Durante la celebración del día de la Constitución los diferentes barones socialistas han podido expresar sus deseos y expectativas frente a la futurible reformar constitucional. Y lo que ha quedado claro de sus palabras es que no hay una posición clara y común, ni entre ellos, ni con el propio PSOE. Tal vez quien mejor encajó sus palabras con lo propuesto por el partido haya sido Ximo Puig. Y quien más dificultades vea en esa posible reforma es Emiliano García Page. Por su parte, la presidenta de la Junta de Andalucía se ha quedado entre el frío y caliente, y el apoyo (o no) a lo que defiende Sánchez. Una postura ambigua la de Susana Díaz, que contrasta a las manifestaciones realizadas en Andalucía.
Susana Díaz, reforma urgente y para aguantar 39 años más.
La presidenta de la Junta de Andalucía se ha mostrado más ambigua que en otras ocasiones o, al menos, menos explícita que cuando comenta estos temas en su tierra. Para ella lo mejor es una reforma urgente, como la mejor fórmula para “defender nuestra Constitución es reformarla desde la honestidad, la responsabilidad y la generosidad”. Quiere una reforma para que nada cambie, sólo modificar aquellos aspectos que, desde su punto de vista, son más peliagudos: “Quienes amamos la Constitución, la queremos y la defendemos y sabemos que ahí están los mejores años de este país sabemos que hay que cambiarla cuanto antes, reformarla, que no sustituirla ni impugnarla, como pretenden algunos”.
La solución pasa, según se desprende de sus propias palabras, es mejorando e instituyendo un nuevo modelo de financiación. De esta forma no cabe ningún problema territorial: “España cómo no se divide es cuidando a los ciudadanos y tratándolos por igual en todos los territorios”. Vuelve a retomar el “¿Qué hay de lo mío?” que viene solicitando desde hace un par de meses. Esa reforma igualitaria del sistema de financiación dotará de unidad al país: “Este país necesita unidad, consenso, acuerdo y un proyecto de convivencia colectivo pues eso solo se garantiza con un trato por igual a todos los ciudadanos vivan donde vivan”.
Ximo Puig, inclusión social y articulación territorial.
El presidente de la Generalitat valenciana, Ximo Puig, entiende que la reforma constitucional debe garantizar unos derechos sociales que ahora no garantiza, ni blinda. Un pacto que debe ser respetuoso con la diversidad y pluralidad: “El nuevo pacto debe nacer desde la pluralidad de las ideas y las singularidades que existen en nuestro territorio, y los valencianos y valencianas queremos ser una parte activa en la reforma”.
Coincide con los otros dos barones al reclamar que antes de cualquier reforma se debe poner negro sobre blanco el nuevo modelo de financiación. “El modelo de financiación debe ser la reforma que preceda a la revisión de la Constitución” ha dicho el president. Puig ha recordado que si no se hace frente a la infrafinanciación, se debilita el Estado del Bienestar, las políticas de crecimiento y sigue habiendo “ciudadanos de primera, de segunda y de tercera”.
Emiliano García Page, expone sus dudas.
Emiliano García Page no discrepa en sí de las propuestas del PSOE. Apoya claramente que se incluyan nuevos derechos sociales y se blinde la educación, la sanidad o el sistema de pensiones, por ejemplo. Pero sí ha sido el que ha expresado sus dudas sobre el propio proceso que se desea abrir. A su juicio, más que ser modificada, la Ley Fundamental debería “blindar la sanidad, la educación y las prestaciones sociales”, unas áreas que “aún tienen desarrollo posible”.
Tras exponer que ni los propios constituyentes se creían que fuese a funcionar tan bien la Constitución, sí entiende García Page que la fortaleza de la misma radica en su flexibilidad y en su capacidad de adaptación a un mundo que ha cambiado mucho en estos años, y que ha vivido hitos como la llegada de Internet, una revolución en la forma de entenderse, una globalización cada vez mayor o nuestra propia incorporación a Europa. “Cosas no previstas en 1978, pero para las que la Constitución sigue siendo útil y eficaz”, ha destacado.
Sobre la cuestión territorial es donde más escepticismo ha mostrado. Ya ha venido manifestando que si todo el conflicto territorial es cuestión de sentimientos, los castellano-manchegos tienen tantos como los demás, situando la cuestión en cuestiones menos emocionales y más racionales. Cree García Page que esta tensión territorial es lógica dada la diversidad de España, por lo que cree que sería mejor avanzar en las posibilidades que permite la propia constitución, aunque si hay que reformarla no hay problema. Eso sí, recuerda quien quiera escucharle que “Castilla-La Mancha es un equipo de los que están en la liga, pero la selección es una, la española, y eso lo debemos tener claro absolutamente todos”.