Tras la primera y cruenta jornada de liga, vuelven a la palestra de los medios de comunicación los fichajes estivales. Muchos son humo porque hay que vender periódicos y conseguir visitas –de algo hay que comer-; otros son posibilidades remotas producto del enfriamiento global del mercado fuera de Inglaterra; y una buena cantidad son realidades que se pueden producir o no. En este terreno de juego es donde más cómodo se siente Miguel Ángel Gil, más conocido como el jeque mochilo, porque las operaciones estrambóticas o sorpresa son su estilo de gestión.
Tras fichar a Rodrigo de Paul por 35 millones (más pluses), a Marcos Paulo gratis (aunque todo apunta que ni pisará el Metropolitano esta temporada, al menos), ahora parece que tiene en cartera a un buen puñado de delanteros. Se habla de Rafa Mir, con el que estaba todo apalabrado pero el Wolverhampton ha visto la oportunidad de pedir mucha más pasta (como ya no trabaja tanto con Jorge Mendes, ha querido meter el gañotazo), y que tiene un perfil de rematador, corpulento y que no tenía convencida a la afición rojiblanca –ni al entrenador, visto lo visto-. Dicen desde Italia que el acuerdo con Vlahovic estaría casi a punto de concretarse. Otro delantero corpulento al que parece que se le caen los goles por lo visto en la última temporada y poco en la Fiorentina. Jugadores de esos que metían goles a espuertas han conocido los rojiblancos unos cuantos que luego nada de nada (Rodax, Lukic, Tren Valencia, Jackson Martínez…).
En este tema lo raro es que ninguno de los amanuenses del Atlético de Madrid haya dado pista alguna, ni haya confirmado de una forma u otra los contactos por el jugador serbio. Todo viene de Italia. Muy raro todo. Aunque es verdad que tampoco vieron venir el fichaje de Trippier, ni el de Šaponjić, ni algunos otros y, en cambio, han vendido a jugadores que jamás llegaron como Rosicky. También ha habido fichajes que se han quedado en el hotel o llegando por la A-2 como Marco Reus (o en una discoteca de Ibiza porque las fuentes no son claras). O podría llegar Matheus Cunha del Hertha de Berlín según cuentan en los papeles como otra opción. O, tampoco cierren esta posibilidad, igual no llega nadie.
Lo que está gozando Gil realmente es que sin haber hecho las correspondientes ventas anuales para cuadrar las cuentas, aunque lo que sobró de la “venta” de Thomas al Arsenal se ha gastado en el mediocampista argentino, está sonando que va a fichar a jugadores por 50 ó 70 millones (cada minuto que pasa desde Italia están subiendo el precio y no sería extraño que se cerrase por 225 millones más 100 en extras), muy por encima de lo que hacen sus competidores en España. Está gozando por la rabia que sacan desde medios extremadamente madridistas como El Bernabéu/El español donde hablan de reventón del mercado por parte de jeque mochilo. Debe estar en el yate echándose vino por el cuerpo porque igual ni gasta ese dinero.
¿Qué posibilidades hay de que Gil gaste 100 millones en una ventana de fichajes?
Primera: Que esté pasando por un estado depresivo o de excitación máxima y le dé por gastar sin ton, ni son.
Segunda: Que le haya quitado la chequera a su madre.
Tercera: Que esté revalorizando la plantilla porque en breve va a vender su paquete accionarial.
Cuarta: Que Simeone le haya agarrado de las partes pudendas.
Quinta: Que vaya a haber una heitingada (venta de último día) que tienen oculta y se lanzan a comprar sabiendo que ingresarán eso o más.
Sexta: Que por una extraña razón le haya dado por fichar, tampoco grandes estrellas mundiales, y mejorar el equipo. Algo nunca visto hasta la fecha.
Séptima: Que todo sea humazo del bueno y no llegue nadie, pero las risas se las echa.
Lo curioso es que los que más se quejan están planeando gastarse 180 millones en un solo jugador… o eso les venden desde sus medios.