La causa principal de las derrotas de la clase trabajadora se debe, entre otras, a la debilidad del “factor subjetivo”, es decir, los errores e incapacidades de la dirección.
El sistema capitalista/imperialista se encuentra atrapado entre los límites de los mercados globalizados, la enorme concentración de las riquezas ociosas, las fronteras nacionales y una desigualdad y pobreza crecientes.
En un sentido histórico amplio, Engels y Marx dijeron que el socialismo era inevitable, porque el capitalismo alcanzaría el límite de los mercados a escala mundial y comenzaría sus crisis agónicas.
Esas insalvables contradicciones crecientes son las principales razones que nos llevan a afirmar la inviabilidad del capitalismo a medio y largo plazo.
Se enfrentará a crisis cada vez más agudas y largas, anunciándose la próxima para dentro de 1 a 3 años, pero con alzas y bajas de las fuerzas en litigio.
Este sistema inviable a largo plazo puede causar muchos problemas a los trabajadores y a toda la humanidad, porque se verán forzados a luchar por su supervivencia y entenderán que es necesario derrocar a este modelo corrupto, degenerado y cruel que es el capitalismo.
La clase trabajadora tiene dos opciones: ser sumisos o luchar. Si no lucha, será mucho peor porque se podrían enfrentar al peligro del “neonazifascismo” emergente que está en puerta de los Parlamentos y cuando tengan fuerza los tomarán mediante un Golpe de Estado, pues su esencia es antidemocrática y liberticida.
Necesitamos frenarles porque las “condiciones objetivas” favorables ya están dadas e irán en aumento, pero sobre todo, reorganicemos las fuerzas “subjetivas” numéricas existentes potenciadas y unificadas, aunque sin unas direcciones adecuadas, que sepan aprovechar la disposición de la clase trabajadora a luchar por transformar la sociedad, podría desembocar en cruenta derrota.
Carecemos del llamado “factor subjetivo”, representado por una dirección firme, honesta y valiente que canalice los movimientos sociales. Es absolutamente indispensable este objetivo por los que la clase trabajadora debe seguir luchando.
Resulta paradójico que siendo las izquierdas la mayoría abrumadora de la sociedad, con más de 20 millones de asalariados, 9 millones de pensionistas, un fuerte movimiento Feminista, los Estudiantes y demás colectivos que vienen demostrando una amplia disposición a seguir luchando, las actuales direcciones de izquierdas se nos muestren incapaces y débiles.
Están muy desprestigiadas, como acabamos de comprobar en las Elecciones de Andalucía donde más del 41 % de los potenciales votantes, que suman cerca de 2.700.000 personas, han optado por la abstención porque se han sentido mal representados, engañados y traicionados.
En ausencia de una firme Dirección de Izquierdas que ofrezca una verdadera alternativa de modelo de sociedad con un programa atractivo, que organice y unifique a la clase trabajadora y capas medias empobrecidas, se creó una enorme confusión y apatía, desorientando al movimiento de masas y eso consiguió llevarles a la derrota en las urnas.
Surgen en Andalucía los primeros aspirantes a “bonapartismo burgués”, preludio y antesala del “neonazifascismo” salido del seno del PP, que lo han venido incubando durante años.
El PP siempre se ha negado a condenar el Golpe de Estado que perpetró su “Caudillo”. Alimentó a sus cachorros ultras de Vox y C`s que mamaron de sus ubres el odio a la clase obrera, a los migrantes, a los pobres…
Utilizaron ingentes recursos financieros aportados por las mafias capitalistas y el soporte de la banca que es en realidad la que sigue gobernando.
Las instituciones del Estado nunca fueron desinfestadas del virus del fascismo por causa de aquella Transición chantajeada por los golpistas. Los torturadores y represores no pagaron por sus crímenes de lesa humanidad, cuyos asesinatos y fusilamientos firmaba el Dictador Franco, bendecido por el clero que le rendía pleitesía cómplice y lo paseaba bajo palio.
