La empresa encargada de las obras del ‘muro’ del AVE y del posterior soterramiento de las vías a su paso por la ciudad de Murcia, Aldesa, reconoció ayer jueves que sus trabajadores tienen “miedo” ante la “espiral de violencia” que se está viviendo en la zona contra ellos y reconoce que no descartan abandonar el proyecto, “que no es otro que el soterramiento de las vías”. El pasado martes un grupo de radicales provocó serios destrozos en el ‘muro’ y en las vías, que han obligado a cortar el tráfico ferroviario.
El responsable de Obra Civil de Aldesa, Guillermo Rey, reconoció que no les gusta verse en “ese escenario”, ya que ellos quieren cumplir el contrato que tienen con Adif para ejecutar una obra que “consiste, principalmente, en el soterramiento de las vías a la entrada a la ciudad de Murcia”, resaltó en declaraciones a Onda Cero.
Por eso no entiende “toda esta problemática que se generó” en Murcia y que no se encontró en ningún otro lugar de España ni del resto del mundo.
Rey quiso dejar claro que el encargo ya contratado con Adif es de soterrar las vías del tren, pero para poder hacerlo y no cortar el tránsito ferroviario y dejar Murcia aislada por ferrocarril “es necesario instalar una vía provisional, que ya estaba muy avanzada” y estaría acabada en el primer trimestre de 2018 para poder empezar con el soterramiento -“ya contratado”, insiste- en el lugar donde están las vías actuales.
“Las obras iban a buen ritmo”, pero se vieron frenadas por esta situación “de violencia”, lamentó.
La empresa, contó, está preocupada sobre todo “por la seguridad de sus trabajadores”, que es algo que ha visto “en peligro”, ya que, valoró, los actos que se están viviendo en los últimos días “no son manifestaciones ni vandalismo, es violencia”.
Por ello no descarta “nada”. “Si esto sigue de forma reiterada nos preocupa la seguridad de nuestros trabajadores”, en primer lugar, pero también tendrían que hacer frente a grandes “sobrecostes que se están produciendo”.
El abandonar la obra supondría alargar plazos porque habría que rescindir contrato con la actual adjudicataria y, posteriormente, habría que volver a aprobar proyectos, licitar y adjudicar las obras de soterramiento, lo que lo alargaría varios años más, según el ministro de Fomento.