Cincuenta años en el mundo de la música es algo de lo que muy pocos grupos pueden presumir y menos con el éxito mundial que ha cosechado esta banda en sus dos etapas blues y rock. Juntando todos sus discos estamos hablando de más de 100 millones de ventas. De hecho, las cifras oficiales hablan de Fleetwood Mac como el octavo grupo que más ha vendido a lo largo de la historia. Miembros del Hall Fame of Rock, con una estrella en el Paseo de las Estrellas de Los Ángeles y multitud de numerosos premios, fueron un fenómeno musical irrepetible. Los rumores apuntan a realizar una gira de despedida en breve para cerrar el círculo que comenzó en Londres en 1967.
Cansado del dirigismo de John Mayall, Peter Green habló con Mick Fleetwood y John McVie (batería y bajista de los Bluesbreakers de Mayall) para formar un nuevo grupo en el que poder desarrollar su concepción del blues. A fin de convencer al bajista, que tenía una posición muy cómoda ajo el prestigioso manto de Mayall, decidió Green ponerle como nombre al grupo con la unión de los apellidos de ambos colegas. Así nación Fleetwood Mac, aunque estarían unos meses utilizando a Bob Brunning como bajista hasta que John accedió a cambiarse. Comenzaba una carrera que llamó la atención del público por la peculiar forma de concebir la música blues de Green. Mientras Clapton, Bruce y Baker llevaban el blues y el jazz a la onda del rock de guitarras distorsionadas, las canciones de Green eran de una belleza cristalina.
“Man of the World”, “Need your love so bad” o, la muchas veces versionada, “Black Magic Woman” encandilaban a la juventud británica. Ventas mucho más que aceptables hacían de Fleetwood Mac un asiduo de los programas de televisión y los diferentes festivales que poblaban Europa. Curiosamente su primer número uno llegaría con una canción instrumental “Albatross”. Green, Fleetwood y McVie habían añadido al grupo a Danny Kirwan y a Jeremy Spencer, por lo que formaban con tres guitarras que se complementaban a las mil maravillas.
Green estaba en su punto álgido de composición pero el LSD le estaba pasando factura y comenzaba a ir perdiendo, en cierto modo, el sentido de la realidad. Antes de abandonar el grupo que fundase tuvo tiempo de facturar dos obras maestras del rock “Oh Well” y “The Green Manalishi”. En 1970 el grupo se quedaba sin su cerebro compositor y entraban en su etapa más oscura. Añadieron al grupo a la teclista y modelo Christine McVie, la esposa del bajista y que había estado tocando Chicken Shack. Danny Kirwan, tras problemas con alcohol y drogas, también deja el grupo y se quedan en cuadro. Necesitan nuevos músicos porque Jeremy Spencer en febrero de 1971 decidió irse a comprar una revista y no se le volvió a ver más. En aquellos años se unió a un grupo cristiano comunal y se retiró del mundo musical.
Contactan con Bob Welch, toman la decisión de marchar a vivir a EEUU y vuelven a los estudios facturando unos LPs con una calidad menor a la acreditada hasta la fecha. Welch genera canciones de calidad “Sentimental Lady”, “Hypnotized” o “Bermuda Triangle” que no son suficientes para volver a poner a Fleetwood Mac en el centro de la escena musical. Tras diversos problemas se quedan los McVie y Fleetwood en busca y captura de nuevos músicos con los que proseguir la carrera musical. Y un día que Fleetwood se acerca a ver unos estudios de grabación para el próximo álbum que iban a grabar, el técnico de sonido y productor Keith Olsen le pone como muestra la canción “Frozen Love” de un dúo californiano llamado Buckingham-Nicks y el batería queda prendado de la guitarra que está escuchando.
La casualidad quiso que Lindsey Buckingham estuviera esos días grabando unas demos en los estudios por lo que Fleetwood le conoció, charló y le propuso sumarse a Fleetwood Mac. Buckingham aceptó con la condición de que su novia Stevie Nicks, con quien había grabado el disco antes mencionado, se uniese también. El batería aceptó y en aquellos momentos no pudo valorar todo lo que vendría después. Acababa de firmar al dúo que llevaría al grupo de nuevo al estrellato mundial.
