Si Agatha Christie hubiese vivido lo suficiente para conocer a Munuera Montero, árbitro (o algo así) de primera división, seguramente le habría convertido en la gran Némesis de Hercule Poirot. Es tan sibilino en su hacer que el gran detective belga disfrutaría utilizando todas sus células grises para descubrir cómo perpetra sus crímenes futbolísticos.
Si sólo hubiese sido por el partido contra el Celta de Vigo, podría hablarse de una mala tarde, pero lo de Munuera Montero con el Atlético de Madrid es una persecución con la sola intención de cometer un homicidio con el equipo rojiblanco. La temporada pasada cada vez que era asignado por el Comité Técnico los aficionados rojiblancos sabían perfectamente que se iba a sufrir, que todas las cosas raras que pasasen serían contra su equipo y que las probabilidades de que el equipo no ganase o empatase eran como para apostar dinero y salir rico.
En Vigo ha vuelto al intento de crimen sibilino. Cada vez que un jugador atlético cometía una falta, tarjeta amarilla. En el bando contrario podían dar hasta puñetazos en la espalda de Marcos Llorente sin pitar penalización alguna. Roces o cargas legales pitadas como faltas para frenar el juego. Algo que han sabido ver con agilidad los jugadores celestes que se tiraban y rodaban por el suelo como si se hubiese utilizado un machete para cortarles la pierna.
Un penalti que en el partido del Real Madrid fue acción involuntaria –y que en el periódico nacionalmadridista han dado gracias a dios por no pitarlo- en el caso rojiblanco ha sido situar al Celta en el partido. Hasta el minuto 77 los jugadores celtiñas no han visto la primera amarilla pese a entradas bastante duras que había realizado. Así, sibilinamente intentó Munuera Montero sacar al Atleti del partido y que perdiese o empatase el encuentro. Llegó a extender el tiempo reglamentario hasta el minuto 101, pero ni por esas ha podido consumar su homicidio –completamente voluntario-. Ángel Correa lo ha evitado con dos goles y el resto del equipo sobreponiéndose a todo lo que le han puesto en contra. Incluso se han comido una agresión a Hermoso desde el VAR. Es de suponer que en la sede central de ACS sí estarán contentos con este comienzo de temporada de los árbitros (incluido el VAR) y los periodistas lamiendo suelas.