Los habitantes cabreados de Hong Kong califican a España como una tiranía similar a la República Popular China se supone. Intentando conseguir apoyos para su causa, los hongkoneses tildan de régimen tiránico a una democracia plena como es España, todo por reírle la gracia a Carles Puigdemont que les apoya en sus protestas. Así, convocan una marcha en defensa del pueblo catalán contra la tiranía española. En el propio cartel del evento (o happening que es más postmoderno) ese grupo de chinos y chinas se entregan a la descalificación de un país y a la adulteración de la realidad. Igual les molesta que España mantenga buenas relaciones con China y de ahí su fobia. También las mantiene Gran Bretaña y sin embargo desean volver a estar bajo su Imperio. Contradicciones de las luchas postmodernas fomentadas por las agencias estadounidenses.
Los hongkoneses seguramente no conozcan de España más que lo typical spanish si no se habrían cuidado de insultar a un país democrático. Igual no saben que a quienes apoyan no sólo son de derechas, algo que no les importa porque ellos y ellas también lo son, sino que son supremacistas y defienden posturas antidemocráticas con los que no piensan igual que ellos. Pero en la internacional de las primaveras, conducentes a asentar sin discusiones la dominación total del capitalismo en el mundo y los dos o tres países hegemónicos de carácter imperial, todo vale porque el apoyo es evanescente, etéreo, no tiene fundamento material sino que es producto del deseo sin más. Hoy apoyan al secesionismo catalán y mañana al corso. Les da igual mientras se genere inestabilidad y se imposibilite la acción de verdaderas fuerzas de izquierdas. Y en Cataluña tan contentos de recibir ese apoyo de fuerzas del protectorado imperial estadounidense porque ya tienen a alguien con cierta visibilidad que les apoya.
Los seis diputados del Plaid Cymru (nacionalismo galés), más los dos del nacionalismo escocés, son vendidos como un apoyo británico cuando no llegan a presentar ni el 1% del parlamento británico. Los apoyos de Matteo Salvini también son saludados porque, en el fondo, piensan de manera similar y tienen los mismos rasgos autoritarios. Así como los distintos coqueteos del señor de Waterloo con partidos plenamente neofascistas. Si se les suman los hongkoneses apoyados por la CIA, igual piensan que así Donald Trump puede llegar a preocuparse por ellos y darles apoyo militar a su imposible camino hacia la república catalana. Imposible porque ni con treinta años de adoctrinamiento han sido capaces de sumar más allá del 46% de la población. Años de recortes y de austericidio en beneficio de la burguesía catalana que cada vez ha ganado más dinero han sido ocultados con nacionalismo y futura independencia, pero no tuvieron el valor de hacerlo y no lo tendrán en el futuro más cercano. De hecho Artur Mas y la pequeña burguesía de ERC ya se están rajando.
Los dineros de todos los catalanes sirven para que un grupo de hongkoneses apoyen al señor Puigdemont y a Quim Torra. Mientras los hospitales tienen carencias; las escuelas cada vez están más dañadas (y no sólo por el adoctrinamiento); el PIB se enquista; la clase trabajadora se encuentra más precarizada; los señores de la independencia gastándose el dinero en buscar apoyos de un grupo de chinos que no quieren ser chinos sino una colonia, bien potenciado por los clásicos de los medios que van desestabilizando países. ¡Anda como en España con los grupos mediáticos de Soros! Mientras el pueblo catalán las pasa canutas, aunque les dicen que es culpa de España, el president, los consellers y los huidos tienen, como se dice vulgarmente, el riñón cubierto. Son burgueses y no se pueden permitir menos dinero por su lucha en favor de los suyos, que no son el pueblo. Esos sólo son unas marionetas.