Como era de esperar, la derecha murciana y los medios afines al PP que se han tirado toda una semana criticando las palabras de Pedro Sánchez en Albacete, han seguido crucificando a los socialistas tras el mitin del domingo en Molina de Segura dijese lo que dijese e hiciese lo que hiciese.
Aun reconociendo lo desafortunado de su comentario en la Mancha, desafortunado por no haber sabido explicar con claridad la política en materia de agua, no es menos cierto que, casi de inmediato, el secretario general de los socialistas murcianos y la ejecutiva regional reaccionaron y explicaron con claridad y contundencia cuál es el programa socialista en materia de agua. Dentro de esa política está la continuidad de las infraestructuras existentes, como es el trasvase Tajo-Segura, diversificar la oferta y fuentes de agua (desaladoras), eliminación de la privatización de la gestión del agua, trascender la batalla partidista y entre territorios y dar seguridad a las zonas que las necesitan.
Sin embargo, a la derecha poco o nada le importa lo que dijera Pedro Sánchez, o lo que ha hecho o dicho el secretario general de los socialistas murcianos. La derecha murciana sigue cómoda, muy cómoda, en su discurso de que la culpa de todo es de los demás y si para ello tienen que seguir utilizando, como lo vienen haciendo durante años, mentiras o medias verdades lo seguirán haciendo porque para ellos es más importante continuar en el poder que solucionar de una vez y para siempre el problema de la escasez de agua en nuestra tierra, quizás temerosa de que si se soluciona el problema del agua se quedarían sin discurso y sin gobierno.
Lo que sucede es que esta vez, la primera en muchos años, los socialistas murcianos cuentan con un líder que ha demostrado que no le duelen prendas en plantar cara a “Madrid”, y eso es algo que, al menos que yo recuerde, no ha hecho ningún dirigente murciano del Partido Popular. Hasta ahora, todos nuestros gobernantes han agachado la cabeza y han acatado y asumido sin rechistar todo lo que venía de la capital, aun sabiendo que muchas de las decisiones del poder central eran claramente perjudiciales para nuestra región. Y lo han hecho porque para ellos es más importante mantenerse a bien con los “jefes”, que algún favorcillo personal les podían hacer, que defender a su tierra y a sus gentes.
Lo que no esperaban y no acaban de asumir es que la llegada de Diego Conesa a la secretaria general del PSRM-PSOE iba a trastocar todos los esquemas que hasta ahora parecían intocables en Murcia, es decir, un PP haciendo de su capa un sayo sin importarles otra cosa que sus propios intereses personales y unos dirigentes socialistas acomodados en la oposición sin aparentemente muchas ganas reales de cambiar esa situación.
Por eso, si algo bueno ha de tener la metedura de pata de Pedro Sánchez, es que ha puesto de manifiesto que, por fin, los socialistas y la Región de Murcia cuentan con una persona capaz de liderar el cambio de régimen que esta tierra necesita, alguien sin mochilas, sin miedos ni complejos. En definitiva, Diego Conesa, al hacer salir a Pedro Sánchez del charco en el que se había metido, ha demostrado que, hoy por hoy, es la única alternativa para que Murcia se haga oír con fuerza en el resto de España y pueda salir del atolladero en el que PP nos tiene metidos desde hace años.