A primera hora de la mañana, mientras estaba trabajando sobre un «depredador/matador» de puestos de trabajo, he visto la patera y he bajado rápidamente a la playa. No me encontré con nadie, no vi a nadie. Me eché al mar para ver si había alguien en el interior, y lo que me encontré fueron sólo los enseres de quienes, una vez llegados a tierra, saltaron de la embarcación para buscar un lugar donde iniciar una nueva vida dejando atrás algunas de sus pocas pertenencias. En el interior había también bidones de combustible, pero no el motor.
A pesar del mal tiempo, de los fuertes vientos, del estado de la mar, todos aquellos que ven en peligro su supervivencia, su vida, buscarán el modo por el que llegar a un puerto, a una playa o a un lugar donde tener esperanza de sobrevivir y de tener una vida mejor. Nada se les pone por delante porque el instinto de supervivencia es más fuerte que el hormigón, que las concertinas, que las olas de más de 5 metros y que cualquier obstáculo que quiera poner el hombre para evitar que los parias de la tierra pisen las tierras del mundo «civilizado».
Hoy ha sido localizada una patera en la playa gaditana de La Victoria. La Policía Local de Cádiz trasladó a varios agentes al lugar donde está embarrancada la barca y se iniciaron las correspondientes diligencias. Mientras todo el país está pendiente de la unidad de la patria, de que un presidente autonómico haya huido a otro país, de las medidas del gobierno aplicadas en Cataluña o de cómo se ha encarcelado a los dirigentes catalanes, hay personas que no conocen de estos problemas porque su único problema es continuar viviendo y, para ello, arriesgar su propia vida para alcanzar una tierra en la que tener, al menos, la esperanza de sobrevivir que en sus países no tienen. Para ello desafían a lo que sea, a quien sea y como sea.
Se desconoce el número de personas que viajaban en la barca. Se desconoce cuántos han llegado a nuestras tierras, si es que ha llegado alguno.