Todavía miles de cuerpos de republicanos siguen en cunetas por una permanente y flagrante violación de la Ley de Memoria Histórica que es responsabilidad de todos los gobiernos habidos desde la Transición.
La incapacidad del PSOE en la época en que estuvo en el Gobierno, (tanto Felipe como Zapatero), de poner fin a esa Transición híbrida del modelo del 78, recae parte de la responsabilidad, al no haber legislado para evitar que se continuase practicando la “apología del franquismo”.
Se ha mantenido la financiación pública a la “Fundación Francisco Franco” y otras, claramente de carácter golpista y fascista, junto a grupúsculos que en realidad han venido amenazando e incluso practicando una especie de “terrorismo ultra”, manteniendo también los planes antiguos, o híbridos en la instrucción de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, consintiendo la ideología franquista impartida y tolerada en los Cuarteles y Academias.
No se han depurado responsabilidades de la Dictadura de Franco, ni se ilegalizaron las bandas fascistas que siguen campando por todo el territorio, ni apartaron a los elementos fascistas del aparato del Estado, de la Judicatura, Policía y Ejército, que han estado utilizando las Cloacas del Estado para beneficio de la clase dominante, manejando ingentes cantidades de dinero procedente de la corrupción convirtiendo a esta “democracia burguesa” en una verdadera pocilga.
El socialismo científico que se basa en la filosofía del materialismo dialéctico, explica que pese a las derrotas y desilusiones que padece la clase trabajadora y los pobres, siempre volverán a la lucha porque no tienen otra alternativa, ante el grado de explotación y opresión a las que se ven sometidos como clase por los capitalistas.
Incluso bajo una democracia burguesa, lo que las luchas sociales y los sindicatos consiguen alcanzar y arrancarle a la clase dominante, te lo da con una mano pero te lo quitan con la otra, vía impuestos, manipulaciones, chanchullos, quiebras y evasiones a Paraísos Fiscales.
Pero nada podrá romper la voluntad instintiva de las masas y sus deseos de cambiar esta podrida sociedad. Hemos entrado en una nueva etapa y cuando los vientos frescos de la lucha entre clases empiecen a soplar con fuerza hasta convertirse en vendaval, toda esa niebla que confunde las mentes de los asalariados, se dispersará rápidamente, como está pasando ya en algunos países vecinos como Francia, con el movimiento de los “chalecos amarillos” pasando a la acción, represión acción, …que engendra la espiral de violencia.
Aquellos cambios bruscos y repentinos de los que hablábamos hace poco tiempo se están haciendo inevitables. A través de la lucha es donde la clase trabajadora aprende de su propia experiencia y no de la propaganda derechista impartida por grandes medios de comunicación financiados por la burguesía, claros defensores del Capitalismo, aunque en ciertos períodos sometan a las masas al efecto de la “enajenación mental”, con sus “fake news”, prensa rosa, amarilla y otras drogas comunicacionales alucinógenas.
Los ideales y programas socialistas, la lucha por una democracia limpia y otros valores humanos del internacionalismo solidario, que son los que tendrán que dar una respuesta a los problemas que padece la clase trabajadora a escala mundial, se pondrán sobre la mesa y serán defendidos por amplias masas en acción, más temprano o más tarde.
Nadie puede ser categórico sobre cómo y cuándo se desarrollarán estas cuestiones y conflictos, porque no somos adivinos, pero no hay que serlo para entender que cuando llueve mucho, la mayoría de las aguas van a parar a la mar.
Una cosa debemos tener clara, que hemos entrado en una época distinta a la anterior, donde toda la carga de la crisis la soportó la clase trabajadora y eso no será igual en la próxima recesión que llegue.
