Las grandes empresas internacionales parece ser que tienen listas negras de diputadas y diputados que no aceptarían sus caprichos. Al menos es lo que se deduce de la lista negra del grupo Monsanto (Bayer, el de las aspirinas para que se comprenda mejor) en la cual han incluido a la diputada de Izquierda Unida por Málaga Eva García Sempere. La diputada “aparece señalada en esa misma lista negra como influencer (persona con capacidad de influencia por su condición de parlamentaria) y también se señalan indicaciones sobre los mensajes que la diputada debe recibir, entre ellos excluir el glifosato de la agenda política” han relatado desde su partido. Nada sorprendente si han leído estas páginas con asiduidad pues ya se ha advertido del peligro de las grandes corporaciones y sus intentos de “comprar” voluntades entre la clase política.
“Según los datos hechos públicos, buena parte de ellos por la propia Bayer, las referidas listas negras contienen supuestamente datos de, al menos, 1.475 personas de 10 países, incluidas 339 pertenecientes a instituciones de la Unión Europea de varias nacionalidades. En ellas se incluye a políticos, periodistas, científicos y responsables de asociaciones agrícolas en función de su posición sobre productos que contienen organismos genéticamente modificados, entre ellos el herbicida glifosato, que Monsanto comercializó bajo el nombre de Roundup” prosigue la información que ha sido proporcionada. Atentan contra la salud de las personas (es un cancerígeno probable), de forma indirecta dirán, con esos pesticidas y cuando existen políticas valientes que lo denuncian y que están preocupadas por la vida humana y no por los beneficios empresariales, las incluyen en listas negras para hacerles llegar avisos. Método mafioso donde los haya y que es plenamente aceptado en muchos países europeos, incluyendo ese mundo de los lobbies en que se ha convertido la Unión Europea.
“García Sempere ha podido comprobar también que en la información que aparece en su lista negra se indica que entre las formas de reconducir la opinión contraria al glifosato en España está la organización de talleres y se cita también como representante de la industria a la Asociación Empresarial para la Protección de las Plantas (AEPLA), un lobby o grupo de presión español al que pertenece Bayer y, en su momento, Monsanto, que se encarga en la práctica de representar a los fabricantes de productos fitosanitarios en nuestro país” le han reconocido a la diputada. Una forma clara de intentar comprar voluntades que no deja de ser algo pestilente dentro de la política. ¿Cuántos diputados, ministras o presidentes de todo tipo no habrán aceptado esas recomendaciones? A saber, pero lo que queda claro es que a las empresas la salud pública les importa poco o nada, sólo el beneficio empresarial y si matan a 1.000 o 2.000 por cáncer ya nacerán otros deben pensar.
Lo curioso del informe es que seguramente han visto las aficiones de la diputada y cómo intentar convencerla de que dejase su batalla en pro de la sanidad pública. Si la han seguido seguramente no entiendan nada salvo que tiene una gran conciencia ecológica, que no le impide tener conciencia de clase. Aquí los espías habrán dudado con el significado pero bastante menos cuando se hayan dado cuenta que sufre el síndrome de la “Diógenes lectora”. Una enfermedad que te provoca comprar libros y leerlos para aprender y que cuando te llegue algún lobby a intentar convencerte le mandes a paseo, con argumentos sólidos eso sí. Tampoco habrán comprendido sus problemas con la adolescencia pues no concuerda con su edad, pero mejor no explicárselo porque sería darles pistas a los espías. Y cuando hayan visto que es comunista se habrán procedido a santiguarse y reclamar el concurso de algún sacerdote del liberalismo para intentar un exorcismo.
Nuevamente se descubre que las grandes multinacionales intentan tapar los intersticios que dejan los diversos Estados, que son medianamente democráticos, mediante la compra de voluntades, el ejercicio de la influencia de diverso tipo y, no es este caso que se sepa, el pago a medios de comunicación para que hagan campañas contra diputados y diputadas. Cuando gobierna el PP está el uso de las cloacas del Estado para lo mismo, cabe recordar. La multinacional Bayer y su filial Monsanto se dedican a hacer listas negras con aquellas personas que tienen capacidad de intervenir en los procesos de decisión, como hacen otras empresas españolas, para ver qué hacer con ellas. Por suerte la red Gladio parece que está inactiva ya porque sería para asustarse, sólo hay que ver lo que hicieron con el pobre Nicos Poulantzas supuestamente (le tiraron desde la ventana de su apartamento junto a sus libros). La clase dominante no se para ante nada por seguir acumulando riquezas, aunque por suerte en esta ocasión sólo ha sido aparecer en una lista negra.