Ya solo queda una jornada de Liga, dos para el Madrid, y se mantiene la igualdad en la cabeza de la tabla. Nadie en su sano juicio podía esperar que el Barcelona pudiera pincha. Con un Las Palmas en el que hace tiempo que su entrenador, Quique Setién, ya dejó claro que no iba a seguir y un equipo que no se jugaba nada.
Más complicado era la confrontación del Madrid ante el Sevilla. Se presentó con muchas bajas y ya sin más objetivo que conformarse con su tercer puesto. Pero los sevillistas ya hace tiempo que le tienen ganas a los blancos. Un odio visceral desde que a Ramos, ojo, le traspasaron los del Nervión al Bernabéu. Por una millonada.
El partido, ya pasados los primeros quince minutos, tuvo una jugada que no se suele ver. Falta clara a Asensio a pocos metros del área. El balón parado y sin tiempo para que CR pidiera barrera hasta que apareció Nacho para, ante la sorpresa de propios y extraños, disparar y marcar. Gol legal. Nacho es el mejor comodín defensivo de esta Liga y también el más listo de la clase.
Mientras el Barça cumplía con lo previsto, el gol del Sevilla, 2-1, sembró la inquietud en el Bernabéu. Dudas que disipó, primero, Cristiano con un gran gol y luego Kroos, que dio antes el pase y luego se convirtió en goleador.
Arriba y abajo las cosas quedan casi como estaban. Con un Madrid en una magnífica situación como para pensar en el doblete. Pero este partido dejó una imagen significativa. James, titular, fue sustituido. Y camino del banquillo se recreó en aplaudir a todo el estadio blanco. El día en que James dijo adiós al Bernabéu.