La salida de Casemiro del Real Madrid para fichar por el Manchester United ha propiciado algo curioso: en el ámbito madridista hay dos frentes, los que creen que se debía ir y los que no; en el otro lado (da igual el equipo) todo el mundo coincide en que el jugador era un leñero protegido por los árbitros. No ha habido tal unanimidad ni cuando España ganó la Eurocopa de 2008 o el mundial de 2010 (en el primero la mayoría de madridistas –periodistas y aficionados- iban con los otros equipos porque no estaba “su Raúl”; en el segundo sobre quién había sido el mejor, si Iniesta o Casillas). Todo el mundo del fútbol fuera del madridismo está de acuerdo.
Muchos personajes que habían hablado libremente siempre han vuelto a señalar que el jugador del Real Madrid se va de la liga sin haber visto una roja directa (sí dos por acumulaciones), pese a ser el protagonista de alguna de las entradas más escalofriantes de los últimos años. En nueve años no se han atrevido los árbitros a expulsarle pese a haber tronchado más tobillos que un leñador árboles. Los que han estado callados también han asomado la patita, como se verá, porque ahora el señor Casemiro ya no tiene la protección de Florentino Pérez. Al que se va del Real Madrid se le puede apalear según reza la tradición madridista.
Los madridistas
Hay un grupo de madridistas que se han quejado, puede que con razón, del abandono de Casemiro para irse al ManU a ganar una fortuna. Lo han asimilado a Judas y sus treinta monedas de plata. Un pesetero que deja tirado al equipo, pues entienden que no están Camavinga y Tchouameni preparados aún, en el momento en que el resto de contendientes para la Champions (el resto de trofeos son de verano en sus mentes) se han reforzado bien. Pero no pasa nada Susana Guasch sale al rescate no vaya a ser que el ser superior tache su nombre de los elegidos en la tele y además ella sabe que no va a ganar el doble, “ni mucho menos”, por mucho que digan el resto de compañeros.
Luego están todos los que hablan de buen negocio y del estelar curriculum de Casemiro… mirando al Barça. Se habla de buen negocio porque hay que dorar la píldora al ser superior, no porque lo sea en un mercado que se ha pagado una salvajada por Cucurella, por ejemplo. No importa, los teleñecos de la noche está prestos al peloteo.
Ya saben controlar el relato, que se dice ahora en tiempos postmodernos –antes era engañar a la tribu-. Algo que ha sorprendido a Rubén Parra “Parrita”.
Incluso algún seguidor rojiblanco cree que en el Atleti estaría mejor (sin pensar que no tendría protección).
Los leñeros
Luego están aquellos que están al otro lado y recuerdan con cariño las patadas, codazos en el cuello y demás faltas que le permitían al jugador hispano-brasileño. El que más ha dolido ha sido el mensaje de Gabriel Rufián. Será por secesionista porque siendo del Español no tiene mucho sentido quejarse, al fin y al cabo son un “filial” de la casa blanca.
Pero son muchos los que han querido recordar las hazañas de Casemiro.
Aunque desde el madridismo Alfredo Duro, con todo el cinismo del mundo, ha salido a defender que jamás le han sacado una roja pese al acoso. Ya están los victimistas que se olvidan que sí le han expulsado dos veces por doble amarilla, pero como no están acostumbrados pues no se acuerdan.
Los ha habido que han intentado hablar con ecuanimidad…
Y los que hacen ironía…