Mientras la patronal sigue rechazando las propuestas de las fuerzas sindicales en materia de incremento salarial, el Índice de Precios al Consumo sigue demostrando que la clase trabajadora se va empobreciendo mes a mes, día a día, minuto a minuto. Es un fenómeno que se da en toda la nación y, evidentemente, también se nota en la Región de Murcia.
Es muy destacable el incremento que, según datos del INE, se ha producido en Vestido y Calzado, un 14,1% respecto al mes de marzo. Una subida tan espectacular afecta a las economías familiares de la clase trabajadora porque se ha dado precisamente en un momento en que la compra de ropa por cambio de estación se hace más necesaria. Con una masa salarial que roza el umbral del riesgo de la pobreza, el incremento de un bien necesario como es el vestido, empobrece aún más a las familias.
En la Región de Murcia se han incrementado los precios en todos los ámbitos de consumo y de servicios salvo en enseñanza, bebidas alcohólicas y tabaco.
Ante esta situación es fundamental que se vuelva a reactivar la negociación colectiva para poder alcanzar acuerdos tanto a nivel global como a nivel de la Región de Murcia. Ya informamos en la edición nacional de Diario16 que la propia Organización Internacional del Trabajo planteaba la negociación colectiva como el futuro del empleo para que el mercado laboral no se convirtiera en un vivero de desigualdad. Guy Ryder, Director General de la OIT, afirmó que «De no ser así, nos dirigimos hacia un futuro oscuro, hacia un futuro peligroso».
La subida del IPC en la Región de Murcia y su impacto en las economías familiares demuestra, en primer lugar, que el optimismo del gobierno respecto a la recuperación económica no es más que una fachada de añagazas; en segundo lugar, que las familias españolas siguen siendo víctimas de una crisis que muchos continúan utilizando como excusa para no devolver a la clase trabajadora lo que las medidas de corte neoliberal impuestas por el PP, tanto a nivel nacional como regional, les ha robado; en tercer lugar, que el nivel cuasi tercermundista de los salarios en España están llevando a los ciudadanos a una situación cercana a la indigencia por mucho que desde el Gobierno se quieran vender datos macroeconómicos o globales para ocultar una realidad que es palpable detrás de cada historia, de cada vida, de cada suspiro que un español da.