Si usted quedó fascinado por la serie de películas sobre Indiana Jones (por tomar un ejemplo muy conocido) seguramente este libro esté entre uno de esos que le interesaría leer. La Ahnenerbe, como nos cuenta el doctor Nicolás, no fue ese grupo de nazis en busca del Arca de la Alianza, pero sí que tuvieron mucha curiosidad arqueológica, mucha búsqueda de las raíces y otras cuestiones científicas, que terminaron con uno de sus dirigentes sentenciado a muerte en los juicios de Núremberg.
Deben quitarse los prejuicios, deben olvidar los mitos y fantasías tan propios de internet, y leer, primero, A. Javier Nicolás en esta entrevista y, posteriormente, el magnífico trabajo que ha realizado y que ha publicado la Editorial EAS. Disfruten de los trabajos históricos, del esfuerzo de años para quedar condensado en unos pocos cientos de páginas, y de los conocimientos de un magnífico historiador del III Reich.
-La Ahnenerbe ha sido utilizada para libros conspiranoicos, esotéricos o señalando solo su participación en experimentos en campos de concentración. ¿Por qué escribir sobre la Ahnenerbe con estos antecedentes?
-Efectivamente, la Ahnenerbe ha sido un comodín fantástico para escribir y hablar de muchas fantasías esotéricas sin sentido. Mi objetivo, como historiador es precisamente desmontar esos mitos. Le puedo asegurar que no se conoce nada de la Ahnenerbe, nada. El trasfondo es mucho más profundo, interesante, rico y variopinto, y muy alejado de lanzas de Longinos y Santos Griales. Estoy dedicando mis últimos años de estudio, en archivos alemanes principalmente, a desenmascarar todo esto e intentar probar y mostrar la verdadera cara de la Ahnenerbe. Esa es mi meta: dar otro aspecto de esta Sociedad, su verdadero objetivo y fundamento.
-Su libro habla de aquel esotérico viaje de Heinrich Himmler a España. ¿Qué puede contarnos de ello sin hacer spoiler? ¿Fue más banal de lo que se ha contado?
-De entrada, no hubo nada esotérico en ese viaje. Himmler, como jefe de la seguridad y de la policía del Reich, vino a España en 1940 para preparar la visita de Hitler con Franco en Hendaya. Y de paso, siendo una persona muy culta como era, aprovechó para visitar cosas muy concretas de nuestro país como los frescos murales de San Telmo en San Sebastián; el Escorial y Toledo; la catedral de Burgos y la tumba del Cid; el Museo del Prado y Monserrat, entre otras cosas. En absoluto fue una visita banal, todo lo contrario. Muy bien aprovechada, algo rápida, pero muy enriquecedora para él, desde luego. En mi libro describo, punto por punto, ese apretado viaje de Himmler descartando bastantes bulos mitológicos y absurdos que se han escrito sobre él.
-Se ha contado que antes de que el NSDAP alcanzase el poder, la Ahnenerbe ya estaba realizando investigaciones. Incluso tenía planificada un viaje a Bolivia para la refutación de la teoría del Hielo mundial. ¿No rompe esto con una visión demasiado nazificada de la Ahnenerbe?
-La Ahnenerbe se funda en julio de 1935. Antes no existía nada parecido. Sólo asociaciones arqueológicas, excavaciones a cargo de Sociedades filantrópicas o universitarias, o francotiradores que hacían la guerra por su cuenta. Yo hablo de esta Ahnenerbe que existe desde 1935 hasta 1945. El viaje a Bolivia, de la mano del célebre Edmund Kiss, efectivamente ya estudió y excavó en Bolivia en los años precedentes a la Ahnenerbe, pero nada que ver con ella. Sí es cierto que Kiss, luego, formaría parte de la Sociedad de Himmler y proyectaría una excavación oficial con ella, pero la guerra truncó todo el proyecto. Y en cuanto a la Welteislehre de Hörbiger, su teoría del hielo, comentar que, dentro de la Ahnenerbe se creó un departamento especial para ahondar y proseguir con esta teoría curiosa del hielo, colaborando con el propio hijo de Hörbiger.
-Como se comenta en un libro recién publicado en España y que se puede aplicar a Santa Olalla, ¿hay que culpabilizar su obra por las relaciones y actitudes del autor?
-El año pasado salió un libro sobre la historia de la Ahnenerbe que abunda en copia y pega, internet y plagios, con falta de rigurosidad y ausencia de nada nuevo que añadir al tema, debido a la carencia archivística. Dicho esto, añadir que, aunque efectivamente Santa Olalla era una camisa vieja falangista y un nacionalsocialista convencido, su labor como arqueólogo es impecable y puede considerarse como uno de los mejores en nuestro país. Aunque es verdad que cierto egotismo y la utilización muy particular de sus colaboradores, así como las intrigas y luchas entre él y otros arqueólogos españoles consagrados, le llevaron a un callejón sin salida. Y su ideología, muy radical, no le ayudó mucho, especialmente tras 1945.
-Tras llevarse las piezas visigodas (algunas no se han devuelto), ¿se ha conseguido saber que infirieron de ellas?
-En estrecha colaboración con los Museos germánicos de Nuremberg y Colonia, así como la Universidad de Viena y especialmente el Museo de los Orígenes de Madrid, he podido elaborar un estudio con propias conclusiones al respecto, algunas de ellas con grandes novedades. La historia de las piezas visigodas extraviadas de Castiltierra (Segovia), la implicación de la Ahnenerbe y el caos resultante tras el final de la guerra en Europa, hicieron de esta historia un verdadero thriller que en varios capítulos de mi libro intento desentrañar y, creo, con unos resultados bastante esclarecedores. El resumen es que dichas piezas están diseminadas por medio mundo. En mi libro he elaborado un listado de los museos o centros donde pueden encontrarse la mayoría de ellas.
-¿Se puede estudiar lo nazi sin sesgos como se pretende en el libro o quedará siempre ese prejuicio?
-Es una muy buena pregunta. La verdad es que, como doctor en historia especializado en el III Reich, puedo decirle que es muy complicado estudiar este tema. Muchísimo. Tengo la suerte de haber empezado, en el caso de la Ahnenerbe, a recolectar información original (revistas, correspondencia, diarios, libros,…) que poseo y puedo utilizar. Después está la labor fundamental de los archivos: el Bundesarchiv en Berlín, el IFZ de Múnich, el Landesarchiv en Detmold, aparte de los archivos departamentales franceses y los americanos, son la fuente primeriza. Nadie puede pretender escribir sobre la Ahnenerbe sin haber pisado estos archivos y, desde luego, sin saber alemán. Yo busco siempre la asepsia, la neutralidad, la rigurosidad historicista que se verifica y se asienta con notas a pies de página y mucha perspicacia.
-¿Qué próxima investigación tiene preparada para los lectores comunes y estudiosos?
-He estado estos días, precisamente en los archivos de Detmold y junto a los archivos ya mencionados y visitados, tengo unos 15.000 documentos fotografiados sobre la Ahnenerbe, para ir trabajando en mi próximo libro que, naturalmente trata de esta organización, pero esta vez en su carácter general. Aparte, está el material publicado por la Ahnenerbe, tanto sus libros como su revista oficial “Germanien” que dispongo en mi archivo personal. El material es ingente y es probable que se publique en dos volúmenes más. Y le aseguro que se va a hablar de cosas realmente sorprendentes sobre esta Sociedad Ancestral que va a impresionar y sorprender a más de uno. Calculo que en un par de años -y llevo ya más de siete-, se podrá publicar el siguiente volumen.