Luego dirá que es el mayor defensor de la Mujer, aunque de la comida andaluza ya sabemos que no, pero justo el 8 de Marzo, el Día de la Mujer, algo que se celebra en todo el mundo, él, Juan Manuel Moreno Bonilla, queda con Felipe de Borbón para hablar de lealtades. Y sobre lo machotes que son se supone que también. Una institución regional y la institución más patriarcal del Estado se juntan cuando las mujeres están manifestándose por la igualdad y la plenitud de los derechos. Normal en el PP, algo menos en la jefatura del Estado.
Que en el PP son patriarcales no es complicado observarlo. Día a día intentan quitar derechos a las mujeres, especialmente en Andalucía donde están en franca alianza con los neofascistas. Su jefe se reúne con un buen puñado de epicleras para decirlas lo que tienen que ser y deciden no acudir a las manifestaciones porque son políticas. ¡Pues claro que son políticas! ¡Se habla de derechos! Pero en el caso de Casado es disculpable porque de donde no hay poco más se puede sacar, algo que parece estar pasando con Moreno Bonilla. No sólo no acude a las manifestaciones, no se le esperaba la verdad, sino que acude como buen cortesano a rendir pleitesía al Borbón. A decir que “la figura del Rey representa la integridad y la unidad territorial de España”. Y la del machismo institucionalizado.
Y claro en la casa de Felipe de Borbón, esa que pagamos todas y todos, encantados de que el día de la Mujer, ya que el monarca, que cada día que pasa echa más tufillo derechoso, tiene la oportunidad de salir en la tele y tener su momento de protagonismo. Es incapaz Borbón de no rascar sus minutitos aunque sean a costa de los derechos efectivos de las mujeres. Y para ello nada mejor que juntarse con el primer presidente autonómico que tenga a mano. En cuanto se lo dijeron, Moreno Bonilla dejó hasta la sopa boba que estaba tomando en el plato para acudir solícito a hacer la pelota el rey, justo uno de esos días donde algunas miradas se vuelven contra lo que representa.
Dos machotes hablando de no-se-sabe-bien-qué- unidad, mientras en las calles las mujeres reivindicaban que no las maten, que las paguen lo mismo, que no les impongan techos de hormigón, que no exista brecha de género en definitiva. Esto es lo que le importa al PP y al Borbón las mujeres. Ellos, tan altos y tan machos, están a lo suyo, a mantener sus privilegios y mantener los de la clase dominante. Que una sobrina del jefe del Estado acude a un acto de los neofascistas, no pasa nada. Es lo normal. Pero cuando tocaría guardarse de hacer actos en un día donde todas las mujeres están luchando (como han hecho Sánchez e Iglesias), justo en ese día los dos machotes quedan para tomar un algo. Ese es el respeto que tiene Borbón y el PP, que es casi decir lo mismo, por las mujeres españolas. Unas súbditas nada más.
Se está quedando un día muy bueno para una República a este ritmo.