Pero, ¿España todavía le pone flores frescas a su propio dictador al que tienen enterrado en ese monumento descomunal y horroroso? La reflexión no es mía, sino de Nicolas, un adolescente francés de catorce años al que le daba clase el año pasado y que no acababa de creerse la imagen del Valle de los Caídos que reflejaba el proyector. Sí, y además, tal monumento fue construido por presos republicanos, que fueron condenados a trabajar en condiciones de esclavitud. Confirmé y añadí yo, tragando saliva y esperando que los 20 minutos que me quedaban para explicar el pretérito indefinido no se me fueran en una clase de Historia. Pero sí, se convirtieron en un interminable querer saber por qué España es el único país democrático del mundo que rinde un homenaje de tales dimensiones a su dictador. A alguno hasta le asaltó la duda de si en España gobernaba todavía la extrema derecha o de si eso del monumento era cosa de la monarquía. Porque tres cuartas partes de estos alumnos son nietos de los republicanos que se vieron obligados a huir en el invierno del 39 y que conocen la historia real a través del relato autobiográfico de sus familias. Y porque sin saberlo, tienen la certeza de que a ningún dictador del siglo pasado ni lo agasajan ni le rinden homenajes de tal magnitud.
Nadie habla de ningún monumento a Hitler ni a Mussolini, de llevarle flores a Salazar, ni de visitar la tumba de Videla o Pinochet. Porque el solo hecho de imaginarlo sonaría a tomadura de pelo.
Cuando para un chaval de catorce años es tan evidente que algo así es lo más parecido a una apología del fascismo y que no tiene razón de ser en la Europa actual, pero sin embargo existe, es que en algún capítulo de la Historia hay un problema. Y grave. Y más aún si añadimos que no solo se le rinde culto a un dictador, sino que se hace con misas diarias, flores frescas, dinero público y saludo fascista incluido.
Ahora que la polémica vuelve a saltar, decido ponerme a hurgar en la prensa francesa para ver cuál es su versión de los hechos y, poco a poco, voy sacando frases una a una y con cuidado, como el que va exhumando huesos de una sepultura, escogiendo las que más definen la historia que hay detrás de esos despojos. Así, al azar, leo « el vestigio de la vergüenza » (http://www.humanite.fr/monde/espagne-el-valle-de-los-caidos-vestige-de-la-honte-485320), « España, todavía dividida ante los huesos de su dictador », « ausencia de voluntad política », « imposible deshacerse de este vestigio » (https://www.youtube.com/watch?v=Hn3Q5jKKK20)y, la mejor para el final, « hablan de exhumar los huesos de Franco, pero no los de Primo de Rivera, que fue el fundador de la Falange ». Y así sucesivamente.
El siguiente capítulo de la Historia, como ya es sabido cuando no se conoce, es repetirla. Así que, como la proposición de Ley no obliga al Gobierno a ejecutarla y el presupuesto en estos casos es cero, el pasado seguirá siendo en blanco y negro y poco claro. Y una ya no sabe a qué juegan en los púlpitos desde donde se deciden las cosas: si a la memoria histórica, a olvidar, a prohibir recordar (https://www.youtube.com/watch?v=r6micFG4B1U), o a hacer como si nada. Yo, en cualquier caso, y a escala reducida dentro de las aulas, juego a contar la verdad.