paso. Hoy se enseña que España es un Estado invasor, que existió un Estado catalán, que Cataluña va más allá de las fronteras actuales (el reino de Aragón casi al completo), que la nación catalana es muy antigua, etc. El bueno del profesor Uceda, a la par que explica lo que dicen los nacionalistas, deconstruye todo ese entramado exponiendo la realidad de los hechos. Una realidad bien distinta a lo que vienen contando hasta en cuestiones que parecen hoy obvias: la sardana, por ejemplo, es un baile gerundense marginal hasta finales del siglo XIX (algo que recuerda al casticismo madrileño que es un invento de no hace un siglo).
No existen los fueros catalanes; la guerra de Sucesión no fue una invasión; lo que cuenta Els segadors fue culpa de las tropas napolitanas; pidieron ayuda a Francia para pelearse con las tropas de Felipe IV que intervenían por unas revueltas, llegando a proclamar conde Barcelona a Luis XIII; Rafael Casanova sufrió casi un rasponazo y no el cuento que vienen narrando sobre acarrear una bandera ensangrentada; la creación senyera es un invento; no fueron excluidos del comercio con América; los “catalanes de Franco”; y así hasta abarcar una serie e historia que se han contado y que nada tienen que ver con la Historia real. Todos los supuestos desagravios no son más que relato y al relato se le combate con la Historia, las ganas y el atrevimiento de autores como Uceda.
Como recuerda el propio autor, en todo esto «el objetivo está en buscar el enfrentamiento por agravios pasados de dudosa veracidad, en contextos olvidados y con personajes que en verdad nada o bien poco tienen que ver con los españoles y catalanes de hoy». No se niegan diferencias culturales evidentes e, incluso, factores históricos que se han oscurecido sobre Cataluña, pero no es como lo cuentan. Un libro que en el Gobierno actual, tal y como están las cosas, no leerán pero usted debería. No es academicista, es divulgación histórica bien trabajada. Y ello merece el esfuerzo de leerlo, que luego en la cena de Navidad (o Nochevieja) no hay temas que sacar.