Durante los últimos diez años de crisis económica y la recesión subsiguiente, hemos asistido a la ruptura del equilibrio social que la burguesía ha querido ocultar, con las mentiras y tergiversaciones ampliadas por los voceros de la clase dominante.
La fractura se expresa en todos los frente con la descomposición de la Unión Europea, el fracaso de esa Europa de los Mercaderes que anunciaban a bombo y platillo el Estado de Bienestar y nos han hundido en la desigualdad y en un creciente Estado de Malestar Social, reflejado en las conclusiones del Consejo Europeo del 28-6-18, cuyo acuerdo más destacado es que “no están de acuerdo” sobre la cuestión candente de la “migración” y demás asuntos, dejándola abierta para que cada Estado resuelva voluntariamente y “se presentará un informe de situación durante el Consejo Europeo del mes de octubre”. Merkel en la cuerda floja por el enfrentamiento interno entre la CDU y la CDS por la disputa migratoria.
La lucha despiadada de las grandes potencias por el mercado mundial, que tiene sus reflejos en el recrudecimiento de las guerras, tanto cruentas como incruentas, agudizada ahora desde la llegada del Presidente Trump, con su desastrosa política de “nacionalismo económico, xenófobo y racista” podrían agudizar los enfrentamientos.
Los desequilibrios de fondo acumulados en la economía mundial y Europa siguen creciendo y se están desarrollando nuevas contradicciones, sociales, nacionales y bélicas que habrá que tenerlas en cuenta. “La situación es especialmente alarmante en Deutsche Bank donde las caídas superan el 49% y acaba de ser identificado como el único banco que no ha superado los test de estrés realizados por los reguladores en EEUU”. (La Vanguardia 30/6/18).
La punga entre los cuatro principales bloques imperialistas, EEUU, Unión Europea, China y Rusia, que es un ejemplo de inestabilidad crónica de la política de rapiña capitalista, han destrozado a pueblos enteros como Libia, Siria, Iraq, Afganistán, Yemen, Mali… cuyas poblaciones huyen despavoridas con oleadas de migrantes pidiendo asilo y refugio ante tanta matanza y exterminio.
Con la tensión agravada por sus maniobras en Oriente Medio han convertido al mundo en un polvorín. El rechazo de los pueblos a las instituciones burguesas con el desprecio de la población a los Gobiernos y al parlamentarismo corrupto, es otra prueba más de inestabilidad.
En todo el planeta vemos claramente un resurgimiento de la lucha entre clases, también en la vieja Europa, que está suponiendo una sacudida de la toma de conciencia en millones de trabajadores, con radicalizaciones y polarizaciones crecientes, a derecha e izquierda.
Esa radicalización de las masas en acción representa un giro a la izquierda por abajo y una fascistización de grupos de derechas por arriba en casi toda Europa, cuya fase siguiente de politización podría representar en el próximo futuro cambios bruscos y repentinos en las luchas sociales.
El capitalismo sigue en una fase de estancamiento, con un repunte de la inflación, que podría degenerar en la temida “estanflación”, que profundizaría la recesión, pues el sistema económico se ha quedado sin paradigma claro a aplicar.
No existe ninguna razón científica para que podamos pronosticar una salida inmediata a esta situación, pues el petróleo y las materias primas aumentan de precio y no podíamos esperar ningún milagro, pese a las súplicas y rogativas de aquellos Ministros del PP que ponían medallas a sus santos, rogaban a la virgen del Rocío que solucionara el paro y cantaban el “Himno del Novio de la Muerte”, como en sus mejores tiempos de “nacionalcatolicismofranquista”, sin respetar el Estado aconfesional.
Los estrategas de la clase dominante creen haber evitado el colapso por el momento, pero son incapaces de decir claramente cómo poder eludir una posible recaída, pues la situación mundial sigue siendo enormemente convulsa.
