Si cualquiera de ustedes leyese, por casualidad o con intención, los medios y ensayos católicos, en términos generales se darían cuenta de la significante ausencia de la mujer en ellos. Al menos de la mujer como ser autónomo o en una idealización tradicional como sostenedora de no se sabe bien qué tronco de la historia. En términos generales el catolicismo mediático, no el doctrinal, es bastante patriacal y rancio. Sin embargo, son muchos los jóvenes teólogos —cabe recalcar el sentido masculino, no el nosotros general— que entienden que el papel de la mujer es muy distinto y no son las escrituras, en especial el Nuevo Testamento, una cárcel para la mujer. Por supuesto, hay muchas nuevas teólogas y filósofas católicas que proponen, aunque no sea el calificativo correcto, un «feminismo católico».
Entre esas pensadoras está Felicia Merino Escalera, una brillante filósofa que lleva años, casi en solitario, haciendo ver que lo católico tiene una vía abierta para la mujer que no sea la de quedar «en casa y con la pata quebrada» del tradicionalismo. En su reciente libro, publicado por la Editorial Comares, ya deja claro desde el título que hay otro camino: Otro modo de pensar. Pese a ser una recopilación de artículos publicados en revistas y prensa católica, la unidad de pensamiento y de los temas tratados hacen de él un todo que tiene la virtud de poder leer con pausa y, si así lo quieren, dando saltos, pues la autora y la editorial han decidido seguir un camino más temático, pero también se puede leer desde el aspecto relacional. Esto es, buscar en los diferentes capítulos continuidades de la mujer, lo cultural y el amor.
La autora no tiene ningún problema en dialogar con autores y autoras de eso que se ha llamado lo postmoderno porque intenta entender qué aspectos pueden tener una ligazón con el desarrollo cultural y qué aspectos son más producto de lo ideológico o político. Da igual que sea Michel Foucault que cualquier feminista de la últimísima ola, allí está Merino para hacer ver que la mujer no es ni lo que quieren unos, simple y mera identidad asumida, ni lo que quieren otros, esa costilla del hombre. Podría decirse que es una tercera vía entre los postmodernista y lo tradicionalista en el mundo católico.
En lo referente a la mujer se presenta un ser humano que debe y puede ser libre para desarrollar su propio ser en igualdad de condiciones que el hombre, pero que no debe de dejar de ser mujer por una cultura opresiva donde lo materialista es lo único que cuenta. Lo maternal, que no deja de ser fraternal también, se abandona o misnuvalora. La verdad es que es mucho mejor que se lean el libro y vean el camino tomado por Merino pues es muy sugerente para cualquier mujer y mucho más si es católica.
Paradójicamente, mientras se habla de la situación de la mujer hoy, la profesora de Antropología filosófica —¿recuerdan los libros de Ernst Cassirer sobre el tema?— logra desmenuzar de forma muy hábil la sociedad contemporánea. Cómo el liberalismo, muy influida por la Radical Orthodoxy y la Escuela de Granada de monseñor Francisco Javier Martínez, no es esa doctrina amable que desde muchos ámbitos del catolicismo se presenta. Como factor ideológico influye en el devenir cultural y no es contrario a todo lo postmoderno. Es un dragón con dos cabezas y una cola capitalista.
En algunos momentos puede llegar a recordar el análisis a la sobrerreprensentación althusseriana, pero su análisis proviene del catolicismo y toda su doctrina de siglos. Cierto que respecto a la mujer hay mecanismos culturales que la han desviado de lo que se pretendía, pero no es menos cierto que el ser humano en sí ha sido lobotomizado por el propio sistema actual. Pensar que existe una desconexión entre cultura y sistema económico es algo que ya la Iglesia había observado como peligroso. De este punto del análisis al amor conyugal, con lo que significa ser pareja hoy en día, hay un pequeño salto que Merino logra realizar con verdadero éxito y mediante una analítica completamente satisfactoria. Si Deus caritas est eso tiene muchos significados que deben luchar contra una cultura totalmente contraria y un peligro reaccionario inconsecuente.
Un libro católico que supone una pequeña ruptura a los análisis más divulgados, que no los únicos que se realizan respecto a la mujer, la cultura contemporánea y la convivencia general. Porque de todo lo analizado en el libro hay muchas lecciones que aprender para el día a día cuando cualquiera se topa con el otro.