El anuncio del preacuerdo para un Gobierno de Coalición que han firmado Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, en representación del PSOE y Unidas Podemos respectivamente, que podría permitir el desbloqueo, si se consiguen los apoyos suficientes, es un acontecimiento muy relevante que ha levantado expectativas y simpatías enormes entre las izquierdas, que han vencido limpiamente en las urnas mientras que las derechas pierden, como demuestran las matemáticas que no mienten, tal cual expresan las cifras de votos que analizaré más abajo.
A partir de ahora se despliega la oportunidad que las masas esperaban para poder avanzar hacia un futuro mejor, tras una década de crisis estructural del capitalismo que ha castigado a la clase trabajadora, a las capas medias y a los pobres, por lo que se requieren medidas urgentes para desmontar la política antisocial que vino aplicando el PP.
Es preciso derogar la contrarreforma, acabar con los recortes, con la austeridad, poner fin a la precariedad, a los salarios de miseria, a la explotación, al paro y demás lacras del modelo capitalista, contaminado por las pestilentes cloacas del Estado que es necesario desinfectar.
Para todo eso se necesitan recursos financieros y si en verdad el nuevo Gobierno quiere recaudar fondos suficientes para aplicar una política de izquierda tendrá que acometer una lucha firme contra la corrupción, combatir los saqueos a las arcas públicas y demás despilfarros para poder avanzar, poniendo impuestos a los ricos que pagan poco en comparación con los asalariados, para poder llevar a cabo la política de progreso anunciada.
La cuestión no va a resultar fácil porque para atender y cumplir las aspiraciones del pueblo trabajador, al que se debe un Gobierno de las izquierdas y satisfacer las necesidades de la mayoría, se necesitará firmeza y apoyos de las fuerzas políticas, sociales y sindicales más afines, para enfrentarnos a la clase dominante y sus poderes económicos.
Cualquier persona decente tiene que exigir que se persiga y denuncie a los corruptos y a las mafias bancarias, algunos de cuyos dirigentes vienen siendo investigados y otros ya encarcelados. Urge crear una Banca Pública bajo control social y democrático, y a su vez, rechazar la hoja de ruta de la austeridad que está marcando la Unión Europea, diciéndoles que el dinero existe, pero hay que batallar por recuperarlo, legislando para que devuelvan tanto como han robado, publicando las listas de evasores y defraudadores que se han llevado los dineros a Paraísos Fiscales.
Tras este breve preámbulo, paso a las cifras, como he comentado anteriormente, analizando que el Bloque Azul compuesto por PP, Vox, C’s y Navarra Suma, pierden votos en conjunto, a pesar de ganar 3 escaños. Rivera se ha estrellado y su partido agoniza en un colapso general quedándose solo con 10 escaños y entre las 4 fuerzas mencionadas consiguen 10.395.920 votos. En Abril obtuvieron 11.276.920, es decir, que el bloque involucionista y reaccionario de las Derechas pierde 881.000 votos en conjunto.
El bloque progresista compuesto por PSOE, U.P, Más País y el resto de formaciones pequeñas consiguen 12.141.507 votos (49,3 % y 179 escaños), superando a las derechas en 1.745.587 votos, todo ello incluso contemplando la caída de U.P que consiguen 3.097.185 votos, lo que significa un retroceso de 635.744 apoyos, respecto a abril y pasa de 42 escaños a 35 asientos el 10-N, pero queda diáfanamente comprobado que las izquierdas han vencido a las derechas.
Estos resultados muestran que han quedado hecho añicos los planes de la clase dominante, cuyo objetivo era conseguir un Gobierno entre PSOE y las derechas, fracasando tras el naufragio de Rivera (C’s) que ha dimitido, consiguiendo poner en dificultades los intentos de la clase dominante de ensanchar su cantera de votos, que se han desviado hacia Vox, pero en general se han repartido parte de su misma tarta porque las derechas pierden apoyos en las urnas globalmente como demuestran las cifras examinadas anteriormente.
Una enorme jauría de plumíferos de prensa, radio, redes sociales y TV, auténticos mercenarios de esa caverna mediática al servicio del capital, intentan convencernos de lo contrario, de que las derechas tienen que gobernar “por la gracia de Dios”, como decía aquel Dictador.
Junto a esa derecha provocadora y soez se dedican a impartir mentiras, calumnias y van a la “caza del rojo”, desprestigiando tanto a Pablo Iglesias como a Pedro Sánchez, potenciando la campaña de acusaciones llamándoles “chavistas, dictadores y demás epítetos”, a la vez que azuzan la crisis interna de las izquierdas.
