El partido contra el FC Barcelona es una muestra de lo descolocado que está el Cholo Simeone. En cuanto la alineación titular fue hecha pública la mayoría de la afición rojiblanca torció el gesto. Se olía lo peor… y lo peor se produjo. Esa afición es la única que ve todos los partidos del Atlético de Madrid; la que se informa diariamente de los pormenores de los entrenamientos; la que analiza el juego del equipo y los jugadores… No de la misma forma en que lo hace Simeone, pero no son tan estúpidos para no saber algo del juego.
Y la mayoría de atléticos y atléticas echan en falta lo mismo… actitud. O intensidad. O cojones. O como lo quieran llamar. Claro que no se observa en todos los jugadores y ahí es cuando el aficionado comienza a mosquearse. ¿Por qué poner en una alineación a aquellos que parecen más descentrados o relajados en los partidos? Desde luego Simeone, salvo rara excepción, nunca ha puesto a los fichajes directamente en el once pero el equipo necesita de algo nuevo tanto que…
Pérdida de cholismo
Si por intensidad en el partido se trata, a la gran mayoría de la afición le parece que la Triple C debería salir de inicio. Atrás los que saben defender, vengan de Mozambique o del filial. Y en el centro del campo los que se la pasen a los compañeros más que a los contrarios y sepan situarse en el campo. Esto es, lo que la afición pide al Cholo es que sea cholista. Justo con aquellos que se ganan en el terreno de juego la titularidad. Y no vale con decir aquello de los minutos que valen, porque hay senderistas que no se ganan ni un minuto.
Como son hombres y no nombres lo que se pide, la ecuación es sencilla. Cierto que sólo el Cholo y su equipo técnico están en los entrenamientos y que se confía en su perspicacia, pero hay cuestiones que claman al cielo. Todo aficionado rojiblanco ve que hay jugadores, aunque con menos calidad, nombre y apoyos mediáticos que otros, que deberían jugar sí o sí. Se nota en los partidos. No tanto por el resultado como por la actitud. Hay algunos jugadores que siguen siendo cholistas.
Y otros que deberían pasar un tiempo pensando, o descansando, o lo que sea que les guste, en el banquillo. Muchas frases de Paulo Coelho, o de Robin Sharma, o de cualquiera que le gusta la inteligencia emocional y demás timos, pero los hechos son los que son. Cuatro tiros a puerta y cuatro goles. Y no sólo es culpa de errores de la defensa, sino del resto que están a verlas venir.
La cosa está peliaguda
Cada vez queda menos tiempo para arreglar la situación. Simeone tiene que dejarse de documentales y demás postureos y centrarse en lo importante. En River ya se le cayó el equipo la segunda temporada y aquello acabó mal. Hoy, tiene los suficientes jugadores para sacarlo adelante. Pero debe dejar de pensar en términos de supuesta calidad y resolución. Poner a los que saben hacer su trabajo, que meten intensidad y nada más se le pide. Que tenga la valentía de dejar 300 millones en el banquillo si hace falta.
Dicho esto habría que renovarle, si él quiere. Entre otras cosas para que sepan más de uno y más de dos que es más probable que salgan ellos antes que el entrenador. Tampoco se puede dejar de mirar al palco (se insiste en que se les pita poco) porque allí están parte de los problemas. Se han dejado llevar por la tontería de los jugadores vistosos y al final el espíritu de lo que es el Atlético de Madrid se ha perdido. Y con un equipo enfermo tampoco van a vender camisetas, ni entradas a los touroperadores.