Gran revuelo por la compra de una casa por parte de los dirigentes de Podemos, Pablo Iglesias e Irene Montero. Nadie recuerda la casa de un millón de euros (según dicen porque aún no se ha actualizado el listado de bienes) de Albert Rivera. Desde la izquierda y la derecha, especialmente ésta, se están ensañando con ambos por una incoherencia entre la ética pública y el comportamiento privado, hasta hacerlo casi cuestión de Estado. ¡Como si no hubiese más problemas en España! Pero la casquería y el faranduleo gusta. La ponzoña, la cizaña a todo lo que huela a izquierdas o cambio de base en este país es difundido hasta la saciedad. Y claro que hay una incoherencia entre lo expresado públicamente y la compra del chalet en La Navata. Pero no es menos cierto que existe mucha hipocresía en quienes critican, y mala leche.
¿Podían haberse comprado una casa más barata en la sierra madrileña? De las mismas características ¡así, así! le debe andar la cosa porque en Madrid, algo que se oculta en las informaciones, está todo por las nubes. Producto de años y años de especulación favorecida desde el poder, desde las políticas del PP, desde la liberación de suelo de José María Aznar, Alberto Ruíz Gallardón, Esperanza Aguirre, Ignacio González o Cristina Cifuentes. Eso no se cuenta. Ya sólo un piso de unos 100 m2 hablamos de precios que una persona trabajadora está apurada para comprar. Y no sólo en la capital porque la especulación se extiende a la periferia. Pero siendo importante el precio, no lo es menos el porqué de marcharse y aislarse. Lo han expresado y se ha tomado a risa y excusa barata por parte de la derecha mediática. Han buscado aislarse de la persecución mediática.
Hasta hace no mucho esta cuestión no era necesaria para la gran mayoría de los políticos y las políticas. La prensa tenía un respeto por las cuestiones que iban más allá de lo estrictamente político. Salvo que la persona de turno desease aparecer con los hijos o hijas, nadie se metía con unos u otros. Nadie decía dónde estaban las casas, salvo que fuese sumamente conocido. Había respeto por la vida privada. Las rayas de cocaína o los/las amantes a nadie interesaban. Ya se cruzó la delgada línea con Alfonso Guerra (se inventaron no se sabe cuántas fincas en Cádiz y numerosas casas por toda España) y la cruzaron los mismos que hoy las cruzan, curiosamente. Y por los mismos motivos. Esa derecha mediática criada en las cloacas, en lo infecto, en la recolección de “pruebas” escudriñando las bolsas de basura es la misma que hoy acosa a Iglesias y Montero.
Siendo como van a ser padres primerizos, es normal que estén ilusionados y piensen en aislarse totalmente de la bazofia que les persigue. Todos esos programas de carroña informativa son una fuente de estrés para un adulto, imagínense para unos niños. Curiosamente todos esos medios (algunos escondidos de serios) son los mismos que piden protección para los poderosos y la realeza. Pero para las personas surgidas de la clase trabajadora no, a esos hay que atizarles y hacerles humillarse. Como están intentando hacer con los dirigentes de Podemos (o hicieron con Ramón Espinar y sus coca colas, por ejemplo). Como decía, esa felicidad y esa conciencia de ser perseguidos, al menos por unos cinco o seis años más, han provocado la incoherencia entre lo que muchas veces habían afirmado y lo que han hecho. Pero yo también lo haría (si pudiera y estuviese en su lugar), aislar a los niños todo lo posible. Y la mejor forma de aislarse es irse a una urbanización lejana. ¿Que podían haberse ido a Guadarrama? Pues posiblemente, pero en vez de 600.000 les hubiese costado 450.000 y les daría lo mismo a los carroñeros.
Aislar a sus hijos de un acoso abyecto es algo natural y consustancial con el ser humano. Y eso han hecho Iglesias y Montero. Pero es que, además, siendo conscientes del error ético y estético cometido, comprensible sin duda, han dado un paso más al poner sus cargos a disposición de quienes les eligieron. Medida que se tacha de populista, de demagógica, de bonapartista, de huida hacia delante y mil calificativos más expresados a derecha e izquierda (ojo al editorial de Público). Pero nadie dice que los demás nunca hacen esas cosas. Que para ponerse un sueldo de ejecutivo del Ibex-35 en el PSOE Sánchez no hizo consulta. Que cuando dimite una presidenta, en el PP nadie hace una consulta para elegir sucesor. Que en Ciudadanos… esos son una secta y no hay consulta que valga. El caso es que nadie dice que, aun siendo casi seguro que las bases de Podemos les apoyarán, el riesgo de que no lo hagan está ahí. A Sócrates le condenó una Asamblea ciudadana y democrática a tomar cicuta, algo que él aceptó por respeto a la democracia y las reglas de la ciudad. Lo mismo hacen, en otras circunstancias evidentemente, Pablo e Irene. Puede que no les manden tomar cicuta, pero nadie puede asegurar al cien por cien que les impugnen el mandato.
Sólo por ese gesto deberían seguir. ¿Es incoherente lo que han hecho? En cierto modo sí. ¿Es comprensible? Sí. ¿Es la solución más democrática que tienen? También. Podían haber dimitido directamente, como busca la prensa del establishment, pero han preferido ponerse en manos de sus bases. Lo cual es tan respetable como las demás opciones. El daño mediático ya está hecho, así que nada mejor que una salida ética y estética. Porque del “pisito” van a seguir hablando largo y tendido los carroñeros. Mientras tanto, nada se dice de lo que realmente importa. Una tapadera más para ocultar los movimientos subterráneos de los poderosos. Yo no hubiese convocado a las bases, pero como algunos pueden aprovecharse de las explicaciones que pudiesen dar, que ya los hay utilizando tanta demagogia como critican, a votar.
PS. Por cierto, leyendo muchas críticas, les acusan de hacer público (por votar las bases) algo privado. Me gustaría recordar que quienes lo hacen público son los mismos que hoy critican esa cuestión. Bueno el patillas no, ese busca otra cosa, pero debería mirarse al espejo y ver si su comportamiento es tan ético como exige a los demás.