Existen las condiciones objetivas favorables para el triunfo de una coalición de las izquierdas. Se ha dado un salto en la amplitud de las capas sociales, tanto de la clase trabajadora como las capas medias, que han saludado con júbilo la llegada del Gobierno Provisional del PSOE. Las encuestas de hace un par de semanas señalan que si se celebrasen elecciones ahora, Pedro Sánchez obtendría en torno al 29 % de los votos subiendo entre 118 y 120 escaños, recuperando en torno a 1.500.000 votantes, siendo la escalada más alta entre todos los partidos y la fuerza más votada.
La clase trabajadora, pensionistas, feministas, capas medias y demás sectores, permanecen indignadas, activas y expectantes de nuevas luchas sectoriales que podrían desatar movilizaciones buscando la recuperación de lo que les han robado las políticas reaccionarias de Rajoy, si el nuevo Gobierno PSOE no empieza pronto el cumplimiento de lo prometido.
Si esa efervescencia y espíritu de cambio no termina con un triunfo, conformando un Gobierno de las Izquierdas en las próximas elecciones, será por la falta de estrategia, errores tácticos y divisionistas que podrían cometer los dirigentes, para llevar a la clase trabajadora a la toma del Poder por parte de las organizaciones sociales, sindicales y de izquierdas.
En una situación propicia como la actual, el punto fundamental es convertir la coyuntura en una maquinaria de lucha social, bien organizada y dirigida políticamente, para trazar una clara alternativa y cambiar los planes de ajuste de la clase dominante y su Troika, que están empeñados en insistir en más recortes y austeridad.
El PP se hunde y ya no tendrá ninguna oportunidad. Serán abandonados por sus votantes y sectores de la burguesía corruptora que les ha venido financiando. Jugaban con las cartas marcadas de esas camarillas mafiosas de sus “corruptores” que han quedado impunes. Perderán las próximas confrontaciones electorales, porque la división interna de los candidatos se agudizará y a su vez seguirán saliendo sentencias condenatorias por más casos de corrupción pendientes en manos de la Justicia y acabarán despreciados por los votantes.
En cuanto al recambio que había estado financiado y preparado por la gran banca y el gran capital, como es Rivera y sus “naranjitos”, no terminan de levantar cabeza, por su sectarismo ultranacionalista, su oportunismo crónico y su ramalazo falangista de “extremo centro”.
Muchos trabajadores tienen la esperanza de un Gobierno a la Portuguesa porque tenemos la referencia de una coalición de izquierdas encabezada por el Partido Socialista, apoyado por el Bloco de Esquerda, Comunistas y Verdes, que está logrando avances con el beneplácito de los trabajadores y que está suponiendo una cierta esperanza, aunque la situación será difícil y lenta porque el reformismo está bastante agotado y el margen en bases capitalista, como vimos en Grecia, es bastante estrecho.
La burguesía de Europa, pese a contar con la tremenda ventaja del papel de muleta y apoyo de los reformistas, continúa con los planes de imponer políticas de ajustes y no se van a doblegar fácilmente. Por ello, se necesitará para doblarles el pulso, la acción de lucha y voluntad de avance de la clase trabajadora, porque estas difíciles cuestiones no se resolverán con una batalla aislada, sino que la lucha será larga a medio y largo plazo.
El rescate del sistema financiero con dinero público, ha agravado todavía más el problema crónico de las Deudas Públicas que no se podrán pagar porque la tendencia será de crecimiento. La especulación financiera sigue dominando la actividad económica y persistirá la crisis de sobreproducción, en todas las ramas de la economía. Porque las masas cada vez más empobrecidas no pueden comprar las mercancías que el sistema de “libre mercado trucado” oferta.
Las inversiones productivas están en negativo: Las inversiones en especulación rondan el 95 % mientras que solo el 5 % restante va a inversión productiva. La Formación Bruta de Capital Fijo creció en la Eurozona un raquítico 0,9 % que representaría los puestos de trabajo del mañana y es totalmente insuficiente para una recuperación sólida para arrancar el despegue, pues se necesitaría un crecimiento entre el 3 % y el 5% para una verdadera recuperación económica.
