Su vida política se encamina hacia la puerta de salida. Eso es, al menos, lo que expresan las encuestas publicadas ayer y donde se da por segura la derrota del candidato del PP andaluz. Juan Manuel Moreno Bonilla, tras probar con el ganado vacuno, ha visto que tiene futuro como cantante. Así lo ha demostrado mientras millares de mujeres y hombres estaban manifestándose contra la violencia machista y él probando suerte con el grupo Nexo. Como pueden ver en el vídeo adjunto, se lanzó a cantar en la fiestecilla de las Nuevas Generaciones de Torremolinos. Eligieron, como no podía ser de otra forma estando en Málaga, la canción de Danza Invisible “Sabor de Amor”.
Lo que igual no sabe Moreno Bonilla que los labios de fresa no eran precisamente los de la boca. Como contó hace no mucho Javier Ojeda, cantante de Danza Invisible, “La canción original parece una cosa muy bonita e infantil, pero bueno, los labios de fresa a lo mejor no eran los labios de la boca. Efectivamente, la canción estaba llena de metáforas sexuales muy claras…”. Eso es, la canción versa sobre el cunnilingus, por lo que igual Moreno Bonilla con lo católico que es debería pasar a confesarse mañana mismo. O igual es que como sabe que le van a despedir en cuanto pase el día 2 de diciembre, si no lo hacen esa misma noche, ya se ha quitado todas las ataduras y como cantante se va a lanzar a lo que haga falta.
La verdad es que su eslogan de campaña es “Garantía de Cambio” y como no le ha quedado muy claro a los andaluces y andaluzas, pues Moreno Bonilla podrá decir que era un cambio ético y estilístico. Así en vez de lanzar promesas que sabe no va a cumplir puede acabar sus días de cantante crooner en el costa malagueña. Porque comprometerse a acabar con la brecha salarial entre hombres y mujeres, salir pidiendo “ayuda a las andaluzas para conseguir el cambio” parece que no es muy feminista. No es cuestión de ayudas sino de legislación de inspecciones para que se cumplan los planes de igualdad. Y nadie cree que el presidente del PP andaluz fuese a ir por las empresas reclamando. Son de esas cosas que se dicen pero no se creen realmente.
Eso sí, el BMI (Bajada Masiva de Impuestos) no se le cae de la boca. Lo que no ha explicado es cómo va hacer para pagar todas las cosas que piensa hacer si recauda menos. Y la privatización falsa, esto es los conciertos, no se alimenta sola sino que es el saqueo de las arcas de todos y todas en beneficio de ciertas empresas. Pero a estas alturas del partido, por mucho que se haga Jedi, la situación que se vislumbra es no oler el poder ni por asomo. Salvo que se haga del PSOE que no verá al PP dirigido por él, al menos, en San Telmo. Ni pactando con Ciudadanos. Eso sí, en un gesto que le ennoblece, está intentando no quedar el último y tener el suficiente respaldo de la ciudadanía para situarse por encima de la formación naranja. Aunque si no se ha dado cuenta el problema que tiene con Vox en ciertos ámbitos rurales es la clave de su hundimiento. Eso sí, siempre nos quedará la canción del cunnilingus de Juanma.