El glifosato, un herbicida «tóxico» y «cancerígeno» según diversos estudios, es empleado en el 90 por ciento del arbolado de cultivo convencional de la Región de Murcia, fundamentalmente en cítricos, frutales y frutales de hueso, según ha hecho saber el ingeniero agrónomo y agricultor Ramón Navia, que acumula una gran experiencia investigando este producto.
Precisamente, los Estados europeos han votado esta semana en el Comité de Apelación de Fitosanitarios a favor de reautorizar por cinco años más de este producto, el herbicida más utilizado en el mundo, según informaron fuentes de Ecologistas en Acción en un comunicado.
En este sentido, Navia ha recordado que este producto comenzó a comercializarse a finales de la década de los años 70 y está catalogado como un herbicida «total», que «arrasa» todas las plantas con las que entra en contacto y que es «tóxico» porque lleva «dioxinas» y por sí mismo, a pesar de que «no debería llevar ninguna». Su uso no se limita a los cultivos, sino que también se emplea en jardinería o en el mantenimiento de los arcenes de carreteras.
En la Región de Murcia, ha explicado que este herbicida se emplea sobre todo en árboles, de forma que se administra debajo de cada ejemplar y elimina toda la hierba existente. «El producto se mete en la planta y elimina todo, hasta la raíz», según Navia, que precisa que no afecta al árbol.
El glifosato es el producto «más vendido» en la Región de Murcia «desde siempre» y es el «número 1 en ventas» desde la década de los años 80, según Navia, quien ha señalado que el producto era fabricado originalmente por la multinacional Monsanto, pero perdió la patente y actualmente es comercializado por un gran número de empresas.
Es un producto «muy agresivo» y con un efecto tan «drástico» que es «muy negativo» para el campo ya que, además de su toxicidad, «limpia demasiado el terreno», según Navia, quien lamenta que es el herbicida más utilizado porque es el «más barato» y representa la solución «más sencilla» para el agricultor.
El glifosato, que actualmente cuesta unos tres euros por litro, debería tener un precio más elevado porque «sólo así se llevaría a cabo un uso más racional», según Navia, quien confirma que existen alternativas «más suaves» a este tipo de herbicida desde hace muchos años como, por ejemplo, las soluciones «ecológicas» con las que él mismo trabaja como agricultor.
Sin embargo, estas alternativas no llegarán a tener éxito «si no se retira antes el producto fácil», según Navia, quien señala que los agricultores pueden llegar a usar hasta 30 o 40 litros por hectárea al año, lo que supone una cantidad «muy grande».
«El producto tiene dioxinas que no se degradan y no se puede evitar que llegue al consumidor», advierte este ingeniero agrónomo, quien recomienda no utilizar el Glifosato si se quieren evitar estos efectos. A su juicio, lo «prudente» sería no emplear este producto, porque su efecto tóxico y cancerígeno «está más que demostrado».
Además, ha criticado la postura de la Consejería de Agua, Agricultura y Medio Ambiente, que el pasado mes de abril envió una nota informativa a los ayuntamientos remarcando que, con fecha 15 de marzo, el Comité de Evaluación de Riesgos de la Agencia Europea de Sustancias y Mezclas Químicas (ECHA) había dictaminado tras una evaluación de la información científica que la sustancia activa Glifosato no se podía clasificar como «cancerígena, mutagénica ni tóxica para la reproducción».
Sin embargo, en la misma circular advertía que el uso del vinagre como herbicida estaba «prohibida» dado que, «al no haber sido evaluado por el EFSA, su uso «no se puede considerar como seguro». De esta forma, sólo se aceptaba su uso como «fungicida y bactericida».
La Comunidad afirma que no tiene propiedades cancerígenas
La Consejería de Agua, Agricultura, Ganadería y Pesca, dentro del uso de los productos fitosanitarios entre los que se encuentra el glifosato, aclara que únicamente tiene competencias en materia del control de uso y la comercialización de estos productos, «siendo indispensable que los mismos se encuentren registrados y autorizados por el Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, que para ello tiene establecido un programa autonómico de control que ha sido auditado varias veces por la Comisión Europea».
Respecto a la materia activa glifosato, la Consejería explica que la misma ha sido «evaluada científicamente por distintos organismos europeos como son el BfR y la ECHA que han servido para el dictamen científico de la European food Safety Authoroty (efsa) como organismo europeo responsable de la autorización de productos fitosanitarios, llegando a la conclusión que no tiene propiedades carcinogénicas o mutagénicas y, por lo tanto, ha concedido una prórroga por cinco años para su uso».
En este sentido, la Consejería recuerda que ha facilitado la información disponible a los ayuntamientos sobre la situación de esta sustancia activa, y respecto a su posible sustitución en los espacios públicos por el uso del vinagre como herbicida.
Respecto al uso del vinagre como sustancia básica, la Consejería destaca que «solo ha sido aprobada por la Unión Europea como fungicida y bactericida» por lo que «no puede ser empleado como herbicida». Y es que «todo producto que se utilice con acción fitosanitaria, incluido el control de hierbas adventicias, tiene que estar evaluado y aprobado, cuestión que no se ha realizado para el vinagre».
Los agricultores, dispuestos a usar alternativas
Por su parte, el presidente de COAG Murcia, Miguel Padilla, ha reconocido que el uso de este producto está muy extendido y podría llegar a usarse en el 90 por ciento de los cultivos convencionales de la Región de Murcia.
En declaraciones a Europa Press, ha señalado que los agricultores no tienen «ningún inconveniente» en cambiar este producto por cualquier otro, siempre que salga al mercado «un sustituto». Y es que advierte que, hoy por hoy, «ningún producto lo sustituye al 100%» y el Glifosato es «imprescindible» para el sector.
Padilla ha indicado que el producto no se usa sólo en la agricultura, sino que también está muy extendido en el mantenimiento de carreteras o en jardinería, para eliminar las malas hierbas de arcenes, cunetas o brazadas, por ejemplo.
Sin embargo, ha aclarado que su uso está restringido, fundamentalmente, al arbolado, porque no se puede emplear con otros productos hortícolas como el brócoli o la lechuga, puesto que el Glifosato también extermina estas plantaciones.
Ecologistas en Acción advierte que es un «probable cancerígeno»
En un comunicado, Ecologistas en Acción ha lamentado la decisión de los Estados europeos que han votado esta semana a favor de la reautorización por cinco años más del glifosato. Representantes de los Gobiernos europeos tomaron la decisión en el Comité de Apelación de Fitosanitarios «tras siete intentos fallidos para llegar a un compromiso sobre las propuestas presentadas por la Comisión Europea durante el último año y medio», según las mismas fuentes.
España, que ha apoyado la renovación del herbicida en todas las votaciones realizadas, «también estuvo entre los 18 Estados europeos que apoyaron la propuesta (en total un 65,71 % de la población europea)». Nueve Estados, Francia, Italia, Bélgica, Austria, Grecia, Hungría, Chipre, Malta y Luxemburgo, votaron en contra de la renovación. Solo Portugal se abstuvo de votar, según la organización ecologista.
Ecologistas en Acción lamenta esta decisión, que «ignora el principio de precaución y expone a la población y a los ecosistemas europeos durante cinco años más a un tóxico cuyo precio seguirán pagando las generaciones futuras».