El grupo de investigación en anestesiología y reanimación del Instituto de Investigación del Hospital Clínico de Valencia, dirigido por Carlos Tornero, jefe de la Unidad de Dolor del Hospital Clínico Universitario de Valencia, lidera el estudio destinado a predecir la depresión respiratoria causada por el consumo de opioides utilizados para tratar el dolor postoperatorio.
El estudio Prodigy, de sus siglas en inglés (Prediction of Opioid-induced respiratory Depression In patients monitored by capnography) es un proyecto multicéntrico, en el que participan 16 hospitales de todo el mundo y en el que el Hospital Clínico es el único centro español participante. El objetivo es identificar a las personas con alto riesgo de deterioro respiratorio y aumentar los conocimientos para un diagnóstico precoz.
«La monitorización respiratoria postoperatoria puede ayudar a salvar vidas. Esta monitorización de la respiración, también conocida como capnografía, mide el nivel de dióxido de carbono en el aire exhalado, a través de una sonda colocada en la nariz del paciente, recoge del mismo modo la saturación de oxigeno mediante un sensor en el dedo. La información que facilita el análisis permite a los profesionales conocer el estado respiratorio del paciente y adelantar la decisión del tratamiento en su caso», ha explicado Carlos Tornero.
Durante el ensayo, el Servicio de Anestesiología, Reanimación y Terapéutica del del Hospital Clínico se encargará de reclutar pacientes postoperados y monitorizarlos con este nuevo sistema de capnografía integrada con el objetivo de identificar a los pacientes en riesgo de deterioro respiratorio o parada respiratoria.
Los pacientes postoperados, para controlar el dolor agudo tras la cirugía, tienen opción de recibir diferentes tratamientos analgésicos, desde técnicas de anestesia regional hasta opioides endovenosos. En función del tipo de cirugía y de las características del paciente se decide la mejor opción analgésica.
El tratamiento con opioides endovenosos se utiliza principalmente en casos de dolor severo o difícil control. Son fármacos seguros y bien tolerados por los pacientes, sin embargo, uno de los posibles efectos secundarios es la depresión respiratoria incluso la parada respiratoria.
Con este nuevo sistema, en fase de validación, se pretende detectar aquellos pacientes que cursen disminución de la frecuencia respiratoria, antesala de la parada respiratoria, y con ello aumentar la seguridad y calidad asistencial de los pacientes que son intervenidos.