La fuga de empresas de Cataluña no ha cesado. Según el Colegio de Registradores hasta el pasado jueves 12 la cifra ascendía a 581. “Pero la fuga continuará mientras persista la incertidumbre y es seguro que ya hemos superado las 700 que se fueron de Quebec por los referéndums de 1980 y 1995”, señala Juan Ignacio Navas, socio-director de Navas & Cusí, despacho especializado en derecho financiero, corporativo y comunitario.

De hecho, Empresaris de Catalunya denuncia que en los últimos 8 años han abandonado Cataluña 30.000 compañías. Sólo en el 2016 se fueron de Cataluña 802 frente a las 531 que llegaron, lo que Empresaris de Catalunya valora como un impacto negativo de 1.200 millones de euros. Su presidente, Josep Bou, lo tiene claro: “se van principalmente por la inseguridad jurídica”.

Una de las empresas que traslado su sede de Cataluña en el 2016 fue Naturhouse. Su presidente, Felix Revuelta explica los motivos: “Las empresas necesitamos estabilidad económica, social y jurídica”

A pesar de la evidencia, desde la Consellería de Economía de la Generalitat se trata de minimizar el impacto. “Es un mensaje más psicológico que real sin efectos reales sobre la actividad, las cuentas públicas ni sobre los clientes de las empresas”, señalan. “Es cierto que el traslado de sede social no implica el traslado inmediato de la actividad ni tiene efecto sobre las cuentas públicas de la Generalitat pero tiene un efecto reputacional letal para Cataluña”, señala Navas.

De hecho, las inversiones extranjeras se han visto frenadas y se han paralizado las compra-ventas de inmuebles según el Colegio de Registradores. Además, las reservas hoteleras han caído un 50%, la hostelería reporta una caída del 30% y el valor en bolsa de las empresas ‘fugadas’ supone cerca del 50% del PIB de Cataluña. “Si estos datos son irrelevantes es que tenemos unos políticos más irresponsables de lo que creíamos; el llamado ‘proces’ está suponiendo un empobrecimiento importante para Cataluña”, señala Navas, quien llama a regresar al ‘seny’. “La alternativa es profundizar en la ruina”, lamenta. “El seny catalán hace compatible el orgullo de idiosincrasia propia sin poner en riesgo la potencia económica; el resultado económico apunta a que se ha actuado al margen de la realidad”, explica.

Además, desde la patronal catalana Foment del Treball advierten que aunque el traslado de sede ha sido sólo jurídico, “probablemente empezarán a trabajar con proveedores locales de la nueva sede, produciendo un descenso de la actividad”. La Cámara de Comercio de Zaragoza ya ha informado de 18 compañías que han solicitado información para instalarse operativamente en la provincia. Son empresas del sector agroalimentario, químico y metalmecánica. De ellas un tercio buscaban Aragón como destino y el resto estaban barajando otras opciones. “Son empresas que ya han sufrido descensos en las ventas o que temen boicots”, señalan desde la Cámara de Comercio de Zaragoza.

“El cambio de sede social es el chivato que advierte del cambio de la sede operativa y de la actividad; quien no quiera verlo es que está ciego”, concluye el socio-director de navascusi.com, que recuerda que según algunos informes la fuga de empresas ya ha tenido un impacto negativo para Cataluña de 7.000 millones de euros.

A pesar de todo, la Generalitat insiste en el carácter temporal de la salida de empresas. Sin embargo, las cotizadas que han abandonado Cataluña han subido en bolsa 2.500 millones de euros. “La patronal catalana lleva años alertando del ‘efecto Quebec’; o se ofrece de forma clara y prolongada un marco seguro y sin tensiones o esas empresas -lamentablemente- no volverán jamás; ¿qué más necesita el gobierno catalán para no profundizar en la ruina?”, concluye Navas.

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