Ahora que Ángel Villar pasa las últimas noches en la cárcel, muchos son los que se alejan del personaje. Todos algo se olían, todos algo veían extraño, pero esos mismos “todos” nada hicieron. Villar logró hacerse un hueco en el mundo del “fúrbol” a nivel mundial. Sirvió a sus amos de UEFA y FIFA con total lealtad y tuvo en la palma de la mano a casi todos los jefes del Consejo Superior de Deportes (hacerse fotos en el deporte mayoritario vende mucho). Todas esas instituciones le auparon y le protegieron por acción u omisión.
Controlado el fútbol patrio, podía dedicarse tranquilamente al lisonjeo internacional. Y UEFA y FIFA se lo pagaron con prebendas (cargos) y un apoyo inquebrantable. Cualquier movimiento en contra de Villar, así fuese a nivel interno de la propia Federación, era parado en seco por UEFA, principalmente, o FIFA. Querían a Villar al frente y no dudaban en pelear por ello. Lennart Johansson, a quien acabó traicionando el propio Villar, no dudaba en apoyarle en sus frentes contra los clubes que deseaban separarse de UEFA y montar su propia Champions, por ejemplo. Florentino Pérez lo sufrió en sus propias carnes durante años. Su enemistad con Villar hizo que el Real Madrid saliese perjudicado en sorteos y malos arbitrajes, en comparación con su máximo oponente. En cuanto entendió que debía hacer la genuflexión comenzaron a cambiar las cosas. Mérito de Villar haber conseguido eso de Pérez, quien está acostumbrado a todo lo contrario.
El 17 de febrero de 2008, Joseph Blatter, que ya ostentaba el cargo de máximo dirigente de FIFA, fue muy explícito contra las pretensiones de Jaime Lissavetzky, en aquel momento presidente del CSD, de adelantar las elecciones porque la selección de fútbol no se había clasificado para las Olimpiadas. Blatter no dudó ni un minuto en amenazar a España con las expulsión de la selección y de los demás equipos de las competiciones internacionales. Lissavetzky se la envainó y Villar salió triunfante de la contienda. Hubo elecciones pero cuando a él le convino. Es el único momento en que el CSD ha sido un poco más beligerante con la FEF.
Otro caso sucedió en 2012, que de tapadillo o con nocturnidad y alevosía, Villar convocó elecciones aprovechando que Albert Soler había abandonado el cargo de máximo dirigente del CSD. El 4 de octubre de 2011 la Federación Española de Fútbol comunica al CSD su intención de adelantar las elecciones de 2012. Al día siguiente, el CSD pide informe a la Junta de Garantías Electorales, que emite uno favorable el día 24. El 2 de noviembre el CSD da vía libre a esas elecciones en las que Villar no tuvo rival porque a nadie le dio tiempo.
Joao Havelange fue su gran padrino, en especial entre el fútbol de habla hispana, y el que le facilitó contactos que luego serían utilizados por su hijo Gorka para todos sus negocios a la vera del padre. Tampoco se puede olvidar al sempiterno Julio Grondona, con el que tuvo una relación bastante afectuosa y servía con placer a su amo Blatter, como también hacía Villar. Ambos vicepresidentes de FIFA. Todos ellos implicados en negocios sucios del mundo del fútbol. Porque es mucho el dinero que mueve ese mundo. Un dinero opaco y que además queda controlado por entidades que no responden, aunque deberían, ante gobierno alguno.
Imaginen a Francia presionando públicamente contra otro país por una cuita futbolera, al político que se le ocurriese eso lo cesarían o pedirían su cese al día siguiente. Sin embargo, UEFA y FIFA, así como la propia FEF, han hecho a su antojo cosas similares sin que nadie les parase los pies. Porque las personas pueden estar pasando hambre pero el fútbol resulta intocable para los políticos de aquí y de allá.
Ni Javier Gómez Navarro, ni Rafael Cortés Elvira (a quien el villarato buscaba recompensar con una Universidad, que se dice pronto), ni Pedro Antonio Martín Marín, ni Juan Antonio Gómez Angulo, Ni Jaime Lissavetzky, ni Albert Soler, ni Miguel Cardenal han podido ni querido acabar con Villar. Tenían miedo de perder el favor del público por arreglar la parte pública del fútbol, porque las federaciones al fin y al cabo son entidades jurídicas públicas, administración del Estado. Todos ellos han acabado besando el anillo de Villar porque, al fin y al cabo, se vive muy bien de presidente del CSD y te pones muchas medallas sin hacer casi nada.
Ahora Gianni Infantino y Aleksander Ceferin (FIFA y UEFA respectivamente) han declarado que será expulsado de ambas instituciones en cuanto se reúnan los comités ejecutivos. No quieren verse salpicados por la corrupción, aunque hayan convivido y muy bien con ella durante años. Después del FIFAgate ya no se toleran más actitudes que puedan provocar que su poder omnímodo se vea afectado. Pero hasta anteayer Villar era uno de los suyos.