La Mesa del Congreso de los Diputados, una vez más con el acuerdo de PSOE, PP y Ciudadanos, ha rechazado tramitar tres preguntas concretas por escrito que el diputado y coordinador federal de Izquierda Unida, Alberto Garzón, registró en el Congreso el pasado 6 de septiembre con el objetivo de aclarar los motivos por los que en 2007 el entonces embajador de España en Arabia Saudí, Manuel Alabart, acompañó a la comisionista Corinna zu Sayn-Wittgenstein a una reunión celebrada en Riad, en la que la amiga de Juan Carlos de Borbón se presentó ante el príncipe y multimillonario Al-Waleed bin Talal como “representante” del entonces jefe del Estado.
La Mesa argumenta este rechazo a las cuestiones planteadas por Garzón “por suponer valoración de actuaciones de un Gobierno anterior, lo que versaría sobre materia ajena a la competencia del Gobierno”. Cuando ocurrieron los hechos por los que se pregunta gobernaba el también socialista José Luis Rodríguez Zapatero.
Se da la circunstancia de que la iniciativa parlamentaria de Garzón consta de cuatro cuestiones muy concretas y la Mesa sí permite tramitar la última de ellas, precisamente la que nada tiene que ver directamente con la figura de Corinna zu Sayn-Wittgenstein, aunque sí con la del ahora ex embajador Manuel Alabart. Esta cuestión plantea “¿qué medidas va a adoptar el Gobierno para evitar que representantes diplomáticos españoles acaben trabajando para empresas privadas cuyos intereses han sido defendidos bajo su misión diplomática?”
Con posterioridad a la polémica reunión mencionada, Alabart dejó la carrera diplomática y saltó al sector privado. En la actualidad trabaja como alto directivo de la empresa Técnicas Reunidas. Casualmente esta es una de las 14 compañías que integraban el denominado Fondo de Inversión Hispano-Saudí de Infraestructuras y Energía -junto a otras como OHL, ACS, Endesa, Sacyr, Acciona, Iberdrola y La Caixa- cuya situación fue tratada en la reunión en la que el ahora directivo estuvo presente, junto a Corinna zu Sayn-Wittgenstein y el príncipe saudí Al-Waleed bin Talal, según las informaciones aparecidas.
La presencia de Manuel Alabart en la citada reunión consta también en una nota del diario oficialista Al Riyad del 6 de junio de 2007. En ella se informaba también de que la amiga íntima de Juan Carlos de Borbón y el príncipe Al-Waleed analizaron en ese encuentro ‘oportunidades de cooperación e inversión en España y las formas de fortalecer las relaciones bilaterales’ entre ambos países.
Las tres cuestiones que PSOE, PP y Ciudadanos han impedido tramitar desde la Mesa del Congreso son exactamente:
“¿Cuáles fueron los motivos por los que el embajador de España acompañó a Corinna zu Sayn-Wittgenstein a una reunión con un representante oficial de otro Estado?”.
“¿Por qué se permitió que un particular como Sayn-Wittgenstein se presentase como representante del jefe del Estado y abordase cuestiones bilaterales entre ambos países?”.
“¿En qué otras ocasiones un embajador o representante oficial del Estado español ha acompañado a reuniones a Corinna zu Sayn-Wittgenstein?”.