El consejero de Economía, Hacienda y Administración Pública, Antonio Ramírez de Arellano, ha defendido el «potencial de desarrollo económico» de Andalucía que se refleja en el incremento del 13% de la inversión extranjera productiva en la comunidad en los primeros seis meses del año, once puntos por encima de la media española (1,2%).
Según el Registro de Inversiones Exteriores del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, en el segundo trimestre de 2018, España obtuvo una tasa negativa del 21,7% frente a un crecimiento de la inversión extranjera productiva en Andalucía del 96,3%. No obstante, Ramírez de Arellano ha lamentado que los datos evidencian el enorme impacto del efecto sede a la hora de analizar las inversiones extranjeras en las comunidades autónomas, ya que el 70% de las inversiones realizadas «se han declarado» en Madrid, lo que no quiere decir que se «hayan realizado» en esa comunidad. En este sentido, ha hecho un llamamiento a «reflexionar» sobre la «percepción que en muchas ocasiones se está construyendo, porque no todas las cosas que pasan en España pasan en Madrid, o pasan por Madrid».
Durante su intervención en la inauguración de la jornada Sectores estratégicos de Andalucía, organizada por el diario económico Expansión en la Confederación de Empresarios de Andalucía (CEA), el consejero ha aludido a la necesidad de reflexionar «mirando al futuro» porque Andalucía «es hoy capaz de asumir retos y liderarlos». Por ello, ha apuntado al nuevo Plan de desarrollo económico de Andalucía Horizonte 2027 como la «herramienta» para consolidar la recuperación de la convergencia de la comunidad con la Unión Europea.
En este sentido, ha señalado que el Gobierno andaluz ya está trabajando en el diseño del documento en el que se plantearán las reformas necesarias para «afrontar los retos que se avecinan», como el envejecimiento, el cambio tecnológico, la apuesta por las energías renovables, la internacionalización, los cambios en los empleos y la formación.
Ramírez de Arellano ha defendido la necesidad de «adaptar la planificación estratégica de Andalucía a los nuevos desafíos» y a los cambios que se acercan en el contexto económico donde ya se está empezando a ralentizar el crecimiento. El consejero ha explicado que el nuevo Plan estará vinculado a las directrices que marca la Unión Europea en el marco de la política de cohesión y definirá unos objetivos acordes también con la Agenda 2030 de Naciones Unidas. Asimismo, ha recordado que la Comisión Europea ya está trabajando en la definición del primer marco financiero tras la salida de Gran Bretaña en el que se plasmará una reorientación de las prioridades de inversión para la próxima década.
Recuperación del PIB
«La reformulación de las políticas y de la asignación de fondos abre nuevas oportunidades para Andalucía», ha manifestado en referencia a los nuevos mecanismos previstos para luchar contra el desempleo juvenil, la exclusión social, la migración y el cambio político, entre otros. Asimismo, se ha referido a la importancia de incrementar la financiación de las inversiones «que generan empleo y crecimiento» y expresamente a las que realizan las pequeñas y medianas empresas en áreas como la investigación, la innovación y la economía digital.
A lo largo de su intervención, Ramírez de Arellano también ha realizado un balance de la Agenda por el Empleo 2014-2020, estrategia diseñada para salir de la crisis con el objetivo de recuperar los niveles de empleo y económicos previos. Concretamente, se ha referido a las tasas de crecimiento de en torno al 3% registrado en el PIB andaluz desde 2014, que ha llevado a que 2017 cierre con la recuperación del nivel del PIB que Andalucía tenía en el inicio de la crisis. Respecto al mercado laboral, se ha recuperado el 60% del empleo perdido y se han creado más de 400.000 empleos.
El consejero, ha destacado que se ha ampliado el «dinamismo diferencial» de Andalucía con las economías de su entorno, retomándose el proceso de convergencia. En este sentido, ha puesto en valor la evolución del modelo productivo de la comunidad durante estos años, «con un crecimiento más sostenible, basado en la internacionalización, la industrialización, el emprendimiento, la sociedad de la información y el conocimiento, las fuentes energías renovables y la cualificación del capital humano». «Una salida de la crisis con claros elementos diferenciales respecto a etapas anteriores», ha señalado.