Ayer Juanan, en su micro-vídeo Juanan Desencadenado, hablaba de penaltitos y pesos de jugadores. Sin importar realmente lo del peso, deja flotando en el aire la constante polémica sobre el reglamento del fútbol. No hay dios que se entere de las normas, en concreto de la aplicación de las normas, porque se van cambiando según interese o no al nacionalmadridismo. Esa ideología deportiva que justifica un atraco a la selección española porque un jugador blanco mete gol mediante una historia que rompe el fuera de juego y que jamás se vuelve a pitar.
Si uno está atento a las radios, los programas televisivos (nocturnos, con o sin opiáceos) o la prensa digital acaba por no entender las reglas. Resulta que pisar a un jugador es tarjeta, aunque sea sin querer, pero si la jugada es realizada por un Casemiro de la vida no es ni falta. Resulta que dar una patada en la cara es roja, pero si la patada la recibe un jugador del, por ejemplo, Atlético de Madrid no es nada. Y menos penalti si está en el área.
¿Qué es el VAR?
¿Recuerdan la zona Dogso? Esa zona entre mítica o fantástica que jamás se ha vuelto a pisar (de hecho este mismo fin de semana se podía haber expulsado a algún jugador pero no). No desesperen, volverá a aparecer en cuanto beneficie a algún equipo que le guste al nacionalmadridismo. Se entiende que perjudicará a algún equipo que no les guste. Pero no esperen intervenciones del VAR hasta ese momento.
De hecho el VAR ha pasado a ser el BAR del estadio. Un lugar esotérico que no interviene cuando hay errores flagrantes, salvo que beneficie al duopolio, como sucedió con la entrada criminal del Chimy Ávila. O las patadas a la rodilla de un tal Casemiro. Siempre estarán la alegre muchachada, nacionalmadridista, para justificar el no uso. No ven que en todos los medios hay “especialistas”, como Isaac Fouto, encargados de servir a la Federación para que no se note. Que no se note no a favor de su equipo sino en contra de los otros.
Arbitrajes sibilinos
De lo que no suelen hablar los ex-colegiados, en algunos casos ya eran malos en activo, y los “especialistas” es de los arbitrajes sibilinos. Esos que van minando a los jugadores de algún equipo, penalizando cualquier protesta mínima, sacando tarjetas porque sí y, como no, dejando de utilizar el VAR en jugadas escandalosas. Las manos de un jugador madridista en el área no son como las de uno rojiblanco. En el segundo caso siempre son mano, da igual si es manco. Y en caso de duda, el roncerismo inilustrado habla de la mano de Militao como si no hubiese sido mano, ya que no están acostumbrados a que les apliquen el mismo reglamento.
Mientras los jugadores blancos pueden protestar a grito pelado, el resto de jugadores deben callar, bajo pena de cinco partidos de sanción. Este tipo de análisis no aparecen en las conclusiones y las notas de esos especialistas y ex-colegiados del nacionalmadridismo. Y son, paradójicamente, mucho más determinantes para el juego y el resultado que un penaltito. Aunque, bien es cierto, que a jugadores que vistan de rojiblanco se les puede agarrar hasta tirarles en los córneres.
Al final, como buena ideología, el nacionalmadridismo acaba configurando un espacio mental, una pararrealidad, que genera un desconocimiento del reglamento. Ya no se sabe qué es cada cosa.
totalmente cierto. Y seguirá así mientras el nacionalmandrilismo tenga comprados todos los medios a su antojo.
Pero no debemos olvidar que esos mismo medios viven gracias a los que los leen.
borregos somos y en corderos nos convertiremos.
Amén