En medio de la época de Cristiano Ronaldo y Leo Messi, hoy se ha demostrado una vez más que el mejor jugador del mundo no era ni el portugués ni el argentino sino un muchacho de Fuentealbilla que durante años ha quedado oculto tras la sombra de los dos gigantes de esta última década pero que, futbolísticamente, era mucho mejor que ellos. Una de las mayores injusticias de la historia del Balón de Oro se produjo cuando se le concedió a Messi y no a Andrés Iniesta tras haber dado un Mundial a España.
Como ocurre en todas las finales, los primeros minutos son de tanteo. Sin embargo, en esta Final hay un hecho diferencial: posiblemente sea la última final de Andrés Iniesta con el Barça. El albaceteño ha salido muy motivado y, como es lógico, el comportamiento de su equipo se contagió.
El Barça ha dominado totalmente en este primer cuarto de hora, sobrepasando totalmente al Sevilla FC que apenas ha podido sobrepasar el campo culé.
Este dominio ha provocado que se creen dos grandes ocasiones de gol, una de Coutinho y, principalmente, una falta lanzada por Leo Messi que fue despejada a córner por David Soria en una gran parada puesto que el astro argentino había colocado el balón en la misma escuadra.
Un pase del portero Cillesen ha provocado tres errores de la defensa del Sevilla, con Soria que dudó y dejó que Coutinho controlara el balón y se lo cediera a Luis Suárez para inaugurar el marcador.
Messi marcó el 2-0
Los balones largos, que van en contra del libro de estilo del FC Barcelona, se están convirtiendo en un arma del equipo culé en la final. La presencia del portero neerlandés Jasper Cillesen y su gran toque de balón está provocando que sus pases largos se transformen en situaciones peligrosas para el Sevilla. Esos balones largos están generando que se distancien las líneas por el temor por parte de los defensas a que les vuelvan a pillar como ocurrió en el gol de Suárez.
El Barça sigue dominando el partido con las líneas defensivas muy arriba, pero ha bajado la intensidad en lo referido a la claridad de ocasiones, a pesar de que en el minuto 28, tras un disparo de Iniesta, Messi envió el balón al larguero de la portería de Soria.
Sin embargo, el Sevilla está intentando despertar, aunque sin generar mucho peligro. Jesús Navas está penetrando por banda con mucha profundidad lo que ha provocado un remate de N’Zonzi que salió por la línea de fondo.
Tras una jugada espectacular entre Iniesta, tras un espectacular pase, Jordi Alba, con un pase de tacón, Messi fusila a Soria y coloca el 2 a 0.
Un tsunami culé (3-0)
El Barça está destrozando al Sevilla. Lo ha sobrepasado tanto en el planteamiento de Valverde, con las líneas muy adelantadas, el juego largo de Cillesen y las conexiones entre líneas entre Messi, Iniesta y Suárez. De una de estas conexiones llegó el tercer gol culé marcado nuevamente por el delantero uruguayo que aprovechó una asistencia del astro argentino.
El equipo sevillista se verá obligado a realizar una gesta en el segundo tiempo. Para ello, Montella ya ha puesto a calentar a Sandro, aunque lo tendrá muy difícil porque una remontada como la que protagonizó contra el Liverpool. El Sevilla no ha existido.
Los aficionados culés se preguntarán que ¿cómo es posible que este equipo fuera eliminado por la Roma en la Champions? El Barça está realizando un gran juego, una de sus mejores versiones, un verdadero tsunami.
Golazo de Iniesta y baño al Sevilla (5-0)
El Sevilla inició la segunda parte asomándose al área del Barcelona pero fue solo un espejismo porque, rápidamente, los azulgranas recuperaron el control del partido mientras los jugadores sevillistas asistían al espectáculo mostrando nuevamente que estaban desbordados ante el juego barcelonista.
En una combinación entre Iniesta y Messi, el manchego marcó el golazo de la final con un desmarque tras entregarle el balón al argentino quien le dio un pase interior que, tras un amago magistral que ha tumbado a Soria, ha marcado el cuarto. En la jugada se ha mostrado la impotencia del Sevilla porque la jugada partió de un robo de balón de Busquets en el centro del campo en el que se plantaron seis jugadores culés ante sólo cuatro defensores sevillistas.
No obstante, el Barça no paró tras el gol de Iniesta y estuvo a punto de marcar el quinto en un cabezazo de Luis Suárez que fue contestado con una parada espectacular de David Soria. El rechace le llegó a Umtiti que remató prácticamente a puerta vacía y el balón fue nuevamente parado por el guardameta sevillista.
El quinto gol llegó de penalti transformado por Coutinho. La pena máxima la pitó Gil Manzano tras una mano clarísima de Clement Lenglet.
Antes del quinto gol culé, el delantero sevillista Sandro, que había entrado en el descanso, tuvo una oportunidad de reducir la distancia, pero, en vez pasar a su compañero Sarabia, decidió tirar a puerta, disparo que fue despejado por Cillesen.
La imagen del Sevilla FC es tan lamentable que se han empezado a escuchar gritos contra la presidencia.
La noche de Iniesta
Tras el gol del brasileño el Barça se ha relajado, lo que ha provocado que el Sevilla se acercara en cuatro ocasiones al área de Jasper Cillesen.
El partido no tuvo historia en los últimos minutos, salvo por el momento histórico en que Andrés Iniesta fue cambiado, a falta de 4 minutos del final, con todo el público en pie y coreando su nombre, tanto desde el lado culé como desde el lado sevillista. En su última final en el Barça, Andrés Iniesta levantó la copa entregada por Felipe VI. Una noche de fiesta para los barcelonistas porque, no es sólo el resultado o el baño que le han dado al Sevilla, era la noche del manchego, la noche de Iniesta.