Había avisado Rafael Hernando por la mañana que querían ver si los demás partidos también tienen porquería dentro. Para ello ha echado mano del crowfunding de Pedro Sánchez durante las primarias y los recuerdos venezolanos de Podemos. Curiosamente no se ha referido al caso Amat de su provincia de Almería. Olvidadizo el portavoz que acusa a la prensa de ser hienas. Fernando Martínez Maíllo ha seguido esa lógica de intentar que se haga causa para buscar la corrupción, que han rechazado tribunales de los demás, como sucede en el caso de Podemos y de casos del PSOE como Cursos de Formación o Mercasevilla, en los demás. Tampoco recuerda el vicesecretario conservador la Trama eólica de su tierra Castilla y León.
Pero los senadores de la izquierda no quieren entrar al trapo de la guerra barriobajera del PP. La habitual cuando se encuentran sitiados por problemas de corrupción o ven peligrar el poder que entienden de forma patrimonial. Así Ander Gil y Tontxu Rodríguez, del PSOE, y Óscar Guardingo y Kontxi Palencia, del Grupo del Cambio en el Senado, y Miguel Ángel Estradé de ERC han salido para decir con claridad que no piensan participar en esta comisión que es una “completa farsa”. No existe intención de investigar al PP como pone de manifiesto que, en la lista de comparecientes (más de cien) que ha presentado el partido conservador, no haya ningún cargo del propio partido.
El intento de “salvar al soldado Mariano Rajoy”, como ha dicho Gil, no es más que un intento de desviar la atención de la ciudadanía sobre el principal foco de sospechas que es el propio PP. El único partido de la democracia que ha sido encausado como organización criminal por las cajas de reptiles, desvío de fondos públicos para su financiación y un supuesto y constante tráfico de influencias con grandes empresarios para conseguir dádivas. “El objetivo es torpedear la comisión del Congreso que investiga al único partido imputado por corrupción. No vamos a colaborar a desprestigiar esta Cámara para tapar el problema de corrupción del PP” ha dicho el portavoz socialista.
Más contundente e incisivo se ha mostrado Guardingo. Para el portavoz en la comisión, y gracias al acuerdo del PP con el PDeCAT, para estas cosas sí se hablan, todo queda en “una comisión de corruptos que intenta nivelar la corrupción del PP manchando el nombre de políticos y personas”. Todo ello supone, dicen desde la formación morada, un “peligro para la democracia” porque se va a perseguir a personas que nada tienen que ver con la política por el simple hecho de que alguna vez un dirigente político participó en esa asociación o acudió a dar una charla. Sólo así se entiende que el PP haya pedido la comparecencia de alumnos de la Universidad Complutense cuyo único pecado es estar asociado a Contrapoder, por ejemplo.
Para socialistas y podemitas es completamente irresponsable que se llame a declarar a tesoreros y ex-tesoreros de los demás partidos políticos y no quieran que vaya Bárcenas. “El PP, acorralado por la corrupción, ha decidido perseguir a individuos de este país por disidencia política” ha dicho Guardingo. Actúan, ahora que se cumplen 40 años de las primeras elecciones democráticas, como si esto no hubiera ocurrido nunca. Intentan destapar una trama inexistente en los demás partidos cuando “el PP es la Trama” como ha recordado Rodríguez.
Sólo hay que observar las primeras comparecencias que se han fijado en el calendario para ver cómo, una vez más, el PP utiliza su rodillo senatorial para poner las instituciones a su servicio particular. Se ha pedido que comparezcan el tesorero de Podemos Daniel de Frutos; el responsable de Finanzas de Ciudadanos, Carlos Cuadrado y dos tesoreros del PSOE, Xoan Manuel Cornide y Gregorio Martínez. Los imputados del PP no aparecen. Actitud barriobajera, propia de Hernando y Fernández Maíllo, trasladada al Senado.