El PIB de la Eurozona creció un 2,7% en 2017. Con el frenazo a un 0,4 % en el primer trimestre de este año 2018 los pronósticos podrían empeorar y algunos analistas revisan las previsiones globales a la baja. El BCE prevé una caída de la economía de la Eurozona en 2018 al 2,1 % manteniendo el pronóstico en el 1,9% para 2019 y el 1,7% en 2020. EL PIB de EEUU ha crecido solo un 0,5% en el 1º/T-18. La variación interanual del PIB USA ha sido del 2 %, o sea, 9 décimas menos que la del cuarto trimestre 2017. La economía China que había crecido un 14,2 % en 2007, descendió hasta el 6,8% en 2017. Fondo Monetario Internacional pronostica un crecimiento económico de China de 6,6 % en 2018 y 6,4% en 2019. Podría bajar más si la guerra comercial con EEUU se agudizase. Los economistas mercenarios del capital, maquillan las cifras y mienten anunciando un nuevo auge para contentar a sus amos.
En Europa, el impacto de la crisis económica ha dejado en la pobreza y la exclusión social a unos 200 millones de trabajadores. Todo eso ha provocado un incremento del malestar en el movimiento obrero, con protestas sociales que conducen a la lucha por el cambio social, buscando el Socialismo. Incluso en EEUU donde las masas empiezan a despertar, existen ya varios partidos de izquierdas con representación en las instituciones.
Imposible es detenerse en este artículo en la enorme cantidad de focos de luchas que se están dando en el Estado español, que merece un debate aparte, pues en los últimos años hemos asistido y sufrido una escalada de DESIGUALDAD de tal dimensión, que tendríamos que remontarnos a los años 30 o a los 70 para buscar un punto de comparación.
Es casi imposible encontrar un precedente de desgaste político tan rápido como el que sufre ahora el PP, con la caída de Rajoy barrido por el Parlamento y las protestas sociales en calles y plazas. Es escandaloso los censos inflados y manipulados que decían que eran 869.000 afiliados y ha resultado una mentira más de ese PP corrupto. Solo podrían votar en torno a un 7% lo que reduce el censo a unos 66.000 afiliados reales.
La caída de Rajoy ha suministrado una potente inyección de fuerza y moral a los movimientos sociales que podría abrir una situación favorable que está ahora en manos del PSOE, pues la crisis del capitalismo corrupto está provocando una necesidad imperiosa de limpieza, regeneración y catarsis, no solo en lo económico, sino a todos los niveles del Estado.
Pero el nivel de conciencia de las direcciones de izquierdas va por detrás de las necesidades objetivas del desarrollo social, que son ahora más favorables para la clase trabajadora. La experiencia histórica ha demostrado que el factor subjetivo es decisivo para la derrota de la burguesía y la toma del poder de las izquierdas, pero sobre todo, de su mantenimiento y eso sería posible, si somos capaces de realizarlo de forma colectiva.
Las organizaciones de izquierdas tenemos delante de nosotros, (sobre todo las direcciones), una gran tarea histórica pues los cambios sociales que necesitamos son las ecuaciones más complicadas que tendremos que resolver. Las cuestiones sociales y territoriales, si marchamos unidos y bien organizados hacia una gran coalición de las izquierdas, a través de la participación consciente de todas las fuerzas en lucha, podríamos resolverlas con éxito junto a las dificultades más urgentes. Debemos entender que el Capitalismo continuará con su declive, por lo que, la tarea principal será poner las bases tácticas, estratégicas, metodológicas y programáticas, para transformar la sociedad, superando al modelo caduco de este capitalismo mafioso y corrupto que deberá ser reemplazado por la Democracia plena y el Socialismo genuino.