Llevan tantos años vendiendo lo que les dicen desde los respectivos palcos, todo ello con tanto humo como el que genera un volcán en el momento previo a la erupción, que ahora llega el momento de las vacas flacas y los engaños de la prensa que cubre la información del Real Madrid y el FC Barcelona. De repente los perfectos clubes, esos que amasaban todos los títulos posibles año tras año, están tiesos como la mojama. Ahora se observa que han vivido por encima de sus posibilidades. Ahora se comprueba que han adulterado las competiciones inflando salarios que no pueden pagar por jugadores suplentísimos. Y la prensa no puede ocultar todo eso como ha venido haciendo hasta el momento.
El destrozo económico del Barcelona es patente, incluso en la prensa culé se asume la ruina económica, pero en la prensa blanca cuesta todavía asumir que no hay dinero. Los pasivos son preocupantes y los activos (especialmente los jugadores) se han devaluado estrepitosamente por una crisis que ha vuelto las cosas a cierto cauce más lógico. Compraron como nuevos ricos (ayudados por gobiernos e instituciones regionales) y ahora observan que no tienen nada salvo telarañas. Esto no lo van a vender desde la prensa porque, como es evidente, no vende, pero es la realidad del duopolio. Ya no pueden acceder a jugadores diferenciales porque, más allá de los equipos-Estado o con millonarios detrás, no tienen capacidad económica real. Han devaluado tanto la propia liga, esa que les podría proveer de fama más allá de trofeos internacionales, que ahora, con la naranja exprimida, no quedan ni los pipos.
Otros años destarían vendiendo humo a mansalva. Fichajes increíbles que se tuercen en el último minuto, no porque fuesen mentira (como las dos mil exclusivas de cierto programa nocturno), sino porque cualquier malvado lo arruinaba en el último momento. O no funcionaba el fax, que también ha ocurrido. Este año, salvo los que han llegado libres, no hay fichajes que ofrecer a las parroquias para venderles los periódicos y los clicks. De hecho en el Barça igual no pueden ni inscribir a los nuevos fichajes ni a Messi de la ruina que tienen. Así que deben vender otras motos, otros humos…
La prensa madridista, enfadada por la osadía de Luis Enrique de no convocar a ningún jugador de su equipo, se lanzó a una campaña desestabilizadora y asquerosa contra el equipo nacional. Primero lanzando toda la mierda posible contra el seleccionador. Segundo apoyando a todos los equipos que tenían jugadores blancos –por eso hemos escuchado y visto hablar sobre la Croacia de Modric, la Alemania de Kroos, la Bélgica de Hazard y Courtouis, la Francia de Benzema, Varane y Mbappé, la Portugal de Cristiano y Pepe…- de tal suerte que los han gafado de tal forma que no han llegado ni a semifinales, mientras que sí lo ha hecho la selección a la que han ninguneado –incluso con encuestas vergonzosas-. Tercero, inventando guiños y acuerdos secretos con el gran objeto de deseo (Mbappé) que llegará este verano, o al otro, o no llegará. ¿Creen que siendo gratis el año que viene, sin poder darle un contrato enorme, el resto de equipos no van a ofrecerle lo que quiera, en algunos casos con equipos campeones, y llegará al club de la Castellana junto a siete canteranos y tres prejubilados? De momento Haaland ya no llegará como vendieron en exclusiva hace unos meses. Y cuatro intentando colar como fichajes la vuelta de los cedidos o como solución a todos los problemas la llegada de Pintus.
En Barcelona, por una vez no se cumple la teoría de los vasos comunicantes donde cuando hay alegría en un sitio en el otro hay tristeza, está la cosa casi peor. Joan Laporta intentó animar el cotarro con los fichajes de varios jugadores libres (Agüero, Menphis…), hacer ver que el Barça volvía a ser importante, pero se ha chocado con la realidad económica. No hay un euro en caja y no puede inscribir ni al jugador que es su buque insignia y gran mercancía para extras monetarios por publicidad y demás bonus.
Han dado la carta de libertad a un fichaje de esos extraños de Bartomeu, ahora pretenden hacer lo mismo con otros jugadores (Pjanic y Umtiti) y pretenden que el resto de jugadores se bajen los sueldos para que cobren los nuevos –esto último debe haber provocado carcajadas que se han escuchado hasta en Andorra-. Algo que, en tiempos pretéritos, era propia de clubes modestos, ahora es la norma en un gigante con pies de barro. A pesar de todo ello, que no ocultan pero tampoco está en primera página todos los días, la prensa culé vende que lo de Messi no es problema. Que peor lo tienen en el PSG que tiene que vender por 180 millones de euros… y el Barça ¿por cuánto tiene que vender y a quién tiene que vender?
De momento se han calmado las aguas –están entretenidos diciendo que la llegada de Ramos provoca divisiones en el vestuario del PSG (¡Qué mal despide la prensa!) o con los millones que llegarán gracias a Laporta-, pero como hay que comer y han logrado cansar tanto a las aficiones de los demás equipos, las cuales ya no les compran las motos, nos contarán hasta el color de los calzoncillos de Mbappé, las estrellas olvidadas de la cantera madridista (culpa todo de Zidane, casi seguro), la capacidad de Ancelotti para construir equipos de la nada, la pretemporada más dura al mando de Koeman y todas las fotos de las novias de los jugadores enseñando pierna. Siempre intentando vender el dictado de Florentino Pérez y de Joan Laporta, que para algo son la prensa de ambos regímenes. Gil Marín lo hace también, pero a éste se le tiene calado hace años y no se cree nada que salga de su boca y de sus extensiones mediáticas.
Ocultarán a sus aficiones que será el segundo año casi sin fichajes en el Real Madrid –todo culpa de la construcción del estadio (para el que han pedido otros 160 millones de euros porque iba a salir barato) o de Ceferin-; que los demás equipos europeos se están reforzando con buenos jugadores o estrellas –y no los equipos-Estado sino los de siempre- mientras en sus equipos fichan casi jubilados o caprichos del entrenador; que sus dirigencias han disparado con pólvora del rey y se ha acabado –ya no les pasan ni una en el control financiero, por ejemplo-; y les venderán mucha ilusión… Aunque, por lo que se ve en redes sociales, va aumentando el número tanto de madridistas como de culés ya no se creen esas milongas. Aunque la mentalidad chiringuitera entre ambas aficiones está muy extendida y de ello se aprovechan los medios: saben que les pueden echar pienso compuesto Sanders que se lo comen.