Decía un amigo que los murcianos somos “mu machos y además lo demostramos”. La verdad es que nunca me había parado a pensar en lo machos que somos ni en como lo demostramos. Pero hace unos días viendo el facebook de una concejala de Lorca entendí algo de lo machotes que somos los murcianos, especialmente los del PP.
Cuenta la edil María Antonia García que los concejales socialistas lorquinos estaban esperando una respuesta por parte del PP acerca de la negativa municipal a colocar la bandera del orgullo gay, y en ese sentido recordaban que la Ley de Igualdad de opción sexual de la Comunidad Autónoma de Murcia, votada favorablemente por el PP, recomendaba en su artículo sexto la colocación de la bandera en los ayuntamientos. La respuesta vino por parte del concejal popular Martínez Carrasco, quien en una demostración de lo machote que es, al parecer, afirmaba que los homosexuales ya estaban representados por la bandera de España, y como machote que parecer ser, el político popular lo demostraba afirmando que en el día de la hepatiitis tampoco se colocó ningún lazo.
Vamos, que para el PP, o al menos para los del equipo de Gobierno de Lorca, saltarse una ley que ellos mismos votaron no es más que una demostración de lo machotes que son, y además lo demuestran equiparando la homosexualidad con una enfermedad. ¡Toma ya! Sólo le ha faltado al concejal Martínez Carrasco anunciar que su grupo propondrá en breve la puesta en marcha de unos cursillos y una terapia para para curar a los homosexuales y se vuelvan machotes, vamos, hombres y mujeres de provecho como Dios manda.
Pero por si no había quedado claro lo machotes que somos los murcianos, ahora viene el Gobierno regional, presidido formalmente por el también lorquino Fernando López Miras, que nos quiere hacer toreros, seguramente porque estos dan imagen de muy machotes. Hace algún tiempo ya declararon las corridas de toros como BIC (Bien de Interés Cultural) pero no contentos con ello, ahora nos anuncia que la Región de Murcia será la primera del mundo mundial en crear un ciclo educativo de Formación Profesional.
Dicho ciclo habilitará a los que lo cursen para poder trabajar como matadores, banderilleros, picadores y, por último, pastores. Y para completar la machada, para los que no tengan estudios previos y no puedan acceder a ciclo educativo, se impartirá a través del antiguo Inem, es decir del SEF (Servicio de Formación y Empleo) un curso de “Formación de Arte Taurino”, así que el murciano que se haga torero será porque no quiera o porque esté cojo como yo.
Y ahora a ver quién es el guapo capaz de dudar de lo machotes que somos los murcianos. Pero como no hay dos sin tres, acá viene otra prueba de lo machotes que somos los murcianos.
En este caso ha sido en Alhama de Murcia, donde unos 1.300 vecinos, emulando las gestas de don Pelayo y de Santiago Matamoros, Patrón de las Españas, han firmado un escrito que han entregado al alcalde para que impida la construcción de una mezquita. Como no podía ser de otra manera, el regidor municipal, el socialista Diego Conesa, ha intentado tranquilizar a los vecinos, arriesgando su pellejo y su prestigio al convocar una asamblea en el barrio donde la comunidad musulmana ha adquirido una antigua carpintería para convertirla en lugar de culto.
El primer edil alhameño habló a los vecinos de la necesaria convivencia entre todos los colectivos que habitan en el pueblo, al tiempo que informaba que la Constitución y las leyes españolas consagran la libertad religiosa y por tanto, si además se cumplen las normas urbanísticas, es imposible impedir la construcción del centro religioso. Pero de poco sirvió el empeño del alcalde porque al final los vecinos seguían oponiéndose a la construcción de la mezquita. Pero, para demostrar que no son racistas pero sí muy machos, algunos llegaron a proponer que si los musulmanes quieren construir su lugar de culto, lo hagan donde no moleste a nadie, por ejemplo en el Parque Industrial situado a varios kilómetros de la población.