En la temporada 20-21, cuando el Atlético de Madrid logró su undécima liga, ya comenzó a moverse entre la afición rojiblanca algo. Aquellas quedadas a las puertas del Metropolitano, el viaje a Valladolid para estar en un parking, los vídeos en redes sociales para celebrar victorias (el famoso cucú, por ejemplo), las previas en redes comentando alineaciones, el Seat Panda por la nieve, los ritos contramufa y demás relaciones, a veces virtuales, fueron el fermento de algo que esta temporada ha comenzado a eclosionar.
Un vínculo de comunidad alternativa que tiene claramente su causa en el desprecio constante de prensa y propietarios de la SAD. Es obvio que el duopolio construido durante décadas acaba obteniendo mayor cuota de espectáculo en los medios de comunicación. Peor lo tienen otros equipos. Lo que molesta a la afición rojiblanca es el desprecio intencionado. Al resto de equipos se les desprecia desde cierta prepotencia y elitismo como esos “entes” necesarios para sostener el chiringuito del duopolio. Con el Atlético de Madrid lo que hay es mala leche y ganas de ir a hacer daño. Entre otras cuestiones porque, en los últimos años (casualmente desde que Diego Pablo Simeone es entrenador) molesta el oligopolio establecido.
Esta última temporada esos medios del duopolio han alabado al Sevilla. En parte para hacer de menos al Atlético de Madrid, en parte para sostener cierta tensión en la resolución de La Liga. De ahí que muchos sevillistas, el poder mediático es así, creyesen que realmente podrían alcanzar la liga o pelearla hasta el final. Al final han terminado pidiendo la cabeza de Lopetegui por esa “falsa” ilusión que les inocularon con tantas alabanzas huecas. Esto con el Atleti no pasa, se va con saña desde que el principio. Tipo “no aguantará el ritmo”.
Medios alternativos
No sólo es ese desprecio evidente, es que también se esconden datos (el equipo que peor ratio faltas/tarjetas tiene); los penaltis contra el Atleti siempre son y en las mismas condiciones no son para el resto; tiene la mejor plantilla (eso dicen para poder humillar mejor) pero a la hora de la verdad cuestan menos sus titulares que los suplentes del duopolio; “Cholo vete ya” porque juega mal o cualquier otra sandez; y hay que proteger a los jugones, menos si se llama João Félix, al que se puede masacrar. Todo eso está en la prensa, incluyendo la que, en principio, se dedica al equipo rojiblanco. Una prensa que en su mayoría parece estar al servicio del führer Gil.
¿No se lo creen? Que Gonzalo Miró esté en todas las televisiones hablando en representación del Atlético de Madrid es el mayor misterio de la historia. No hay tipo que hable peor, diga mayores obviedades y sandeces y siga contando con el apoyo de los responsables de los programas. Salvo que sea una “cuota Cerezo-Gil” no se entiende porque es tener el enemigo en casa. Y cuando no hay un periodista del Atleti, pues se pone a uno del Real Madrid de los que son más o menos moderados, tipo Roberto Gómez. Saben bien los periodistas que si se salen del guión de la SAD pueden acabar fuera del periódico o la radio. Por eso hablan como hablan en los programas de radio y televisión, salvo contadas excepciones.
Ante esto ¿qué ha hecho la afición rojiblanca? Crear sus propios programas de radio y televisión. Utilizando youtube y las plataformas de podcast, la afición rojiblanca ha creado sus propios medios de comunicación. Son decenas de ellos y se pueden escuchar críticas, loas y alguna que otra burrada. Están hechos desde la pasión por un equipo y la ofensa recibida por los medios “normales”. Si quieren saber de fichajes, ahí tienen grupos de whatsup, de telegram y algún blog. Son un divertimento más, aunque aciertan, a veces, más que los periodistas normales.
Propio “merchandaisin” y lenguaje
Si se dice “la palanquita de mamar”; si alguien silba la canción alemana Fichtl’s lied; si a usted le dicen que es un Isidoro; o le quieren dar un biberón, seguramente pensará que esa persona está loca. Sin embargo, entre la afición rojiblanca es casi un lenguaje y un comportamiento habitual. Unas fórmulas de comunicación que entiende una buena parte. Y todo gracias a la creación de memes, vídeos y demás chuflas que se generan en las redes sociales. Frente al abandono de los medios y del dúo prescrito, la propia afición ha generado recuerdos propios, historias propias y una forma de comunicación alternativa. Como toda comunidad, se están generando una serie de elementos identitarios (en muchos casos contraidentitarios) que se expanden poco a poco.
No sólo hay elementos lingüísticos y estéticos, sino que hay hasta mercadotecnia propia y alternativa. Esto acontece no por aprovecharse de la gente para vender, aunque es un océano azul a explorar, es casi una necesidad ante las fechorías de Gil y Cerezo. En cuanto cambiaron el escudo tradicional del equipo por ese logo que parece elaborado por un madridista, la afición se rebeló en parte buscando “merchandaisin” identitario. Un nicho de mercado que desde la propia afición ha sido aprovechado. Desde consolas pasando por jarras, pegatinas, escudos para poner encima del logo y un Rocky Balboa reparte biberones.
Lo más destacado, como se contó ayer mismo, ha sido el diseño y venta (con fines solidarios) de una camiseta alternativa a la de la propia SAD. Como son incapaces, porque les da lo mismo, de pedir a Nike que haga diseños medianamente coherentes y normales, la afición portará su propia camiseta. Venderán muchas camisetas torcidas en algún país remoto, pero se espera que en España no.
Cultura alternativa
Si piensan que es una afición rara, estarán en lo cierto. Pero que eso no les haga perder de vista que los propios jugadores del equipo rojiblanco están muy atentos a todas estas cosas. Cuando el Atleti no quiso hacer el pasillo por humillante, no es porque Gil y Cerezo dijesen que no. Se hubiesen puesto ellos mismos y de rodillas a hacerlo. Fue porque el vestuario dijo que se negaban en consonancia a lo que pedía la afición. Entienden mucho mejor que el dúo prescrito que sin esa afición, que se desplaza en masa cuando hace falta al lugar que sea, serían mucho menos. La comunión no se reduce sólo al estadio, sino que va más allá.
Los jugadores han sido capaces de ver que está en ebullición algo alternativo a lo que hay en los medios de comunicación habituales. Algo que va por su propio camino, sin prestar atención a lo que digan en la SER o la COPE por las noches (y mucho menos a los teleñecos de la noche televisiva). Cada vez les cuesta más a los medios que los jugadores entren a su juego y encontrar a típico idiota, que hay en cualquier equipo, que se deje mangonear al salir del estadio para ajustarse al guión marcado por el duopolio. Por no hablar de Simeone que les “padrea” cada semana. Algo se mueve y se construye alrededor del Atlético de Madrid. Y no sólo es compartir cervezas, que también.
Chapeau!!