No hay nada mejor que un político intentado quedar como culto frente a los contrarios. Uno puede llegar a aprender algo nuevo o simplemente comprobar que ha metido la pata, cuando no ha hecho el ridículo. Algo así le ha ocurrido al alcalde de Valladolid Óscar Puente. No ha llegado al ridículo de Esperanza Aguirre diciendo desconocer a la señora Sara Mago (cuando le preguntaban por José Saramago el premio Nobel), pero casi. Según el oficiosamente portavoz de la Ejecutiva Federal del PSOE un señor llamado Giancarlo Cipolla ha escrito una teoría sobre la estupidez humana que encajaría con Rivera e Iglesias en alguno de sus modelos individuales.
Una muestra de cultura del alcalde más tuitero del mundo mundial, de cultura de oídas porque ni de Wikipedia ha sido capaz. El señor que en su ensayo Allegro ma non troppo expuso la Teoría de la Estupidez sí se apellida Cipolla, pero se llama Carlo Maria como cualquiera con cierto nivel conoce. El tal Giancarlo puede ser un abogado parmesano, un actor o alguna que otra persona que tenga a bien portar ese nombre. Pero escribir no han escrito nada sobre la estupidez humana. Carlo Maria Cipolla, historiador de la economía, cercano al pensamiento utilitarista, dedicó en su breve ensayo una parte a describir cómo la estupidez humana perjudica a todos por no suelen procurar beneficio al resto de la sociedad, al contrario que los inteligentes, los incautos y los malvados.
A Rivera o a Iglesias ¿dónde les encuadraría Puente? Seguramente como estúpidos porque no le dan a Pedro Sánchez la investidura porque sí y entonces se causa un perjuicio a todo el mundo. Lo que ocurre es que Puente, seguramente no ha leído el ensayo y se olvida que la principal ley de la estupidez humana es que “siempre cualquiera subestima la cantidad de individuos estúpidos en circulación”. Hay que retener en la cabeza que “una persona es estúpida si causa daño a otras personas o grupo de personas sin obtener ella ganancia personal alguna, o, incluso peor, provocándose daño a sí misma en el proceso”. ¿Obtiene ganancia personal Rivera no apoyando a Sánchez? Sí, cubre su ego y el de sus conmilitones, algo que al hacer ascender el nivel de satisfacción provoca un aumento de la utilidad general, como describiría Jeremy Bentham (el inspirador de la teoría). Iglesias, en cualquier caso, sería un incauto porque se perjudica a sí mismo y beneficia a los demás, en este caso Sánchez que a futuro obtendría más escaños.
El problema es que utilizando a Cipolla quien parece más cerca del estúpido es el propio Puente, porque ni la broma tiene sentido en un momento en el que hay que calmar el estado de cabreo de todo el mundo; porque es incapaz de hacer la cita de forma correcta y queda como un inculto (incluso si se quiere quedar fetén nada mejor que poner el título del libro, si es que se ha leído y no es de oídas); y porque un político en un calentón puede mentar hasta a la madre del contrario, pero sentado tomando un café o una caña no se puede calificar de estúpido a nadie. Y si se es socialista, como se dice que se es, aún más hay que guardar las formas como bien indica el pablismo tradicional del PSOE. Tener elegancia en el insulto o en el desprecio cuando menos. Y, ya que conoce la teoría de Cipolla, hacer el cálculo de costes-beneficios siguiendo las pautas utilitarias. No sabemos si habrá fardado con los amigos, pero es para decirle que al menos escriba bien el nombre que si se va de cultureta por la vida hay que aparentarlo al menos.