Comienza la era Rumours
El quinteto se junta y se mete en el estudio para grabar lo que sería el álbum Fleetwood Mac de 1975. La conexión entre los tres compositores se complementa con tres formas de escribir e interpretar las canciones que dan como un resultado un álbum completo. El lirismo mágico de Nicks, se entremezcla con el pop-rock de Christine McVie y a ello se añade el eclecticismo de Buckingham. Sorprenden en las radios y a los oyentes con esta nueva formación que se aleja de lo grabado con anterioridad. La gente se encandila con canciones como “Over My Head”, “Blue Letter”, “Say You Love Me”, “Rhiannon”, “I’m So Afraid” o “Landslide”.
Las ventas se disparan hasta alcanzar el quíntuple platino, esto es, 5 millones de copias vendidas. La posterior gira es también todo un éxito de público y de conciertos. Se encuentran, de nuevo, en la cima. Pero no podían pensar que aún no habían llegado tan alto como podrían. El interior del grupo, sin embargo, se estaba quebrando. Los McVie se divorcian. Buckingham y Nicks rompen su relación de años y Fleetwood termina divorciándose de su esposa Jenny Boyd. Lo que podía haber acabado con ellos y ellas en su ascenso, por extraño que parezca, les fortaleció musicalmente.
La discográfica, visto el éxito del álbum y de la gira, les pide meterse en el estudio de grabación cuanto antes. Cuentan con dos productores y técnicos de su total confianza (Keith Olsen y Richard Dashut) y se les da total libertad creativa. Las rupturas y el dolor que existe en los componentes dan lugar a canciones brutalmente sinceras, emotivas y desgarradas en las que los compositores no dudan en volcar todo lo que llevan en el interior. Las canciones de Buckingham son de mala leche por la ruptura. “Second Hand News”, “Never Going Back Again” o “Go Your Own Way” son dardos directos hacia Nicks. Christine McVie escribe “Don’t Stop” como alegoría de lo bueno por venir en el amor, o “You Make Loving Fun” para su nuevo amor, lo que debía ser una puñalada para el bajista y ex de la teclista. Nicks seguía en la estela del futuro hablando en “Dreams”, la puya a Buckingham en “I Don’t Want to Know” y sus canciones tipo como “Gold Dust Woman”.
En 1977 el disco comenzó a escucharse en la radio y las ventas se dispararon. Incluso por encima de las propias previsiones, lanzando al superestrellato al grupo. En aquellos años Rumours, que así se llama el disco, vendió cerca de 20 millones de copias (sin Amazon, ni cosas por el estilo sí). Dreams se situó en el número 1 y el disco estuvo 31 semanas como el disco más vendido. A día de hoy son más de 40 millones de copias las que se han facturado de Rumours. Pocas son las personas que no han escuchado alguna de sus canciones en películas, series o la radio. Un éxito arrollador que les llevó a una gira mundial de casi dos años.
Visto el éxito arrollador la compañía discográfica estaba deseando que volviesen al estudio para grabar un nuevo disco. Buckingham y Fleetwood decidieron que había que innovar un poco, el primero muy influenciado por la new wave y sus canciones cortas y el segundo para ver si eran capaces de dar un salto aún mayor. El caso es que grabaron un doble disco con veinte canciones, lo que de por sí haría bajar las ventas, y Buckingham experimentó todo lo que quiso. Eso sí, se gastaron en la creación, grabación y producción del disco un millón de dólares. Como dijo Mick Fleetwood “nos podíamos haber hecho un estudio cada uno”. Tusk no tuvo el éxito anterior y sólo vendió cuatro millones de copias, aunque dejó una perla musical como “Sara”. Gira y disco en directo que tiene unas ventas aceptables.
Deciden tomarse un parón con el grupo para sacar adelante proyectos individuales y descansar del agotador ritmo que llevaban desde 1974. Muchas drogas, mucho alcohol, mucho de todo. Cuentan las malas lenguas que en la última gira llegaron a llevar en la gira a su propio camello para que les nutriese de cocaína antes y después de los conciertos. Stevie Nicks saca su excelente álbum Belladonna que cuenta con la colaboración de Tom Petty & the Heartbreakers, otro de los supergrupos de la época y la historia del rock, y resulta un gran éxito de ventas. Lindsey Buckingham lanza Law & Order que no alcanza las cotas de Nicks pero vende bien en EEUU y sigue en la estela de sus deseos musicales más new wave. Pero tocaba volver a Fleetwood Mac.
