Hace unos meses la Audiencia Nacional condenó a 8 jóvenes de Altsasu/Alsasua, un bello, pacífico y solidario pueblo de la Navarra del norte, a penas durísimas por las agresiones que consideró probadas a dos oficiales de la guardia civil fuera de servicio y sus respectivas novias en un bar de esta localidad en Octubre 2016.
El Tribunal Supremo acaba de rebajar la gravedad de esas condenas en algunos casos hasta un tercio, suprimiendo el concepto de terrorismo así como la agravante de discriminación y abuso de superioridad respecto al atentado a la autoridad..
Según la sentencia definitiva a falta de posible recurso al Tribunal de Estrasburgo que han anunciado las familias se les condena a penas desde un año y seis meses hasta 9 años y seis meses. Aún así esta sentencia sigue siendo de una extrema dureza
Como socialista sin carnet, como demócrata aunque siempre soy respetuoso con las decisiones de la justicia, considero desproporcionadas dichas condenas y ojalá un Tribunal externo como el de Estrasburgo aplique una sentencia proporcional y justa a los hechos acaecidos.
No entraré a valorar si estos realmente fueron de la gravedad descrita en la misma, al igual que me manifiesto inequívocamente en contra de que un grupo de personas, sean de la ideología que sean, agredan en grupo a otras, tengan la profesión que tengan, mucho más si entre ellas hay dos mujeres.
Eso lo quiero dejar absolutamente claro antes de continuar, para evitar interpretaciones interesadas y torticeras.
El problema es que considero que el trato que se está dando a este caso y a los jóvenes implicados, tanto desde la justicia como desde ciertos medios de comunicación y partidos políticos resulta muy diferente a otros similares. Ahí está la clave de mis argumentos.
En todo el Estado se han producido decenas, incluso centenares de hechos de agresiones a la autoridad y en ningún caso, repito, NINGÚN CASO, las condenas, las indemnizaciones y el tiempo de prisión provisional, han sido tan elevadas.
Incluso algún caso mediático con condenas parecidas ha merecido en cuanto al derecho a la libertad provisional un trato diferente. Recordar que alguno de estos jóvenes llevaba ya 36 meses en prisión y hasta el pasado miércoles 9 todavía sin una sentencia en firme.
Puede parecer y eso es tremendamente peligroso para una democracia que se precie, que se ha intentado dar a través de estos jóvenes un escarmiento.
Por eso escribo esta reflexión como demócrata y militante sin carnet de un socialismo que tiene como bandera la justicia y la igualdad, para reclamar también para ellos ambos conceptos.
Discrepo de los actos de esa noche de Octubre 2016, del comportamiento de estos jóvenes, pero igualmente considero que las condenas resultan excesivas, al mismo tiempo que es injusto no haberles concedido antes la libertad provisional.
La justicia nunca debe tener la sospecha de supuestamente moverse por sensaciones de venganza, o de ser diferente dependiendo del código postal donde se desarrollen los hechos, debe ser siempre sin excepción una justicia, justa e igual para todos.
No es lógico que un mismo hecho producido en Almería, Madrid, o Alicante tenga un tratamiento y si es en un pequeño pueblo del norte de Navarra otro.
O que en unos casos mientras no hay sentencia definitiva puedan acceder a la libertad provisional, a pesar en alguno de ellos del escándalo social que produzcan y en este caso no haya sido así.
Por eso he decidido a lanzar este escrito, para desde la condena a las agresiones a guardias civiles y sus novias, solicitar trato justo e igualitario para los acusados. Porque defiendo desde una democracia con ambas características (justa e igualitaria), una justicia de la misma manera.
Lo traslado a la sociedad de este país para que conozcan también otra cara del caso, otras opiniones diferentes esperando y deseando que las decisiones del Tribunal de Estrasburgo sean más ajustadas y adecuadas a la realidad de lo que ocurrió esa noche.
Impunidad no, de hecho llevan ya 36 meses en prisión, pero injusticia y trato discriminatorio por su lugar de origen tampoco.
Lamento profundamente que ahora que en este lugar de nuestro país estamos realizando un profundo trabajo de reconciliación y convivencia después de años de desgarro y trincheras, este caso venga de nuevo a dificultar ese empeño.
Los padres y madres de estos chavales han convocado una próxima movilización a la que por todos estos motivos acudiré. Dejando claro y así se lo trasladé, que me sitúo en contra de lo que hicieron, pero igualmente considero que sus consecuencias han sido desde el punto de vista judicial y penal profundamente injustas.
Por eso estaré con ellos con mi apoyo y solidaridad, como en su día lo estuve con las personas agredidas. Porque no deben resultar incompatibles ambas posiciones.