También he leído algunas cosas de lo que se ha publicado recientemente: “Barones del PSOE preparan una alternativa a Sánchez liderada por Page si el Gobierno socialcomunista estalla” (okdiario.es 16-11-19), noticia que ha sido desmentida por García-Page. “”Madrid, 14 nov (EFE).- El expresidente de Extremadura Juan Carlos Rodríguez Ibarra ha reiterado este jueves su decisión de abandonar el PSOE si el partido opta por formar gobierno con Podemos y las fuerzas independentistas”. (Lavanguardia.com). “”Vuelven los dinosaurios”: González, Ibarra, Leguina y Aznar braman contra el pacto PSOE-Unidas Podemos”” (Público.es 15-11-19)
Las opiniones son libres y cada cual tiene su punto de vista, estando inundadas las redes sociales de reflexiones llenas de buenas y malas voluntades, fake news, noticias inventadas y verídicas, sugerencias y propuestas, algunas muy positivas hacia el nuevo gobierno que esperamos empiece a actuar pronto para desarrollar ese Pacto Progresista que se debe poner en marcha para iniciar de inmediato la regeneración y la lucha contra la corrupción.
Pero sin conseguir financiación, sin atacar a fondo a los que siguen medrando ilegalmente (para lo cual es preciso limpiar las cloacas del Estado), la ecuación se pondría muy complicada, teniendo en cuenta la crisis que nos llega, por lo que, el nuevo Gobierno tendría dificultades para cumplir el programa, que no es socialista, sino progresista y de mínimos, (como ambos firmantes reconocen) sobre todo si no disponen de recursos suficientes.
La clase trabajadora en esos años de gobierno del PP, corrupto hasta la médula y “condenando por la Justicia a título lucrativo”, ha sido castigada y ahora no va a dejar de considerar la enorme oportunidad que se nos abre para cambiar y avanzar hacia una recuperación de lo perdido, por lo que las luchas y acciones reivindicativas serán inevitables.
El Gobierno de Coalición tendrá que ser firme y conseguir los apoyos de los partidos progresistas, los sindicatos y los movimientos sociales para, entre todos, acabar con las miseria dejada por el PP y poner fin al entramado podrido del sistema, a la vez que encauce el conflicto político de Cataluña, abriendo el diálogo para darle una salida política y no militar como plantean Vox y sus colegas, lo cual sería una catástrofe.
Esa extrema derecha no es nada nueva, sino que viene con la camisa vieja del franquismo, pues Vox surge del seno del PP donde han estado agazapados y financiados por los capitalistas, los empresarios corruptos y la negra reacción.
Las derechas, tanto nacionalistas españolistas/franquistas y las nacionalistas independentistas/pujolistas, enfrentadas ahora, se han venido nutriendo y amasando enormes fortunas con la crisis social del capitalismo y descargando los costes sobre las espaldas de la clase trabajadora, las capas medias que han quedado arruinadas, dejando al pueblo en la pobreza y la desigualdad que han crecido pavorosamente.
Si el nuevo Gobierno de Coalición no consigue que devuelvan lo robado y dejen de saquear las arcas estatales no se podrá hacer una verdadera política reformista de izquierdas, ni atender las necesidades de la mayoría de la sociedad y si las reformas fracasan podría abrirse un proceso revolucionario, como está ocurriendo ya en Latinoamérica.
La clase trabajadora, la juventud, los pensionistas, el ecologismo y el feminismo necesitamos organizarnos más y mejor, fortaleciendo las izquierdas para consolidar los pactos hacia el socialismo pero incluso algunas llamadas “baronías”, procedentes o afiliados del PSOE, insisten en preferir pactos con las derechas y cuestionan públicamente el preacuerdo PSOE y Unidas Podemos.
Los partidos tiene que mantener una coherencia, sobre todo los de izquierdas y una orientación clara, incluso entendiendo que la Democracia y el Socialismo, son también procesos inacabados y que, por tanto, todavía no existe ni ha existido un país del mundo que sea 100 % Democrático y mucho menos Socialista.
También debemos entender que eso no podrá ser mientras que exista este sistema explotador y opresor, pues como decía el Abuelo Iglesias, “el capitalismo es la causa de todos los males que padece la clase trabajadora”, pero sabiendo igualmente que no podrá haber Socialismo sin Democracia, ni a su vez, Democracia sin Socialismo.
El objetivo debe ser continuar la lucha por un Socialismo Democrático que será participativo y al servicio del pueblo, donde se pongan los recursos financieros y las palancas principales de la economía, al servicio de los seres humanos, con igualdad, libertad, justicia y Paz, porque esa es la batalla permanente de la clase trabajadora que ha luchado, lucha y luchará a través de la historia, por conseguir las mejoras de las condiciones de vida y existencia para la Humanidad. Como decía Diamantino, “no hay causas imposibles sino causas difíciles pero son tan justas que algún día las alcanzaremos”.