En 1982 graban y editan el álbum Mirage que vende dos millones de copias y parece certificar el declive del grupo. Buenas canciones como “Gypsy” de Nicks, “Hold Me” de McVie, u “Oh Diane” de Buckingham les permite embarcarse en otra gira mundial que tiene como resultado la grabación de un concierto para vídeo (Beta o VHS, sí). Entremedias Nicks se está convirtiendo en una estrella en solitario y con ventas superiores al grupo. Nuevo parón que parece certificar la muerte del grupo. Buckingham edita Go Insane que no logra unas ventas masivas pero sirve para sacar sus fantasmas interiores.
Buckingham comienza a grabar un disco en solitario e invita a sus colegas de Fleetwood Mac a unirse al mismo para hacer voces y grabar unos instrumentos. Y lo que parecía iba a ser un proyecto personal se convierte en Tango in the Night de 1987. Sólo faltaba añadir a Nicks y sus canciones para darle forma, aunque la tensión entre el guitarrista y la cantante es sumamente alta y acaba estallando en una bronca de enormes dimensiones y con un Buckingham ido completamente. Dicen las malas lenguas que por ir cargado de cocaína. El caso es que el disco es un éxito tremendo con canciones como “Little Lies”, “Big Love” y “Seven Wonders”. Pero Buckingham se baja del barco antes de la gira mundial.
Quedan cuatro de los miembros a los que añaden a Billy Burnette y Rick Vito para la gira de concierto. Mientras las ventas van cayendo hasta lograr cinco millones de copias. Pero el grupo está tocado de muerte. Lanzan Behind the Mask y Time en 1995. Pero las ventas no acompañan y en el último ni Christine McVie, ni Stevie Nicks aparecen. Fleetwood había reclutado a Dave Mason (ex-Traffic) y Bekka Bramlett para el último disco pero no funciona el invento. Se da por muerto el proyecto FM, pero cual ave fénix la formación Rumours se reúne para un especial de televisión. Y bombazo al canto. La unión del equipo de la última etapa supone un éxito total de audiencia y de ventas del disco que recogía el concierto en directo The Dance, cinco millones de copias casi sin promoción sólo en EEUU.
Una vez superadas todas las peleas deciden lanzarse a una gira de conciertos que les llevará hasta 1998 tocando para distintos públicos en EEUU y Europa. Curioso que, una especie de justicia divina, se produjese en este disco. La compañía discográfica decidió sacar como single la canción “Silver Springs”, una belleza de balada del cariño que sentía Nicks por Buckingham en 1977 y que no entró en el disco Rumours a decisión de la compañía, aunque sí como cara B de “Go Your Own Way”, paradójicamente la canción más hiriente del guitarrista contra su ex-pareja.
En 2003 sacaron, ya sin Christine McVie que se había mudado a vivir a Gran Bretaña, el disco Say You Will que contiene unas buenas canciones como “Peacekeeper”, “Say You Will”, “Say Goodbye” , “Goodbye Baby” o “Running Through the Jungle”. A día de hoy está certificado como disco de platino (1 millón de copias) en EEUU y la posterior gira produjo unos beneficios de 27 millones de dólares.
Desde entonces han hecho un par de giras por Estados Unidos y Europa (España no es Europa para los promotores parece), han sacado un disco Extended Play, John McVie ha superado un cáncer, todos están curados de sus diferentes adicciones y siguen carreras tranquilas con algún disco de vez en cuando. Lo último, como ya se dijo, es que se rumorea con una gira de despedida de Fleetwood Mac, sólo hay unas fechas y quién sabe. Aunque parece que esta vez sí para siempre. Podremos disfrutar del disco como dúo de Lindsey Buckingham y Christine McVie que acaban de editar como recuerdo de unos años muy buenos de la música.
Siempre quedarán los recuerdos y las canciones. Posiblemente en España, si se preguntase a la gente si conoce a Fleetwood Mac las respuestas afirmativas no pasarían del 20% con suerte. Sin embargo, si se les pusiesen las canciones seguramente esa cifra subiría. De todas formas se cumplen 50 años de la formación de uno de los grupos más grandes de la música blues-rock y eso sólo ya es motivo para coger alguno de sus discos, o pinchar en Spotify su nombre, y disfrutar de su música.