Los afectados del IRPH están viviendo estos meses con una mezcla de expectación y escepticismo ante la resolución del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE). Hay esperanza de que sea Europa la que determine que se trata de una nueva cláusula abusiva de la banca y de que anule definitivamente el IRPH para que sus hipotecas estén referenciadas al Euribor y, sobre todo, que se les devuelva el dinero que les han cobrado de más, ya sea a través de una transacción económica, ya sea por medio de la amortización de capital correspondiente a cada uno de los afectados en sus hipotecas.
Sin embargo, hay también mucho escepticismo. Han recibido ya demasiados varapalos judiciales en España por la presión ejercida por la banca a los distintos tribunales que no se fían de nada ni de nadie. Sin embargo, en Europa las entidades españolas no tienen la capacidad de influencia o la impunidad con la que cuentan en España. Por lo tanto, tuvieron que recurrir a un gigante del sector financiero: Goldman Sachs, que, por cierto, tiene como clientes a todas y cada una de las entidades españolas. Es decir, sacaron el as de bastos a través de un informe en el que se «advertía» de que la anulación del IRPH tendría unas consecuencias inéditas para el sector financiero, no sólo de España, sino de toda la Unión Europea. El banco de inversión calculaba que el impacto de la anulación del IRPH podría alcanzar los 44.000 millones de euros, diez veces más que las cláusulas suelo, algo que haría que muchos bancos españoles tendrían serias dificultades de liquidez y de solvencia. Realmente, el informe de Goldman Sachs era una clara amenaza para el TJUE: «ojo a lo que vais a hacer».
Todo este temor por parte de la banca viene por el informe presentado por la Comisión Europea que se alineó a favor de la anulación del IRPH puesto que confirmaba que se trataba de una nueva cláusula abusiva de la banca española.
Diario16 se ha puesto en contacto con una decena de afectados por el IRPH que, además de confirmar sus sentimientos e intuiciones encontradas, han coincidido casi en su totalidad en acordarse en los que se han quedado en el camino. «Son miles los que, por los problemas económicos que ha provocado ‘el puto IRPH’, no han podido recurrir en instancias superiores ya que no podían hacer frente a los costes de esos recursos. Lo que cobra un abogado por un recurso en una Audiencia Provincial no es lo mismo que en un Juzgado de Primera Instancia. Un procurador cuesta una pasta. Entonces, han sido miles los que, por el propio daño creado por el IRPH, se quedaron en el camino. Es un sistema cruel, es un sistema de rapiña. Se aprovechan de los más débiles, pero esto se convierte en perverso cuando esa debilidad está provocada por quienes han cometido el daño», nos decía una afectada.
«Lo que no pueden hacer ahora muchas víctimas es esperar a que dictamine Europa para presentar sus recursos si han tenido una sentencia desfavorable. Siempre que el IRPH les haya dejado la posibilidad de seguir recurriendo, claro está. Si lo hacen es posible que también se queden en el camino porque los plazos de los recursos se terminan y no se puede volver a denunciar algo que ya está juzgado», nos advierte un afectado.
Desde luego, lo que está claro es que la banca tiene miedo a Europa. No saben si la «advertencia/amenaza» de Goldman Sachs tendrá el mismo efecto que hubiera tenido en España, sobre todo cuando hay un informe de la Comisión Europea sobre la mesa. Tanto pánico tiene la banca al TJUE que algunos bancos están ya intentando alcanzar acuerdos extrajudiciales con los afectados en los que, por supuesto, no se aplica ninguna devolución por el dinero cobrado de más durante años. Algunos afectados confirman a Diario16 que si les llegara una oferta no la firmarían porque la solución que se propone —modificación del tipo de interés referenciándolo al Euribor— no es justa.