El lugar más peligroso para las mujeres está en su casa. Así lo muestra un informe de la ONU que indica que 87.000 mujeres fueron asesinadas en 2017. Hay que tener en cuenta que Naciones Unidas maneja datos de los países que disponen de estadísticas sobre violencia de género, lo que deja fuera a Estados en los que la mujer sigue siendo un objeto o no dispone de ningún tipo de derecho. Según las cifras que dan otras organizaciones, ese número podría ascender a más de 300.000.
Estas cifras indican que una mujer es asesinada en el mundo cada 5 minutos por violencia machista y, sobre todo, que el modelo patriarcal de posesión continúa vigente por más que el feminismo esté avanzando y la lucha por la igualdad haya traspasado la línea de la reivindicación para incorporarse a las agendas políticas.
Otro aspecto que destaca en el informe es que más de la mitad de los asesinos machistas no muestran ningún tipo de empatía hacia la víctima y un tercio no tiene remordimiento por haberlas asesinado. Más bien al contrario, se muestran orgullosos de ello.
La lucha feminista continúa, pero aún queda mucho camino por recorrer. Estas cifras son más propias de una guerra que de sociedades civilizadas. En la guerra de Siria murieron 43.572 personas en 2017, es decir, la mitad de las mujeres asesinadas que indica la ONU. Ha llegado el momento de que tanto los Estados como las instituciones supranacionales dejen las intenciones para dar una solución a uno de los problemas más graves que tiene la humanidad.