El período que se avecina estará lleno de tensiones, tormentas, batallas y acontecimientos… cuyo desenlace decisivo dependerá del “Factor Subjetivo”, que la propia lucha de clases desarrollará, pues las direcciones que no sirvan serán cambiadas por otras, marcándose el objetivo de tomar el poder en beneficio de la clase trabajadora o de nuevo tendremos que sufrir la barbarie provocada por aquellos que quieren todo para una minoría capitalista que controlan ya el 1% de las riquezas mientras el 99 % sufren paro, miseria, escasez, hambre, guerras y desolación.
La hecatombe de las izquierdas en las recientes elecciones andaluzas ha sido un aviso. Cuando las direcciones fracasan, porque el “factor subjetivo” no está a la altura de las circunstancias, las masas castigan no votándoles y facilitan el triunfo de las derechas.
Es incorrecto responsabilizar a las bases de esa apatía, desgana y cabreo que acaba en abstención, sino que deben ser las direcciones de izquierdas las que han de hacer una profunda autocrítica, rectificar y defender un programa genuinamente socialista y una democracia limpia.
Recordemos que Susana Díaz es la favorita de las llamadas baronías. Ha perdido 14 escaños y es considerada el ala derecha del PSOE que perdió las primarias ante Pedro Sánchez. Mientras éste se basó en la militancia de base defendiendo un programa socialdemócrata, que ilusionó a muchos con el compromiso del giro a la izquierda (todavía esperado). La Presidenta de Andalucía en funciones, que venía practicando una política socio-liberal, apoyada por las élites del Partido, ni siquiera dimitió (ni lo hace ahora), para disputar el control Federal en aquella contienda que estuvo bastante turbia por el Asalto al Comité Federal que fue la causa del enfrentamiento interno que polarizó a la organización.
Un “factor subjetivo” correcto, es decir, una dirección política adecuada, debe entender cuándo se producen retrocesos y fracasos. Detectar la necesidad de “regenerar”, “autocriticarse” y “cambiar de orientación”, pero si se desconocen los métodos de análisis, o se ha abandonado la ideología y el programa socialista, o se defiende un modelo que solo consiste en “gestionar” la escasez y la falta de recursos que ofrece el capitalismo, entonces la recuperación será difícil.
En el PSOE existen varias corrientes de opinión, estatutarias u ocultas. Las estatutarias son dos: la Corriente Socialdemócrata Oficial e Izquierda Socialista, (con el lema: “La Izquierda Necesaria”). Entre las No declaradas está también la corriente socio-liberal que es el ala más moderada defendida por las élites llamadas baronías.
Ante la pérdida de 14 Parlamentarios en la Junta de Andalucía y el malestar interno creado, se ha desatado una oleada de peticiones de cambios incluso insinuándose la necesidad de dimisiones en la cúpula andaluza por parte de la Federal o incluso exigiendo dimisiones por militantes de base.
Si continúan los enfrentamientos con prácticas poco democráticas, sin querer someterse a las bases para que éstas decidan en libertad cuál es la orientación que debe darse al Partido, el PSOE podría tomar el derrotero de la “pasokización” que algunos analistas vienen explicando, agudizándose su declive como ocurre en el resto de Europa.
Recurramos a la experiencia histórica del fundador del PSOE, el abuelo Iglesias, cuando decía: “En momentos clave hay que optar. O con los unos o con los otros. O con la burguesía o con la clase trabajadora. No se pueden servir a dos amos a la vez”.
El PSOE de Andalucía se enfrenta al nuevo dilema de intentar formar gobierno (casi imposible). Opciones distintas serán:
1) Votar en contra de las Derechas. 2) Abstención. 3) Permitir que gobiernen las Derechas. 4) Sucumbir al pacto contra natura.
Permitir por activa o pasiva un Gobierno de Derechas podría ser visto como un error o un intento desestabilizador al Secretario General Pedro Sánchez, que está apostando por el giro a la izquierda mediante diversas promesas aunque todavía con poco éxito.
Estamos en una situación similar al dilema vivido con aquel ¡¡NO es NO¡¡ a las derechas y la propuesta de giro a la izquierda. Pero atención, que los errores se pagan. El pueblo que es sabio sigue observando y tomando nota.