Los jóvenes pensadores del catolicismo alzan la voz para preguntarse si es posible un futuro sin Cristo. Como pueden presumir todos dicen que sí (faltaría un capítulo que dijese que no, pero esto solo es producto de la mente perversa que esto escribe). Un libro coral, plural -encontrarán desde cielinos hasta jesuitas- y con aportaciones de mujeres y hombres. Coordinado por Tomás J. Marín Mena (uno de esos jóvenes pensadores que se hacen hueco), el libro ¿Un futuro sin Cristo? Voces de una generación (PPC) supone introducir aire fresco en una disciplina que ha perdido preponderancia.
Que sean jóvenes no supone que olviden completamente la tradición, en algunos capítulos como “Silencio” y “Contemplación” es más evidente, sino que se lee aquella desde una nueva perspectiva sin dejar que esas brasas se apaguen y no sirvan para hacer fuego. Algunos capítulos están más logrados que otros; unos son más académicos, otros más pedagógicos; pero se confirma que el pensamiento católico en España tiene una cantera que es ya realidad.
Los temas elegidos no dejan indiferente a quien lee el texto: “Cristo, la entraña del cristianismo” (Carne, Atracción, Acontecimiento, Redención, Comunión, Testimonio); “Espiritualidad cristiana ante el nihilismo” (Presencia, Contemplación, Sed, Risa, Caridad, Silencio); “Cristianismo y desafíos culturales” (Identidad, Educación, Universidad, Salud Mental, Perdón, Belleza); “La razón secular frente a la vocación universal del cristianismo” (Pluralismo, Ateísmo, Materialismo, Trascendencia, Filosofía, Ciencia, Persona); y “Ética y política en perspectiva cristiana” (Ética, Doctrina Social, Economía, Poder, Feminismo, Liberación, No Violencia). Una pluralidad de temas que, igual, deberían tener alguna hilazón más allá del mero cristianismo, por poner alguna pega.
Algunas de las propuestas les parecerán asombrosas y novedosas. Se observa que muchos de los autores trabajan con lo último del pensamiento cristiano (sin olvidar los evangelios, evidentemente, y la doctrina). No muestran tabúes de ningún tipo al hablar de lo cotidiano, estableciendo un diálogo con la realidad desde una posición católica. Algunos capítulos muestran una gran madurez intelectual, mientras que otros, los menos, se notan que son producto de una mente en formación y con necesidad de alguna lectura más. Tradición renovación, personalismo, ortodoxia radical, filosofía existencialista, teoría de la liberación, la importancia de los sacramentos son parte de esas corrientes que son expuestas, eso sí, con Cristo en el centro de todo.
Es de agradecer que un libro como este en el que se presentan diversas voces que, más allá de ser católicos, son seres humanos insertos en una sociedad que día tras día va mutando con una pérdida de valores constante. Como muestran en diversos capítulos, desde el catolicismo existen soluciones que, más allá de que sean consideradas carcas por los mismos de siempre, el catolicismo puede aportar. Tan solo hay que leer los evangelios con nuevos ojos, como los de los autores que aquí se reúnen, pero sin perder de vista la tradición de siglos. No caer en el relativismo actual, ni aceptar como obvio lo que no lo es.