La pasarela peatonal que se está construyendo en el barrio de Santiago el Mayor de Murcia para que los viandantes puedan cruzar por arriba el llamado ‘muro’ de Murcia, que dividirá a la ciudad en dos, podría ser peligrosa para los ciudadanos al estar junto a una acequia.
La Plataforma Pro Soterramiento del AVE pidió el pasado viernes al fiscal jefe de la Comunidad que inicie una investigación con el fin de aclarar si la existencia de dicha acequia puede afectar a la seguridad de la pasarela peatonal.
En el escrito, Joaquín Contreras, portavoz del colectivo, señala que dicho cauce, denominado Rumiá o Junco alto, “podría discurrir muy próximo a las zapatas que sustentarán” dicho paso elevado.
Con el objetivo de acreditar este extremo, miembros de la Plataforma, acompañados por personal de la Junta de Hacendados, accedieron a un pozo de registro constatando la existencia «de lo que parece ser la desembocadura de la mencionada acequia en otra denominada Alarilla».
En el escrito al Fiscal Superior, la Plataforma Pro Soterramiento pone de manifiesto que «sorprendentemente» no figura en el proyecto de construcción de la estructura ni en el contrainforme elaborado por ADIF frente al presentado por el colectivo vecinal.
La Plataforma señala en el escrito que «dado que nos ha resultado imposible terminar de confirmar dicha hipótesis, porque para ello habría que acceder por otro pozo de registro, situado dentro de la zona delimitada de obra donde se encuentran las zapatas de la pasarela, sería necesario realizar una visita de inspección por técnicos cualificados».
El colectivo vecinal pide a la fiscalía que adopte las medidas que sean necesarias para confirmar las sospechas de que la instalación de la pasarela peatonal podría afectar a esta infraestructura hidráulica tradicional, ya que también se podría poner en riesgo la integridad de las personas que crucen por dicha pasarela.
Horas después de hacer esta denuncia, la propia Plataforma informa en su cuenta de Twitter que este viernes por la noche «trabajadores de Aldesa fueron a medir con el metro en la mano la acequia que no habían declarado. Levantaron nerviosos tres tapas de registro».