Como empieza a ser habitual en los últimos años, el Pazo de Meirás vuelve a provocar polémica y este año con más razón si cabe.
El Pazo de Meirás está edificado sobre las ruinas de una antigua fortificación destruida por las tropas francesas en 1809 durante la Guerra de la Independencia, pasa a manos de los Pardo de Lama mediante enlaces matrimoniales y a través de herencias llega a manos de Emilia Pardo Bazán que emprende la construcción de la actual edificación en 1868 y, una vez remodelado, pasaba allí más de cuatro meses al año.
Tras la muerte de Emilia, en 1921, y el asesinato de su hijo en 1936, y sin haber llegado a acuerdo las herederas para donar la propiedad a la Compañía de Jesús, en 1938, las autoridades franquistas coruñesas deciden ofrecer el Pazo a Francisco Franco como residencia veraniega.
Se constituyó una comisión con el fin de acondicionar el pazo y recaudar el dinero necesario para ello por medio de donativos en parte forzosos; a funcionarios y trabajadores de empresas privadas se les restó parte de su salario para comprar el Pazo, y se obligó a los ayuntamientos de La Coruña a aportar como mínimo el 5% de la recaudación del impuesto de la contribución. La Junta Pro Pazo encomendó por carta a los alcaldes que constituyeran comisiones para «visitar personalmente a sus convecinos para que nadie pueda mañana considerarse postergado si su deseo es contribuir con su grano de arena para el Pazo del Caudillo». A las propiedades iniciales que correspondían al Pazo, se le añadieron algunas cercanas gracias a un proceso de expropiación forzosa de los terrenos colindantes. La Diputación de La Coruña también expropió fincas para la «mejora y ornamentación» de la carretera que va de la capital de la provincia al Pazo.
A día de hoy la residencia veraniega del dictador sigue siendo propiedad de sus herederos, aunque en 2008 El Pazo de Meirás fue declarado BIC (Bien de Interés Cultural) durante el único paréntesis de gobiernos del PP que ha tenido Galicia desde 1990 a pesar de la oposición de los herederos de la familia Franco. Este hecho obligaba a los propietarios a abrir al público el inmueble, al menos, 4 días al mes. La familia del dictador se opuso a esta apertura en numerosas ocasiones pero la justicia rechazó sus argumentos.
En el año 2010, el Tribunal Supremo confirmó la clasificación otorgada por la Xunta de Galicia al Pazo de Meirás, la de Bien de Interés Cultural y es el 25 de marzo de 2011 cuando las puertas del emblemático inmueble se abrieron por primera vez al público. Acontecimiento de relevante simbolismo histórico, dadas las condiciones en que en 1938 la mansión fue adquirida mediante una suscripción “voluntaria” de trabajadores y vecinos de A Coruña para su entrega a Francisco Franco, que estableció allí su residencia de verano.
En la actualidad, las visitas se realizan todos los viernes, con cuatro turnos al día. No obstante en el mes de agosto, los días de visita se ven alterados por las vacaciones de los descendientes de Francisco Franco. No se pudieron realizar visitas en los meses de agosto de 2014 y 2015, por lo que la Xunta de Galicia abrió en 2016 un expediente a la familia.
La Comisión pola Recuperación da Memoria Histórica (CRMH) de A Coruña ha alertado de que la familia Franco ha encargado la gestión de las visitas al Pazo de Meirás a la Fundación Nacional Francisco Franco, cuyo “objetivo prioritario es la difusión de la memoria y obra” del dictador. Su actual presidente es Gonzalo Fernández de la Mora y la presidencia de honor corresponde a Carmen Franco y Polo, hija del dictador.
La Iniciativa Galega pola Memoria -donde se incluye (CRMH), la Real Academia Galega, la Universidad de A Coruña y diversas asociaciones culturales, empezaron a trabajar en junio para desarrollar diversas iniciativas con el objetivo de la devolución gratuita del Pazo de Meirás al pueblo. En mayo los tres grupos de la oposición gallega, a propuesta de En Marea, pidieron en el pleno del Parlamento de Galicia “recuperar para lo público” el Pazo, pero la iniciativa fue rechazada por el Partido Popular Gallego.