Pese a la victoria final, el aficionado rojiblanco no se ha quedado contento al finalizar el partido del Atlético de Madrid. Nuevo intento de atraco a silbato armado, con apagón de VAR hasta que la vergüenza les ha debido hacer encenderlo para pitar el penalti final. Penalty, pese a lo que digan desde la prensa mamadora del régimen (ya saben Marca, As, todas las radios…), que ha sido reconocido por Raúl de Tomás. Aunque le pase como a la mayoría de jugadores que no saben ni qué es penalti en estas circunstancias.
En esta ocasión el bandido ha sido Figueroa Vázquez (ponen el apellido de la madre para…), pero antes han sido Martínez Munuera, Munuera Montero, Soto Grande, Melero López, Gil Manzano (madridista confeso), González Fuertes… Todos ellos hacen el arbitraje sibilino de llenar de tarjetas amarillas a uno de los equipos que menos faltas comete (sí, son unos blandos como se ve sobre el campo); de frenar contragolpes sin permitir la ley de la ventaja; de ponerse chulo con los jugadores… todo con la intención de condicionar el juego.
En el partido contra el Español se han comido, el señor del césped y los del VAR, dos penaltis clarísimos cometidos sobre João Félix y Stefan Savic. Los pisotones, en esta ocasión sin tocar balón antes –como se inventaron en Mallorca-, no se pitan, ni se revisan cuando son jugadores del Atleti. Los agarrones tampoco si llevan camiseta rojiblanca. Hasta el momento, sin rebuscar mucho, el Atleti ha perdido 7 puntos por errores arbitrales. Se aprovechan de que el equipo está jugando mal, pero igual ese mal juego también tiene algo –sólo algo- que ver con el condicionante arbitral. Se sabe que se juega contra doce todos los partidos.
¿Mano negra o inutilidad personal?
Queda en el aire la sospecha de mano negra trabajando desde Las Rozas contra el Atlético de Madrid. Luis Rubiales siempre quiere a Real Madrid y FC Barcelona para su Supercopa jugada en dictaduras y si el Atleti (o cualquier otro) se mete en medio ¿hay que eliminarlo de la ecuación? La realidad es que parece que sí. Y para ello cuentan con el apoyo del jefe de la familia Tattaglia de La Liga (¿cómo pueden permitir al Barça jugar en primera división con su deuda y pasarse en 147 millones de euros el límite salarial?). Otro al que le conviene el “clásico” pique entre los dos equipos a los que se les permite todo.
Claro que igual es que los árbitros son especialmente malos. Unos completos incapaces para desarrollar un trabajo por el que se llevan casi 300.000 euros anuales. Ni los políticos llegan a ese ratio incompetencia/salario. Ni saben de fútbol, ni saben posicionarse, ni tienen valentía para pitar lo que ven. Y no es sólo contra el Atleti, se han visto atracos a mano armada a otros equipos que demostrarían su completa inutilidad como jueces. Empujones o agarrones que sí son penalti dependiendo del color de la camiseta, por ejemplo.
¿Cuánto gastan en untar a la prensa?
Lo más sorprendente es la labor de supuestos periodistas expertos en cuestiones arbitrales. Todos los medios tienen uno o dos. En algún caso algún ex-árbitro (que ya era malo en activo). Todos esos “expertos”, jornada tras jornada, dicen una cosa y la contraria respecto al mismo hecho. Que si el VAR no entra porque no hay contacto o porque lo hay y es interpretable; que si la mano que viene de rebote no es mano o sí lo es; que si después de despejar un balón si se toca al jugador es penalti o no… Siempre mirando el color de la camiseta del infractor.
Cabe preguntarse si Rubiales les está untando por detrás porque el peloteo hacia el colectivo arbitral es constante. Hay uno muy destacado, que no tiene formación alguna para ello, que no hace más que lamer a la RFEF y al CTA y justifica todo lo justificable. ¿A cambio de qué esa sumisión? Por alguna filtración no merece la pena aparentar ser una babosa del sistema. ¿Qué más hay? Porque siendo madridista confeso incluso defiende a los muchachos de Rubiales contra su equipo. Al final todo huele a comportamiento mafioso más de la cuenta.