El drama futbolístico de los últimos tiempos copa todos los informativos y portadas de los medios de comunicación deportivos. Pareciera que sólo existen dos equipos que condicionan todo el fútbol y así nos lo hacen saber esos medios al servicio de sus respectivas cúpulas. Bastante más drama es lo que pasa en el Atlético de Madrid que no puede fichar por un mecanismo que nadie conoce y que a nadie condiciona salvo al club madrileño, aunque estando la familia Gil por medio vaya usted a saber qué. El caso es que la salida de Lionel Messi del FC Barcelona está acaparando toda la información deportiva, más tras la caída de Dallas Mavericks en la NBA –curioso que se informe más de este equipo que carece de jugador español alguno, que es del norte de Texas, pero que gusta mucho al nacional-madridismo-, y huele a que están mintiendo todos los medios de comunicación. O cuando menos informan de parte.
Que el señor Javier Tebas haya salido defendiendo al patrón del Barça tiene un motivo personalista, tras conseguir una Liga más mediocre como se contó en estas páginas, pierde el único activo deportivo que le quedaba para seguir mamando de la teta. Nada que aportar porque, además, no hay pruebas tangibles que sostengan su comunicado de ayer. Y ahí está el problema de todo este embrollo, se habla mucho que si una cláusula del 10 de junio, que si la temporalidad hay que extenderla, que si 700 millones, pero prueba física -el contrato firmado por ambas partes- ninguna. Todo es “me han dicho”, Josep María Bartomeu dice, Messi dice, los abogados opinan e, incluso, llevan a catedráticos de Derecho del Trabajo a los programas para que hablen sobre el sexo de los ángeles porque no han visto la prueba.
Sin ver el contrato, sin esa prueba se puede decir lo que sea, quedando sólo claro que el jugador ha solicitado la baja mediante un burofax y que su patrón le ha dicho que son 700 millones de euros. Por cierto, ni el burofax, ni la respuesta son públicos y por tanto sólo se puede especular sobre lo que dice o deja de decir. Por eso lo que viene a continuación es, sin la prueba fundamental, una especulación, más pensada eso sí que lo que sucede en otros chiringuitos periodísticos y sin recibir cariño por parte de cúpulas directivas o jugadores. Los datos serán aquellos que han ofrecido desde uno y otro lado y la vía judicial-laboral.
Queda claro que Messi se quiere ir y por ello, de acuerdo con la legislación vigente, ha comunicado su salida a la empresa FC Barcelona. Con tiempo de antelación y acogiéndose a las cláusulas de su contrato. Se dice “cláusulas” porque no sólo han hecho referencia a la famosa del “10 de junio” para marcharse gratis sino también a la que ha desvelado Onda Cero. Desde el Barça han dicho que no aplica la cláusula de liberación “10 de junio” y que si quiere irse que deposite 700 millones en La Liga. Algo que Tebas ha tardado en recordar cometiendo el error de saltarse la jurisprudencia de FIFA y UEFA que sí tramitarían la ficha del jugador en otro equipo porque prevalece el derecho a trabajar antes que un contencioso sobre una cláusula –la cual, además, aunque no viene al caso, porque así lo muestran los pasos de Messi, podría declararse abusiva-.
El problema es que Barça y Liga ignoran el otrosí existente en el contrato tal y como ha desvelado Onda Cero, seguramente por filtración de parte. Ese otrosí dice lo siguiente: “Está indemnización no aplicará cuando la resolución del contrato por la decisión unilateral del jugador tenga efectos a partir de la finalización de la temporada 2019/2020”. ¿Supone esto que Messi se puede ir gratis? No, pero si ese otrosí está en el contrato los 700 millones son papel mojado. Olvídense de la “cláusula 10 de junio” el otrosí tiene la clave, se ponga como se pongan Tebas y Bartomeu.
Todo el mundo chiringuiteando con el “10 de junio” cuando, si se da por buena la información de Onda Cero, lo que debe hacer el Barça es negociar la salida con el trabajador pues no hay cláusula al quedar derogada en el mismo contrato. Bartomeu, según cuenta la prensa nacional-barcelonista, no quiere negociar nada con Messi y mandó en su momento un burofax al trabajador, según cuentan, no observando todos los condicionantes del contrato. Bartomeu puede negarse a dejarle salir, pero Messi la semana que viene puede irse como cualquier trabajador y sería el Barça el que debería demandar. Así es la legislación laboral ya que la empresa no negocia, dado el peculiar mundo del fútbol, y el jugador no debe indemnizar porque en su contrato dice que comenzada la temporada 20-21 no hay pago estipulado. Ojo que lo que dice el Barça para librarse del “10 de junio” es lo que le condena con el otrosí. Messi está dando los pasos legalmente necesarios, mientras que el Barça está malmetiendo contra el jugador en la prensa afín y los que pasan por ahí a ver si rascan algo.
¿Qué pasaría en un juicio? Según la jurisprudencia existente, que es poca, el juez o jueza estimaría lo que queda de contrato, posibles contratos publicitarios firmados por jugador y club (no por el club en solitario) y poco más. La cantidad a desembolsar por el jugador con suerte sería de unos 20 millones de euros o menos. Mientras tanto estaría jugando en el equipo que haya elegido o no. Porque existe otra alternativa que es esperar hasta quedar liberado judicialmente –un mes más o menos- y fichar como jugador libre por el equipo que desee. Todo esto contando con que el otrosí sea verdadero y no una filtración interesada.
Bartomeu puede vender lo que quiera pero la realidad jurídica es que le sale a cuenta llegar a un acuerdo con el jugador, rascar todo el dinero que pueda y marcharse a su casa. Porque, esto en el plano deportivo-mediático, Messi puede salir en rueda de prensa y contar interioridades, puede contar conversaciones entre ambos, puede dejarle para el arrastre. Llegando a un acuerdo podrá establecer una cláusula de silencio. Si lo que vienen contando en los medios es verdad, la realidad es que Messi se podría ir por muy poco dinero, poquísimo, a cualquier equipo. Algo sabrán quienes redactaron el contrato a petición del club y ahora asesoran al jugador. ¿Está Messi intentando lavar su imagen saliendo con un pacto? Sí. ¿Está malmetiendo Bartomeu para poder pasear tranquilo por Barcelona? Sí. Condenados a entenderse por imagen porque igual a Messi por dinero le vendría mejor ir a juicio. Siempre y cuando el Barça no le deba dinero y acabe denunciado y en Segunda por impagos.